¿Otra desaseada ‘verdad histórica’ de Ayotzinapa?

Opinión
/ 2 octubre 2022

Qué vergüenza dan. Pero todos, ¿eh?, los de antes y los de ahora...
Cuánta miseria política hay en este País, la verdad

Gracias al reporte final de la CNDH sobre el caso Ayotzinapa, creíamos saber casi todo acerca de lo que pasó en Iguala y alrededores aquella infausta noche del 26 de septiembre de 2014. Pero algo cambió súbitamente, ya que una colega, Peniley Ramírez, dio a conocer parte de un informe sin tachones (no testado) de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa, encabezada por el subsecretario Alejandro Encinas, y eso parece cimbrar áreas sustanciales de la narrativa que teníamos.

En el documento hay una multitud de screenshots con graves imputaciones contra mandos militares desplegados en Iguala. Se trata de 467 capturas de pantalla que supuestamente proceden de cinco teléfonos de presuntos sicarios.

Dudas y preguntas.

En estos ocho años, ¿nadie estaba al tanto de la existencia de esos mensajes telefónicos?

¿Nadie sabía que criminales de Guerrero supuestamente tenían relaciones de complicidad con el coronel encargado del 27 Batallón de Infantería?

¿Nadie supo que presuntamente él y algunos de sus subordinados, junto a varios sicarios, tuvieron en sus manos a un grupo de los 43 jóvenes de Ayotzinapa, y luego ellos mismos los mataron u ordenaron liquidarlos?

¿Alguien lo sabía durante el gobierno de Enrique Peña Nieto? Si esos chats son verídicos y los desconocían, muy mal. Si son reales y los ocultaron para proteger a los militares, peor.

¿Alguien tiene algo que decir en este sexenio?

¿El secretario de la Defensa? ¿El secretario de la Marina? ¿El secretario de Gobernación y su antecesora? ¿El fiscal general de la República? ¿El subsecretario Encinas? ¿El exfiscal para el caso, Omar Gómez Trejo? ¿Sabían de esos chats y los ocultaron? ¿O no tenían ni idea?

Hay más preguntas.

¿Cuándo y dónde fueron descubiertos esos mensajes? ¿Decomisaron o intervinieron teléfonos? ¿De qué marcas y modelos? ¿Quién capturó o intervino los aparatos y de qué forma los obtuvo o espió? ¿El Ejército, como apunta el GIEI?

¿A través de qué peritaje se confirmó que los mensajes son verídicos? ¿Por qué debemos de creer que son ciertos y no parte de una estrategia para sostener que “fueron los militares” y que por tanto “fue el Estado”?

Si esos pantallazos no son textos inventados o distorsionados, si realmente no nos están mintiendo y son verdaderos los mensajes entre criminales, ¿por qué habríamos de creerles a esos sicarios? ¿Entregaron mensajes a cambio de algo, un criterio de oportunidad? ¿No son acaso capaces de jurar lo que sea e imputar a quien sea?

Más cuestionamientos:

¿Qué otros instrumentos periciales, qué otras diligencias confirman esos dichos contra los militares? Si el entonces coronel, luego premiado con un ascenso a general, recibía dinero sucio del narco, se habrá enriquecido. ¿Ya existen evidencias de los millones que habría recibido de los criminales? ¿Ya indagaron en el sistema bancario? ¿Ya revisaron sus recursos y los de toda su familia y sus posesiones y empresas, si acaso las tienen?

¿Y si resulta que el coronel no se enriqueció, sino que estaba sujeto a la ley narca de (poca) plata o plomo y temió denunciar su estado vulnerable porque hubiera arriesgado a su familia?

¿O todo es tan desaseado, como en el sexenio pasado, que esto del general es realmente una simulación de Encinas, el Presidente, la FGR y la Sedena, y el militar quedará libre por falta de pruebas, y como estrategia final el Gobierno y la Fiscalía culparán a los jueces?

Qué vergüenza dan. Pero todos, ¿eh?, los de antes y los de ahora.

¿Y los padres de los 43, con estos infames vaivenes que les imponen? Que se jodan con su sufrimiento, ¿no?

Cuánta miseria política hay en este País, la verdad.

@jpbecerraacosta

Correo:jp.becerra.acosta.m@gmail.com

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