Mirador 07/03/2023
El escéptico le dijo a San Virila:
-No creo en los milagros.
El frailecito le presentó una flor, un niño, una poca de agua, un rayo de sol y una pareja de enamorados. Le dijo:
-Aquí tienes cinco milagros.
El incrédulo objetó:
-Ésos no son milagros.
San Virila respondió:
-No los ves porque los ves todos los días, pero cada uno de ellos es un prodigio. Una flor es una maravilla. Un niño es un regalo de la vida. El agua es un don sin el cual no podríamos vivir, lo mismo que el aire que respiramos, también por milagro. El calor y la luz que el sol nos da son algo único en el universo, y el amor es siempre milagroso. Otra cosa te diré: cuando pases frente a un espejo verás otro milagro. Todo en el mundo es un milagro. Si supieras ver verías que hasta las piedras son milagro.
El incrédulo ya no dijo nada. Pero como no sabía ver siguió creyendo sólo en su incredulidad. Solo en su incredulidad.
¡Hasta mañana!...
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