Una estructura sólida se logra de abajo hacia arriba
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La campaña permanente de desinformación masiva de los medios corporativos de comunicación en todos sus espectros -radio, televisión, prensa escrita y redes sociales-, propiciada por grupos que sienten vulnerados sus “intereses particulares” sigue permeando una idea en el imaginario colectivo de la población en general que el gobierno popular de la 4ta transformación es espantoso. En particular, en materia económica, esto es un desastre; sin embargo, los resultados en la realidad social, son otros.
A finales del mes de enero del presente año, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) presentó los resultados anuales del Producto Interno Bruto (PIB) del 2022 que, en comparación con 2021, mostraron un crecimiento del 3 por ciento. Pese a un entorno complicado de conflictos geopolíticos e inflacionarios, los resultados registrados por el Inegi, indican una recuperación importante para aspirar a una bonanza económica deseable en nuestro país. Tras la caída mundial en el crecimiento económico por la pandemia de COVID-19 desde 2020, estas cifras hablan en sentido contrario a esta campaña sucia de desinformación permanente.
Desglosando el desenvolvimiento del crecimiento de la economía mexicana por sector, las actividades industriales fueron las que más crecieron en 2022. Presentaron un aumento del 3.2 por ciento anual, mientras que las labores agropecuarias registraron un crecimiento de 2.8 por ciento y el sector de servicios creció 2.7 por ciento en 2022 en comparación a 2021.
No obstante, el crecimiento de la economía mexicana no es un caso aislado, no es un milagro o suerte divina. Su causa es el cambio de paradigma económico que negó el régimen neoliberal por más de 30 años y que al fin se materializó a inicios del 2019 con la llegada a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador. Eso explica que el crecimiento económico fue impulsado por los incrementos en casi todos los sectores económicos anteriormente mencionados, por los altos niveles de empleo y por un crecimiento del consumo privado. Todas estas son consecuencias de las implementaciones de la política social, laboral y económica del actual gobierno federal con programas sociales que son derechos constitucionales. Estos programas son los que incentivan el consumo, como es el caso de la pensión de adulto mayor, discapacidad, beca Benito Juárez para jóvenes de preparatoria pública, los aumentos progresivos al salario mínimo y el programa Sembrando Vida que impulsa la producción en el campo mexicano.
Al mismo tiempo aumentó la demanda laboral con cantidades jamás notadas de más de 1 millón de registros en el IMSS, representando un incremento de 3.9 por ciento en 2022 con respecto al año 2021 y ubicando el desempleo alrededor de 3 por ciento. Además, en los factores externos, como es el caso de la entrada de remesas al país, que fue de 58.4 mil millones de dólares, 13 por ciento fue el incremento en el año 2021 y la llegada de Inversión Extranjera Directa (IED), de más de 35 mil millones de dólares, 31 por ciento más respecto al año 2021.
La llegada de mayor inversión extranjera al país es suscitada por un fenómeno mundial muy peculiar que beneficia a la economía nacional y a la generación de empleos. Esto es la relocalización (nearshoring) de firmas extranjeras, que en mediano y largo plazo espera una instalación de cientos de empresas extranjeras en el país, contemplando en pocos años a México como la fábrica del mundo. Todo es motivado por un conflicto geopolítico entre EU y China, donde el primero implementó medidas restrictivas comerciales y decidió dejar de invertir en el segundo, relocalizando su inversiones productivas a zonas estratégicas, como el caso de México, que tiene la fortuna de contar con más de 3 mil kilómetros de frontera con Estados Unidos. Esto, sin contar que somos un país que tiene salida a los dos océanos más importantes para el mundo del comercio: el Pacífico y el Atlántico.
La bonanza económica será alcanzable en pocos años con los elementos tanto internos como externos que favorecen al bienestar social de las y los mexicanos. Al mismo tiempo, continuar con el rumbo del nuevo paradigma económico que ya se estableció con cimientos sólidos y lograr un crecimiento económico sostenido y sostenible, permitirá que México logre ser un referente en el hemisferio occidental. Que nunca se nos olvide una cosa; construir de abajo para arriba siempre permite erigir estructuras sólidas y permanentes. Por el bien de todos, primero los pobres.
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@AntoniolCastroV
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