Ecos de La Plata

Politicón
/ 20 mayo 2018

Es otoño en Argentina, país en el cual aún se distinguen las cuatro estaciones del año. El motivo central de mi visita es la reunión anual de Consejo Directivo del Foro Latinoamericano de Ciencias Ambientales (Flacam) que integra a académicos de muchos lugares incluyendo a Brasil.

Rubén Pesci, doctorado en Arquitectura, lleva con dignidad sus 75 años de edad, cuando tenía 50 inició con un grupo de visionarios una plataforma que ahora es cátedra Unesco. El sentido de ofrecer a profesionales de Latinoamérica y el Caribe estudios de posgrado de Desarrollo Sustentable fue el gran tema inspirador de lo que ahora representa una escuela de pensamiento.

Me detengo un poco para subrayar la necesidad de construir pensamiento a partir de las necesidades y visión de la región de Latinoamérica; esta actividad la ha venido realizando Flacam desde hace 25 años, por lo que en diciembre se editará un libro con algunas de las principales experiencias de su metodología y enfoque para abordar académicamente la complejidad del patrimonio integral y su vinculación con las comunidades.

Esto significa simplemente que a través de proyectos ambientales, donde ambiente es la suma de ambiente más sociedad, se puede incidir desde las mismas comunidades en la mejora real de su calidad de vida y de la posibilidad de un futuro menos incierto.

La experiencia de Bustamante, Nuevo León, será uno de los capítulos que se integrarán en el texto conmemorativo de los cinco lustros de un foro en el que coinciden los sueños de muchos que consideran que pueden apoyar el desarrollo de sus pueblos o ciudades.

Hice equipo en una exposición compartida ante alumnos de posgrado con el Dr. Francisco Javier Cárdenas, colimense con gran conocimiento del tema de parques temáticos de carácter ecológico, quien expuso magistralmente lo que significa el patrimonio integral. Luego hablé de los 20 años de esfuerzos para la construcción de la sustentabilidad en Bustamante teniendo como eje central su patrimonio cultural y natural.

Profesionistas de excelente nivel académico de Bolivia, Paraguay, Chile, Brasil, Perú, Colombia y Argentina escucharon con mucha atención la clase-taller.

Siempre es grato participar en un diálogo de saberes, sobre todo cuando hay elementos de la realidad que implican lecciones aprendidas que pueden replicarse, para eso es el conocimiento, pero esta vez lo que me sorprendió es que la Casa Pesci, edificación emblemática de La Plata, no sólo es sede internacional de Flacam, también es un espacio cultural en donde se ofrecen conciertos como el que presencié el viernes 11 de mayo.

En el marco del ciclo Piano Nobile –nombre acuñado seguramente por Rubén Pesci–, el pianista Diego Schissi y el cantante y guitarrista Nicolás Ciocchini participaron individualmente y luego en conjunto en una noche memorable.

Diego ejecutó en un piano de cola espléndido, melodías inspiradas en tangos famosos y algunas de corte contemporáneo con gran maestría. Se observaba en él su poderoso mundo interior, pues mostró una conexión cuerpo y alma en sus interpretaciones.

Nicolás cantó milongas con un perfecto manejo de la guitarra, luego se sumó Diego Schissi al piano para juntos ofrecer temas originales, “de estreno mundial” como lo dijo Nicolás.

La experiencia en el atelier de la Casa Pesci me recordó lo que a los 20 años aprendí del dramaturgo y escritor mexicano Héctor Azar: cualquier lugar podía ser un espacio cultural y potenciarse para las expresiones artísticas.

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