Mirador 09/05/2023

Opinión
/ 9 mayo 2023
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Larga y fecunda vida vivió doña Conchita Calvillo, quien murió este pasado domingo a los 105 años de su edad.

Fue esposa del doctor Salvador Nava Martínez, a cuyo lado libró en San Luis Potosí el buen combate por la democracia en ese estado y en México.

Tan ejemplar señora se adelantó a su tiempo en su lucha por los derechos de la mujer. Participó activamente en las conversaciones tendientes a restablecer la paz en Chiapas luego del levantamiento armado del Ejército Zapatista. Se opuso a toda forma de opresión, y alzó siempre la voz contra los excesos de poder de quienes en su época detentaban el poder.

El legado que deja es tan grande como el del doctor Nava. Sus nombres pertenecen a lo mejor de la moderna historia de nuestro país. Ambos pusieron su libertad y su vida en riesgo con tal de evitar los males que derivan de la injusticia y la ilegalidad.

Doña Conchita merece el homenaje de todos los mexicanos, y muy especialmente de los potosinos. Descansará en paz después de haber renunciado a la paz y al descanso a fin de hacer de este país una casa mejor para nosotros y para nuestros hijos.

¡Hasta mañana!...

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