Revocación de mandato (2 de 2). Vicisitudes del flautista de Hamelin.
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Todavía persiste la pregunta sobre si ir a votar o no. Esto se debe a que estamos acostumbrados a las votaciones para elegir Presidente, Gobernador, Alcalde, Diputados y Senadores, las cuales no tienen el carácter vinculante. Es decir, si sólo hay un voto, el que lo tenga, gana. En cambio, la revocación de mandato tiene el carácter vinculante por lo que requiere que vote al menos el 40% del padrón electoral. Es por ello que, contrario a una elección, en la revocación de mandato no votar también cuenta.
Renombrar la encuesta de ratificación como revocación de mandato hizo posible su inclusión en el artículo 84 de la CPEUM (1). AMLO puede ahora de manera legítima, controlar a su sucesor con la amenaza de revocarle el mandato mientras MORENA siga siendo el partido en el Poder Ejecutivo y mientras él siga con el control de MORENA.
Vuelta legítima la revocación de mandato, ahora busca reforzar su control de MORENA mostrando que su poder de convocatoria sigue vigente. Es él, quien ha movilizado a las masas a marchas de protesta, a plantones poselectorales, a abandonar al PRD, a recaudar 30.1 millones de votos a su favor en su última campaña presidencial y a juntar casi 3 millones de firmas para llevar a cabo la votación por la revocación de mandato. AMLO quiere que la revocación de mandato sea vinculante. Con ello, como el flautista de Hamelin (2), si su sucesor no cumple su parte, le revoca el mandato y se lleva los votantes a donde mejor le convenga.
Para ser vinculante, si la votación del 10 de abril tuviera una estructura similar al de las elecciones presidenciales organizadas por el INE (ver gráfica al final), se requerirían 20 millones de votos de sus seguidores y 17.6 millones de sus opositores. Por cada voto menos de sus opositores, AMLO necesitaría un voto más para compensarlo. Si ninguno de sus opositores votara, a sus seguidores les sería prácticamente imposible alcanzar los 37.6 millones de votos requeridos. Tendría que lograr 7.5 millones de votos adicionales a los 30.1 millones de votos que logró en las elecciones para Presidente.
A pesar de que la tiene cuesta arriba, es más fácil que AMLO consiga la vinculación a que la oposición consiga sumar un voto más al de sus seguidores. Por ello, el talón de Aquiles de AMLO es que sus opositores no voten. Su capacidad de convocatoria para lograr futuras revocaciones sería cuestionada y por lo tanto insuficiente parar perpetuarse en MORENA.
Querido lector,
Si estás en favor de la revocación de mandato para AMLO, vas tarde. La oportunidad real del 10 de abril es debilitar su poder de convocatoria. Evita que el flautista de Hamelin te lleve a su rancho.
Agarren viada.
Gráfico con fines comparativos.
(1) Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.