Ucrania: la fase que viene, el debate sobre tanques y armamento
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La guerra en Ucrania podría estar cerca de entrar en una nueva fase particularmente complicada. No es que las otras no lo hayan sido, pero en la medida en que un conflicto armado se prolonga, y en la medida en que las partes se encuentran dispuestas a seguir y crecer las hostilidades, el resultado natural es una espiral ascendente de violencia que no tiende sino a incrementar los riesgos. Hoy lo revisamos.
1. Fases previas y fase actual del conflicto. Como explicamos antes, la guerra está en su cuarta fase. En ésta, Rusia ha reposicionado sus líneas de defensa hacia atrás, enviando a decenas de miles de tropas para la defensa de esas líneas, apostando por el desgaste invernal que dificulta cualquier operación. Paralelamente, Rusia se mantiene bombardeando la infraestructura civil y energética de Ucrania. Moscú ha marcado algunos puntos. No solo las líneas se estabilizaron, sino que estamos viendo incluso algunas victorias rusas en el este. Sin embargo, la determinación ucraniana y su disposición a continuar la lucha se sigue viendo fuerte. Paralelamente, si bien se asoman algunas fisuras en Occidente, éstas son menores.
2. La quinta fase. Conforme el invierno vaya cediendo, es probable que veamos nuevas ofensivas por parte de ambos ejércitos. Para ello, Rusia ha reabastecido las zonas de combate con cientos de miles de soldados recién reclutados y entrenados. Ucrania se prepara no solo para defenderse de esas potenciales ofensivas, sino para nuevamente, aprovechar las vulnerabilidades del ejército ruso y buscar recapturar más territorio invadido. Esto presagia una fase llena de choques, plagada de rondas de artillería pesada, probablemente con avances y retrocesos para ambos ejércitos. Este es el punto en el que el debate acerca del armamento cobra relevancia.
3. El debate del armamento: la dimensión política. Hay sociedades como la alemana, fuertemente marcadas por su histórico rol en guerras pasadas, que en la actualidad no quisieran ser percibidas como actores beligerantes, sino más bien, como actores que están del lado de la paz. Otros, como sucede en EU, temen que un incremento en la calidad y capacidad de las armas para Ucrania pudiera provocar escaladas imprevistas. Pero otros países argumentan que es justo ahora cuando Ucrania debe ser más apoyada para ganar.
4. El debate del armamento: la dimensión material real. Lo anterior nos lleva a evaluar, por ejemplo, el asunto de los tanques. Finalmente, Washington y Alemania han accedido a proveer los tanques más avanzados al ejército ucraniano, los cuales se suman a los británicos. Pero en realidad es difícil que el impacto de esos tanques, que son pocos, se pueda apreciar de manera inmediata. Esto significa al menos dos cosas. La primera es que los gobiernos occidentales están previendo que el conflicto se seguirá prolongando; la segunda es que se está buscando, sobre todo, enviar un mensaje a Rusia al respecto de la unidad de Occidente y su determinación para seguir apoyando a Ucrania.
En suma, nos encontramos ante un tipo de guerra larga entre Estados-Nación, la cual ha adoptado características más similares a las guerras del siglo XX que a las guerras del siglo XXI, y que, por tanto, necesita ser evaluada bajo consideraciones más tradicionales como la población de cada rival, la logística, la economía, la geografía, o por supuesto, la moral. En varios de esos aspectos Rusia ha mostrado múltiples y muy serias debilidades, pero en guerras largas, las posibilidades de aprender y cambiar decisiones, comportamientos y tácticas, aumentan. Es por ello que, para Kiev, el apoyo de Occidente, en varios de los rubros que señalo, es incluso más crucial hoy que antes.
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