El mundo sin Sid Vicious, el ícono del punk

Ciudad de México.- La mañana del 2 de febrero de 1979 el mundo de la música, en especial, los esperanzados fans que anhelaban la reunión de Sex Pistols, despertaron con la noticia de que el bajista de la banda británica e icono del movimiento punk de finales de los años 70, Sid Vicious, había sido encontrado muerto por una sobredosis de heroína en un departamento de Greenwich Village, Nueva York.

La noticia sorprendió, no por el hecho de que John Simon Ritchie —nombre real de Vicious— muriera de una sobredosis sino porque apenas un día antes el británico había sido liberado de la prisión de la isla de Rikers, en Nueva York tras pagar una fianza — originalmente fijada en 50 mil dólares— en espera del juicio que se le llevaría a cabo por ser el principal sospechoso en el asesinato de Nancy Spungen, su novia, en octubre de 1978.

La historia cuenta que la mañana del 12 de octubre de 1978 Nancy fue encontrada muerta por una puñalada en el estómago en la habitación del hotel Chelsea de Manhattan, la cual ocupaba junto con Sid. El bajista fue detenido bajo sospecha del asesinato pero mientras se realizaba la investigación fue liberado. En una breve entrevista realizada pocos días después de su liberación Vicious fue cuestionado sobre dónde le gustaría estar en ese momento: bajo tierra, se limitó a responder.

Diez días después del hecho, el músico intentó suicidarse al cortarse las venas con el pedazo de un foco roto, lo cual terminó con él internado en el hospital Bellevue. Poco más de un mes y medio después Sid fue detenido nuevamente por involucrarse en una riña con Todd Smith, hermano de la cantante Patti Smith, durante un concierto de Skafish. Tras su arresto el músico británico tuvo que pasar 55 días en la isla de Rikers, en Nueva York, donde vivió un proceso de desintoxicación.

El 1 de febrero de 1979, después de que Malcolm McLaren, manager de Sex Pistols, reuniera dinero y convenciera a Virgin Records de cooperar con el faltante para el pago de la fianza, Vicious fue liberado de Rikers y se trasladó a su departamento en el número 63 de la calle Banks, en Greenwich Village donde sus amigos y familiares  incluyendo a Michelle Robinson, su nueva novia, y a Anne Beverly, su madre, quien también era adicta a las drogas—, hicieron una fiesta por su liberación.

De acuerdo con diferentes versiones brindadas a la prensa, esa noche Sid se encontraba eufórico y se inyectó una dosis de heroína, lo cual le ocasionó que se desvaneciera por lo que los presentes lo ayudaron a reanimarse.

Sin embargo una vez que se fue a dormir junto con Robinson, durante el transcurso de la madrugada despertó porque quería otra dosis, lo que hizo que su novia se la negara y saliera de la habitación donde encontró a Beverly y le comentó lo sucedido.

Fue entonces cuando la madre del cantante, quien había llevado la droga, entró al dormitorio y, aparentemente, le suministró la dosis que convirtió al chico de 21 años en una leyenda musical.

Voy a morir antes de que tenga 25. Cuando eso pase habré vivido de la manera en la que quise y tengo esa sensación de que voy a morir antes de que me haga viejo. No sé por qué, sólo tengo esa sensación, fueron frases que Sid dijo en una de las primeras entrevistas que otorgó en 1977.

Días después de la cremación del bajista, su mamá dio a conocer una nota suicida del músico en la que pedía que lo enterraran al lado de su novia.