En el libro “Hegel y el Cerebro Conectado”, Slavoj Žižek nos habla de la era posthumana provocada por el Neuralink, esto es, el cerebro conectado con una computadora. Se pregunta: ¿qué sucederá a la humanidad a partir de la conexión de nuestros procesos mentales con una máquina digital? ¿Qué pasará cuando tengamos la capacidad de compartir nuestros pensamientos de forma directa con los demás, conectados a máquinas digitales? Y se cuestiona hacia dónde va la humanidad, ¿qué significará ser humano cuando una máquina lea nuestras mentes?
Por otra parte, reflexiona sobre el concepto de singularidad, al que da lugar el hecho de compartir con otras personas nuestras experiencias y pensamientos a través de cerebros conectados. Singularidad viene del vocablo latino singularĭtas, cuya característica es lo que es singular, algo poco frecuente, fuera de lo común, asombroso. Lo que distingue a algo de otras cosas de su tipo. Se cree que a más tardar en 25 años, los humanos multiplicaremos nuestra inteligencia efectiva mil millones de veces, y que en menos de una década las computadoras tendrán inteligencia a nivel humano.
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De esa singularidad y sus consecuencias nos comenta Slavoj Žižek. Escudriña sobre cómo esto influirá en nuestra experiencia y en nuestra condición de seres humanos libres, explorando lo que sucederá con el espíritu humano, con nuestra subjetividad y con la esencia misma de ser humanos cuando una máquina pueda leer, procesar y descomponer nuestros pensamientos. Nos muestra porque la obra de Hegel es más importante de lo que se cree. Y propone que tal vez el siglo 21 será hegeliano y analiza la vida que nos depara en el siglo 21 bajo una perspectiva.
“Hegel y el Cerebro Conectado” es uno de los más recientes libros publicados (2020) y traducidos al español (2023, Ediciones Culturales Paidós) por el controvertido sociólogo, filósofo, psicoanalista, filólogo y escritor esloveno Slavoj Žižek (Liubliana, 1949). Y como siempre pasa, al menos a mí, con casi todo lo que he leído de Slavoj, tal vez la excepción sean “Chocolate sin Grasa” y “Mis Chistes, mi Filosofía”, es dificultoso digerir sus planteos.
También nos alerta que su texto está escrito de manera paratáctica, esto es, pasar “con brusquedad de un tema a otro”, la parataxis, nos dice Žižek, es “una técnica literaria que prefiere las oraciones breves y sencillas, y el uso de la coordinación”. Y agrega: “Este libro también podría haberse subtitulado Un tratado y siete ensayos: siete ensayos dispares (Neuralink, teología de la caída, puntos muertos en la construcción del socialismo durante los primeros años de la Unión Soviética, un nuevo estado policial basado en control digital...), seguido de un tratado más sustancial que hace referencia a todo lo precedente para explicar las implicaciones filosóficas de la perspectiva de un cerebro conectado”.
Es un libro que escudriña el movimiento posthumanista, analizando el fenómeno de la singularidad tecnológica, se dice que esta singularidad sucederá cuando la inteligencia artificial (IA) supere las capacidades humanas, y el Neuralink es un implante que va unido directamente al cerebro con unos hilos muy finos que conectan directamente con un dispositivo (el microchip de Elon Musk) que podrá leer la actividad cerebral.
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El libro está escrito al estilo hegeliano, esto es que la aproximación a la verdad se da a través del error. Tal y como lo planteó Hegel, todo proyecto humano muestra su verdad no en la intención que lo anima, sino en el error que genera. Por ejemplo, la Revolución francesa buscaba la instauración del reino de la igualdad y la libertad, y acabó generando el terror. Y la revolución tecnológica contemporánea no ha cesado de prometer liberar al hombre del trabajo, pero en no pocas ocasiones es un factor importante en el aumento de la tasa de desempleo. La revolución digital del transhumanismo promete la emancipación de lo humano. La Historia se encargará si ello es verdad.
Y dado que Žižek no duda que el apocalipsis digital sucederá, la pregunta es: ¿hacia qué tipo de apocalipsis dará lugar esta revolución digital? De hecho, tan sólo la teorización sobre esta perspectiva de un cerebro conectado o de la completa superación de las capacidades humanas está impactando en la concepción de qué es un ser humano libre o de qué significa tener conciencia.
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