Sin estrategia ni metas, los soldados seguirán en las calles
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El argumento de que las policías civiles no están preparadas y consolidadas para que las fuerzas armadas regresen a los cuarteles después de 15 largos y sangrientos años es reflejo del fracaso en materia de seguridad de las últimas tres administraciones, incluida la actual.
Son 15 años desde que los militares fueron lanzados a la primera línea de batalla para combatir el crimen y la inseguridad, y en donde sistemáticamente se dijo que era porque las policías civiles no podían enfrentar el embate y poder del crimen organizado porque existía un vacío, porque estaban coludidos o no estaban preparados, había corrupción, no tenían la fuerza, etcétera.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que es crucial que los soldados sigan en las calles debido a la violencia que continúa en varios estados, a pesar de que una promesa de campaña fue regresar a los militares a los cuarteles.
Se ha dicho mucho lo que significa que los militares permanezcan realizando tareas de policías civiles. Organizaciones internacionales y expertos han hablado de los riesgos: no están formados con enfoque de seguridad ciudadana, no están capacitados para el trato con civiles, a donde llegan se presentan casos de torturas o desapariciones forzadas, militarizar la seguridad genera más violaciones de derechos humanos, entre otros.
Planteamientos que, dicho sea de paso, respaldo. El Ejército tiene que regresar a los cuarteles. Llevamos 15 años con el Ejército en las calles y en el panorama nacional, seguimos sin vivir en paz.
Sin embargo, más allá
de criticar esta decisión de extender el periodo de las fuerzas armadas, me enfoco en quizá la principal justificación para ampliarlo (por decreto): la ausencia de corporaciones civiles capaces y profesionales.
¿Qué se hizo en 15 años para tener mejores policías? Al parecer la respuesta es evidente: nada.
El hecho de querer extender el periodo de los militares es reflejo del fracaso y abandono de las policías.
No hay un verdadero análisis y estudio nacional que indique el mejoramiento de las corporaciones, y mucho menos una estrategia con metas y objetivos. Tener a los militares en las calles sólo porque las policías civiles no están consolidadas es también reflejo del fracaso de la estrategia de seguridad de 15 años.
Hay informes, como los de Causa en Común, que revelan que las policías de todo el País están sometidas a jornadas extenuantes de trabajo que impactan en su salud y, por si fuera poco, tienen salarios precarios.
AL TIRO
Mantener a los soldados en las calles demuestra que en 15 años no se hizo nada por consolidar policías civiles que empujaran el regreso de los militares a los cuarteles.
Lo que es peor, ¿qué nos garantiza que en los próximos años sí habrá una mejora en las policías civiles para que, entonces sí, regresen los militares a los cuarteles?
En ese tema no hay ninguna meta establecida como estrategia nacional. Todo lo contrario, se han recortado recursos o eliminado programas federales de apoyo y fortalecimiento a las capacidades de los policías municipales.
Cada vez hay más apoyo presupuestal a soldados y marinos, y menos a policías en los estados. Lo peor es que, además de más presupuesto, también ha aumentado su poder político.
La sospecha es si no hay un interés intencional en debilitar más a las policías para extender la presencia de los militares de la mano de un incremento en su protagonismo e influencia dentro de la política.
¿Cómo se podrán consolidar las corporaciones en los próximos años si en 15 años no se hizo nada? ¿Qué nos garantiza que en los próximos años sí se trabajará en las policías para lograr que los soldados vuelvan a los cuarteles?