Serie #FosfoFosfo: La política regia, cochinero singular
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Parece claro que el sainete montado por los políticos regios acaparó la atención del público que todavía se interesa por la política formal, y sigue atento a cada capítulo de la patética serie #FosfoFosfo.
Comentemos el sainete. Samuel García, presionado por el Presidente, se lanzó a la campaña por la Presidencia. El inquilino de Palacio Nacional está urgido de dividir el voto de oposición. Samuel, experto en la materia, parecía estar logrando su cometido en tan sólo una semana de proselitismo.
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Según se comenta, la Fiscalía General de la República (FGR) cuenta con una carpeta de investigación contra el gobernador neoleonés y sus familiares. Esa sería la razón principal para que Samuel archivara su promesa de no abandonar la gubernatura y se lanzara en pos de la candidatura presidencial por Movimiento Ciudadano. Las estrategias fiscales poco ortodoxas que, se dice, practican en su despacho de abogados, estaría en el origen de su “talón de Aquiles”.
Cuando se lanzó por la candidatura presidencial por MC, Samuel se tropezó con un problemita: pidió licencia y, con ello, el Congreso del Estado quedó facultado para designar a un gobernador Interino, así lo definió la Constitución de Nuevo León primero y la Suprema Corte después, por más que intenten jugar a la interpretación del texto legal. Existe la figura de “Encargado de Despacho” para que quede a cargo en tanto se nombra a un gobernador interino.
Samuel se proponía dejar a cargo a una persona de sus confianzas, para que le cuidara las espaldas en su ausencia de seis meses, mientras atendía el favor que le pidiera su amigo el Presidente de la República; pero Samuel ha estado y continúa enfrentado con el Congreso del Estado que tiene mayoría opositora, los legisladores quisieron imponer a un interino afín a sus intereses para aprovechar la ausencia temporal de García, o bien para obligarlo a regresar al cargo y renunciar a su aspiración presidencial.
Como tantas figuras postmodernas, Samuel es un fenómeno en redes sociales, y su consorte es su principal activo. Más allá de los pleitos locales entre el PRIAN y Samuel; en la cancha nacional, cualquier otra opción haría menos daño al Frente Amplio por México y a su candidata Xóchitl Gálvez. Esa parece ser la estrategia y pareciera que al momento están ejecutándola. Ya veremos si les funciona o no. Esa es otra historia.
Samuel decidió regresar al gobierno de Nuevo León renunciando a sus aspiraciones presidenciales. Tuvo más miedo a lo que pudieran hacerle sus adversarios locales del PRIAN que a la carpeta de la Fiscalía General de la República. No podemos descartar que en la decisión final haya participado el Presidente, jefe de facto de la campaña de Claudia Sheinbaum.
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El sainete que acabamos de presenciar no es más que la “cereza del pastel” del cochinero que ha venido imperando desde hace más de veinte años en la política partidista regiomontana. Digo “regiomontana” porque el resto de Nuevo León es ajeno al cochinero que se maneja en la capital, y digo “más de veinte años” porque pienso que en Nuevo León hay un antes y un después de 1997, cuando Fernando Canales llegó al Gobierno del Estado. Antes de 1997 todo fue el viejo PRI, el viejo sistema, rancio que conocimos hasta el hartazgo.
Después de 1997 es el cuento de una transición a la democracia que fracasa una y otra vez. Élites políticas que no se cansan de traicionar a un pueblo que no le tiene miedo al cambio, que ya agotó todos los colores partidistas y no logra desenmarañar la madeja de corrupción y mezquindades que impera en los partidos.
El PAN pereció porque se lo comieron ambiciosos políticos jóvenes, ya no tan jóvenes, que borraron las buenas intenciones de una “vieja guardia” que actuaba como si viera todo de color de rosa. En Nuevo León fracasó, como en todo México, la idea de que, con la caída del PRI, todo iba a arreglarse. El PRI regresó corregido y aumentado. Rodrigo Medina hizo ver a Alfonso Martínez Domínguez y a Sócrates Rizzo como bebés de pecho en materia de autoritarismo y corrupción.
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El aventurero independiente acabó en la cárcel y antes como rehén de Peña Nieto. Samuel viene ahora a coronar el fracaso de la cuarta vía. Protagonismo sin rumbo, soberbia y superficialidad sin resultados reales en la vida diaria de la gente.
Por cierto, y antes de terminar, creo que todo este asunto ha dejado en claro que es una leyenda el supuesto poder de los grupos empresariales neoleoneses sobre los gobernadores en funciones. El sistema de incentivos corrupción/mezquindad puede más que los empresarios más acaudalados de Monterrey. Además, la riqueza se ha ampliado a jugadores nuevos y eso amplía los márgenes de maniobra y poder de la clase política por encima del empresariado local.