Noviembre me gustó, pa’ que se vaya. Arranca la cuenta regresiva

Opinión
/ 1 diciembre 2023

Pues ya se acabó el mes de noviembre y entramos en esa recta final en la que aún no podemos cantar victoria porque, como dice el Perro Bermúdez, “el último minuto aún tiene 60 segundos” y muchos se han quedado a escasos “centímetros” de la línea de meta.

Si puedo llevarme algo de este año hasta ahora, esta es la que para mí es la mejor manera de encarar los desafíos: “Nunca esperar nada de uno mismo y siempre sorprenderse de lo que somos capaces de hacer”.

TE PUEDE INTERESAR: ¿Amigos? Me sobran los dedos

Desde que empecé a escribir, aún siento el mismo pánico cada vez que agarro mi pluma y me pongo a “chingarle”. No soy fan para nada de los deportes, pero es como actuar en un estadio, con la ligera diferencia de que tanto el público como la superestrella soy yo.

Siempre me dejo llevar entre el ritmo de la música, rock obviamente, el humo y olor al tabaco propio de mis habanos, y el café. Bastante café. “Papel y lápiz en mano”, como diría Arjona, “apunto la canción que me negué a escribir”. Ahí me olvido de todo, y así tal cual, salen las palabras. Cuando termino, sé muy bien que al día siguiente tendré que hacerlo de nuevo.

¿A qué me refiero con hacerlo de nuevo? Verá usted, mi método de trabajo es algo “especial”. Primero hago una lluvia de ideas, luego selecciono el tema que más me gusta, hago mi investigación y empiezo a escribir todo en mi cuaderno. Cuando ya tengo listo mi primer borrador, lo paso a la computadora y ahí la cosa cambia, ese texto no es el mismo con el que empecé, al final termina convirtiéndose en otra cosa, transmutando en algo más.

Luego me olvido de él, por lo menos hasta el día siguiente, donde después de leerlo de nuevo, decido si hay o no cambios, y con esto queda algo muy diferente a lo del principio. Aquí me doy cuenta que nuestra vida es lo mismo. El año empieza y vamos “escribiendo” sobre nuestro “cuaderno” absolutamente todo. Cada acción, cada sentimiento, cada palabra va quedando plasmada, pero aún no es definitiva.

La gran ventaja que me da a mí el escribir después en la computadora es que puedo ver lo que escribo en mi cuaderno y realizar todas las correcciones que desee, puedo cambiar la historia cuantas veces quiera. En la vida podemos hacer las cosas diferentes cada día, cada minuto o segundo que tenemos. Podemos reinventar nuestra historia.

Cuando dejo “descansar” mi texto y vuelvo a leerlo, me doy cuenta de que a veces, y la verdad es que casi siempre, se puede mejorar. Es ese momento justo donde tenemos la oportunidad de voltear la vista atrás y decir: “aún puedo hacer esto diferente”. Aun cuando creamos que ya no se puede.

Algo que tengo es que generalmente suelo ser muy discreto, hermético, casi al punto de ser superceloso con mis borradores, pero un gran consejo que me dio el buen Carlos Arredondo, mi gran maestro en este mundo de la escritura, y la persona que me dio la oportunidad de escribir para usted es: “siempre ten otro lector que lea el artículo antes de enviarlo”.

No se trata de buscar la aprobación de los demás, se trata de escuchar cuando es necesario. Esto ayuda a identificar esos “puntos” donde uno necesita enfocarse.

TE PUEDE INTERESAR: ¿Me sirves más por fa?: cochinita pibil, un apapacho yucateco al corazón

Vivimos tan aceleradamente y cerradamente que no vemos lo que hacemos. Por eso necesitamos de esas personas que nos apoyan y nos dicen, “no lo que queremos oír, sino lo que necesitamos oír”.

En mi caso, mi primera lectora y consejera de vida es mi esposa, ella me dice las cosas de la manera más directa y sin tapujos, que es como se deben decir. Claro que no siempre las acepto de “buena gana”, pero al igual que la medicina, uno no busca lo que quiere, sino lo que necesita.

En segunda instancia, tengo un par de “amigos” (si leyó mi artículo anterior, sabrá por qué va entre comillas) que, entre todas las locuras, dicen lo que es y nada más.

Usted necesita rodearse de personas como estas, personas que sin duda alguna “herirán” sus sentimientos, pero lo harán porque deben y en la manera en que deben. Y aún más importante, usted debe ser una de estas personas en la vida de alguien.

Olvídese del “miedo a la burla” o de ese ego pendejo que no lo deja avanzar. Busque rodearse de personas que con toda la confianza del universo mismo le dirán lo que usted necesita para lograr su éxito personal y trate, en la medida más rápida, de ser como le dije, una persona así.

Noviembre ya se acabó y ha sido, como en todos los años, un mes de transición, de paso. Ahora comienza ya la cuenta regresiva para que llegue el frío, que ya está aquí −parece−, las posadas de empresas y amigos, los regalos, las luces navideñas, los villancicos, las “comederas”, los viajes de regreso al hogar familiar y toda una lista interminable de obligaciones que harán “sangrar” a su tarjeta del banco.

No nos hemos despedido del verano y ya en este otoño asoma el momento final de un año que ha pasado rápido, pero que como el anterior nos ha quemado como un petardo que explota en la mano.

TE PUEDE INTERESAR: ¡Ya huele a Navidad! Comienzan a instalarse mercados navideños en Saltillo

Hoy me doy cuenta de que parte de ser una gran persona es convertirse en una persona de detalles. Y son esos detalles los que vamos a decidir dejar permanentes en nuestras vidas o los que vamos a poder y querer mejorar.

Porque no importa dónde esté, con quién o quién sea usted. Haga lo que haga, se encontrará con un pedazo de algo, de una idea, de una historia o con la vida de alguien. Y, al igual que noviembre, usted se marchará con ella bajo el brazo sin que nadie sepa que estuvo allí, salvo la historia que plasmó en su vida y en la de los demás. Pero al fin y al cabo esta es solamente mi siempre y nunca jamás humilde opinión. Y usted... ¿qué opina?

Instagram: entreloscuchillos

Facebook: entreloscuchillosdanielroblesmota

Twitter: entreloscuchillos

Correo electrónico: entreloscuchillos@gmail.com

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM