‘No quiero hijos’; ser madre ya no es prioridad en las nuevas generaciones
COMPARTIR
¡Cómo los tiempos ha cambiado! Hace 40 años la gran mayoría de mis alumnas deseaban ser madres al terminar su carrera profesional. Hoy es distinto. Realicé una pequeña investigación entre los alumnos universitarios si uno de sus proyectos de vida al graduarse era formar una familia y tener hijos. Pregunté a más de 100 muchachas de diferentes carreras si entre sus planes era ser mamá. Encontré que para más del 60 por ciento no era algo prioritario y me explicaron el porqué:
1. No tienen el tiempo
Las mujeres que optan por no tener hijos, ya que ser madres demanda mucho tiempo y esfuerzo para criar una familia y encuentran un conflicto con otros aspectos y prioridades en sus vidas, están descubriendo que su decisión es menos tabú de lo que era antes: “Tener hijos hace que sea más difícil viajar, pasar tiempo con amigos o perseguir pasatiempos como bailar o correr”. “El trabajo es lo que me apasiona y un hijo me quitará la oportunidad de crecer profesionalmente”.
TE PUEDE INTERESAR: ‘Me siento insuficiente’; ¿cómo detectar la baja autoestima?
2. Mayor inseguridad para los hijos
Especialmente en este clima político y económico inestable, algunas mujeres eligen no tener hijos porque sienten que es la mejor opción para ellas en la salud mental y bienestar. Argumentan que tener hijos conlleva tener más estrés y angustia, que producirá un mayor riesgo de enfermedad mental y obesidad. También afirman que evitan la maternidad porque están preocupadas por el impacto de sus hijos en el clima del mundo. Tener hijos, argumentan, aumentará la demanda de alimentos y recursos, lo que podría conducir a crisis globales como sequías o hambre. Prefieren centrar su energía en otras causas, como la vida sostenible, la justicia social y el bienestar animal.
3. No quieren arruinar sus cuerpos
Algunas de ellas no quieren arruinar sus cuerpos con el embarazo y el parto, o que no disfrutan de la interrupción del sueño que viene con la crianza. Y otras personas sólo quieren vivir sus vidas al máximo sin tener que preocuparse por criar una familia. Muchas de ellas están cansadas de los estereotipos de su familia y la sociedad sobre que “toda mujer debe ser mamá”. Es hora de dejar de hacer estas suposiciones y empezar a respetar el hecho de que no todo el mundo quiere tener hijos. Después de todo, es una elección perfectamente válida. Por lo tanto, no tenga miedo de decirle a sus amigos y familiares que no está planeando tener hijos.
4. No quieren depender de su pareja
Otras mujeres dicen que tener hijos es una gran responsabilidad financiera y no quieren depender o tener una pareja que las condicione a depender de ellos económicamente. Ser madre, para muchas de ellas, implica una gran inversión financiera que puede tener consecuencias en lograr sus sueños, como viajar, salir con amigos y vivir sin la preocupación de que no hay dinero para comprar pañales. Piensan que perderán su independencia y libertad.
TE PUEDE INTERESAR: La decisión más importante de la vida
5. No quieren hijos infelices
Otras piensan que no tener hijos no tiene nada que ver con el costo o arruinar su cuerpo: temen lo que sería ser madre para el planeta. “Siento que sería tan egoísta traer a un niño a este mundo, que ya está tan superpoblado, con el cambio climático y el agotamiento de los recursos en aumento”, dicen algunas de ellas. Además, los hijos enfrentarán un mundo cada vez más complicado y enfermo. Muchas de ellas comentan que no están listas para criar hijos saludables ante un mundo cada vez más complicado y enfermo.
La verdad es que las nuevas generaciones de jóvenes no desean vivir las costumbres de una familia tradicional. Tienen otras prioridades que tener y criar hijos. Sin embargo, algunos países en el mundo observan esta tendencia y tratan de estimular que las familias tengan hijos, como Francia, Noruega e Islandia. En los lugares donde las tasas de natalidad son bajas, los gobiernos han comenzado a tratar de alentar a las familias a crecer ofreciendo incentivos financieros. Por ejemplo, en el pequeño municipio de Lestijärvi, Finlandia, los residentes reciben 10 mil euros por cada bebé nacido. A pesar de estos esfuerzos, es probable que muchas mujeres nunca sientan la necesidad de tener hijos.