El misterio al que llamamos Dios determina la vida de los hombres y la duración de su estancia en este mundo. La muerte de Guadalupe Pérez nos hirió en el alma a sus amigos
San Pedro lo recibió con alegría, pues siempre lo admiró, y de inmediato le abrió la puerta de la morada celestial. Le dijo: Se acerca el juego entre nuestro equipo y el del infierno. ¿Aceptarías pichar para nosotros?
El domingo pasado fuimos a la sierra y buscamos bajo los pinos esta amable hierba de flores amarillas con la cual se hace un té que sabe y huele a bosque.