Sigourney Weaver, una mujer de acción
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Londres, Inglaterra.- ¿Cuál fue para un joven James Cameron la primera señal de que haría historia en el cine con Sigourney Weaver? Los tacones que calzaba.
Hace más de dos décadas, el director esperaba a la actriz en un hotel de Santa Barbara para conocerla y presentarle sus ideas para la película Aliens, la continuación de Alien, el octavo pasajero.
"Sabía que era una chica alta", dijo Cameron. "Pensaba en sus zapatos. Si trae tacones altos tendrá esta personalidad dominante y mi camino será difícil. Si trae zapatos planos, es que se siente cohibida por su estatura."
"De hecho traía unos zapatos de tacón mediano y pensé: OK, esto va a funcionar bien. Será fuerte, será audaz, no va a perder completamente el control", reveló Cameron.
En 1985, Weaver firmó el acuerdo que la convirtió en la primera actriz en devengar un monto de siete cifras; Aliens se estrenó en el 86.
Su segunda misión al espacio como Ellen Ripley, una astronauta que confronta sus miedos enfrentando a los extraterrestres hostiles que encontró en la cinta previa, le mereció una postulación al Oscar.
Cameron cosechó más éxitos con su continuación de Terminator y ganó 11 premios de la Academia por la historia de amor Titanic.
Más de 20 años después de Aliens Cameron y Weaver hablaron en Londres sobre su relación tras reunirse para otra aventura de ciencia ficción: Avatar.
La actriz de 60 años da vida a la científica Grace Augustine, quien toma la forma de un extraterrestre de tres metros para explorar el planeta Pandora.
Antes que llegue Sigourney, ¿qué piensa del trabajo que lograron juntos en Aliens, con el personaje de acción de una mujer fuerte?
Cameron: Redefinió la fuerza. No sólo implicaba imponerse físicamente, también de tener la fortaleza emocional. No se trataba de ser fuerte e intrépida, sino de lo que haría a las puertas del miedo. Esa es la esencia de la película. (Llega Weaver)
Justo cuando entró hablábamos del momento en que se conocieron. James contaba cómo se preguntó qué zapatos usaría y cómo le juzgaba.
Weaver: (Risas) Me había olvidado de eso.
Cameron: Sabía que medías seis pies ocho pulgadas (unos dos metros) o algo así.
Weaver: Casi como un avatar.
Cameron: Exactamente, así que tenía cierto temor de conocerte, porque quería que la reunión saliera bien. Realmente quería hacer la cinta, pensé que podríamos hacer algo increíble juntos. No sabía si sería una relación combativa o una en la que sentirías que tenías el control patentado del personaje. No pude llevarme una sorpresa más grata por lo divertido que pensaste que sería el guión.
Weaver: Lo que me pasmó sólo de leerlo, incluso antes de conocerte, fue que sabías más sobre Ripley que yo. No sé cómo pudiste canalizar todo eso e idear este increíble escenario para esta mujer, trasladada a otro tiempo, tan aislada y a quien nadie creería, a quien nadie dejaría en paz. Fue un comienzo tan fantástico.
Cameron: Es interesante que tanto Grace como Ripley son personajes que despiertan desdén en la estructura de poder machista. Y creo que las mujeres sienten que no se les escucha, que su perspectiva de una situación o su análisis de la misma no es tan creíble como la de los hombres, ya sea en negocios o en una relación.
¿Por qué cree que puede entender a las mujeres y a los personajes femeninos de ese modo?
Cameron: Mi madre es un buen modelo, crió a cinco hijos a la antigua. Permitió y apoyó mis esfuerzos artísticos.
Tal vez fue porque era un niño tragalibros y no el capitán del equipo de futbol americano y si quería salir con una chica... lo mejor era comenzar a entender cómo pensaban las mujeres. No me iba a ir bien sólo por mi físico.
Como cineasta me incliné por lo que no se estaba haciendo, para ser fresco y diferente. Me inspiró tu personaje en Alien y otros buenos roles femeninos, de los que no abundaban.
Weaver: Lo que me parece tan maravilloso del modo en que escribes sobre mujeres, es que las cintas de acción tienen mala crítica. La acción tiene que ver con el personaje y es tan emocionante ver gente que no se desmorona estando bajo presión. Vemos personas victimizadas que sólo se mantienen de pie y regresan, y porque las mujeres tienen esta historia en la que quizás somos más victimizadas y nos es más difícil ser poderosas.
Cameron: Es como un experimento de química: voy a meterle algo de esto y algo de aquello, a ver si explota.
Weaver: Y explotó.