"Sal de la tierra" narra vida de Sebastiao Salgado
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En la cinta Sebastiao charla con Wenders, mostrándole las fotos que marcaron su vida.
Morelia, Michoacán.- El fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado ha estado en los lugares más recónditos del mundo, en medio de guerras, hambrunas y conflictos, pero también en sitios donde la naturaleza está preservada con su belleza casi intacta. Su vida fue retratada por su hijo Juliano Ribeiro y por Wim Wenders en el documental "La sal de la tierra", aclamado en Cannes y en el Festival de Cine de Morelia.
"Trabajar con Wim es una cosa increíble, te da mucha confianza porque la calidad de su trabajo es muy grande y también porque sabes que va a ir hasta el final de la historia", dijo Juliano el miércoles en entrevista con The Associated Press.
El proyecto surgió en 2009 y los directores se tardaron un año y medio en la edición (Juliano dice que la película surgió realmente ahí). La terminaron una semana antes de su estreno en Cannes, en mayo.
Durante esa primera función, estaba "haciendo un ejercicio de respiración para quedar sentado con un poco de dignidad durante el filme y miraba a Wim, y Wim tiene experiencia, pero estaba supernervioso", dijo Juliano.
Llegaron los créditos y la gente comenzó a aplaudir, de pie.
"Fue una cosa muy increíble, mucha emoción, muy fuerte".
En Morelia la película fue presentada el martes, con Juliette Binoche entre el público, y al final los aplausos y las felicitaciones tampoco se hicieron esperar.
"La sal de la tierra" fue filmada en Brasil, Francia, Siberia y Papúa Nueva Guinea, donde fueron a lugares a los que hay que tomar un avión para sobrevolar la selva por cuatro horas y caminar dos días en las montañas.
En la cinta Sebastiao charla con Wenders, mostrándole las fotos que marcaron su vida. Tras estudiar economía encontró su vocación como fotógrafo viviendo en el exilio en Francia. En su carrera retrató el genocidio de Ruanda, las hambrunas en Etiopía, las guerras en Kuwait y en Sarajevo, así como la pobreza de Brasil.
"Las fotos de Sebastián están muchísimo mejor que las imágenes del filme con certeza", dijo Juliano, quien durante la entrevista habló en español y dijo el nombre de su padre en ese idioma. "Sabíamos que no lo podíamos igualar, intentamos respetar".
Los temas crudos retratados con un lenguaje visual poderoso llevaron a que Sebastião fuera señalado por hacer "la estética de la miseria".
"Creo que esta crítica es válida para los medios hoy, que realmente hay una relación entre un cierto tipo de noticias y vender papel y vender propaganda", dijo Juliano. "Pero cuando conoces a Sebastián, que sabes cómo viaja, cómo encuentra a las personas, que responsabilidad tiene con las personas que ha fotografiado... creo que no se aplica a Sebastián, lo dijeron de él porque estaba muy expuesto".
En la cinta, Sebastião cuenta que aunque se había sentido flaquear ante las desgracias que atestiguó, el genocidio en Ruanda lo hizo perder la fe en la humanidad y casi también dejar la fotografía.
Fue gracias a su pasión por recuperar la erosionada finca de su padre en Brasil (convertida ahora en un parque nacional llamado Proyecto Terra) y su interés por las fotografías de la naturaleza que encontró la fuerza para seguir adelante.
Sebastião, quien mantiene su residencia en Brasil, y la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, tienen temáticas similares en cuanto a su interés por los grupos aborígenes de América.
"Graciela es una amiga de familia desde siempre, Sebastián ha venido mucho a México, están varias cosas en el filme, y cada vez que ha venido se quedó con Graciela", manifestó Juliano.
Jean Arthus-Betrand es otro amigo cercano de la familia Salgado. Su gran proyecto, "La tierra vista desde el cielo", tiene ciertas correspondencias con "Génesis", la obra que Salgado dedica a la naturaleza y que según Juliano es su primera netamente artística.
"Hay correspondencias entre 'La tierra vista desde el cielo' y 'Génesis', porque es una manera de conectar con el mundo a través de las bellezas, pero hay una cosa más con Sebastián, no sé si Jean también lo comparta, pero la cosa especial con Sebastián es que se identifica mucho, no está haciendo una foto, se está identificando con las morsas, con la ballena del filme", dijo sobre algunos de los animales a los que se le ve fotografiando.
De manera similar, Juliano, quien nació en Francia y actualmente vive en Berlín, destacó la cercanía que Sebastião puede lograr con los retratados y al mismo tiempo con quienes observan sus fotografías.
"Tú piensas que es el blanco y negro, o la composición, pero yo creo que su talento de verdad es que se relaciona con las personas de un modo muy directo", dijo. "Su talento es saber dónde poner la cámara para que también nosotros podamos sentir esto".
Por Berenice Bautista/AP