Mirador 05/02/2024
No. Yo jamás me iré de México.
Vengan dictadores, como a otros países de América han llegado. Vengan turbas de rufianes y arpías que me injurien, me amenacen y aun me agredan. Nadie me hará abandonar el lugar donde nací y donde espero volverme tierra con mi tierra. Ésta es mi única patria. No tengo otra. A donde vaya seré apátrida. Mi nombre será Nadie. Soy viejo ya, y la casa donde viví toda mi vida con la amada eterna seguirá siendo mi casa hasta el último día. Si me sacan de ella será para echarme a la calle o a la cárcel.
Me dicen que podrá llegar en México el tiempo de la persecución, del despojo, de la violencia ejercida en contra de los que defendemos valores que quienes hoy ostentan el poder juzgan anacronismos de burgueses: la libertad, la democracia, la justicia verdadera, la legalidad...
No tengo vocación de drama, pero lo presagio. Veo a mi país en el camino de la dictadura, y desde ahora declaro que donde vivo seguiré muriendo. Yo no me voy. Me quedo. No necesitarán buscarme en otra parte: aquí me encontrarán. Los malignos me mostrarán el puño. Mi tierra me abrirá los brazos.
¡Hasta mañana!...