Pedro Valtierra, detrás de la lente: A 30 años del levantamiento del Ejército Zapatista
En el marco del 30 aniversario del Ejército Zapatista de Liberación Nacional platicamos con el fotoperiodista Pedro Valtierra, quien fue uno de los que estuvo en la cobertura desde los primeros días
El 1 de enero de 1994 el Ejército Zapatista de Liberación Nacional comenzó una larga campaña para hacer frente a los intereses que ignoraban a la población indígena chiapaneca o buscaban enriquecerse a costa de ellos, como sucedió justo ese día con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, cuyos objetivos y consecuencias cuestionaron.
La fuerza con la que se dieron a conocer y el anonimato de sus miembros dio una imagen singular al movimiento, que se grabó en el imaginario colectivo mexicano de mediados de los 90’s y hasta la fecha. Este fenómeno inspiró a muchos a seguir sus pasos o al menos a infundir ideas revolucionarias, tanto en la juventud en general, como en muchos artistas.
La música, las artes visuales y hasta el teatro se vieron impregnados por lo que estaba sucediendo al sur del país con los hombres y mujeres de paliacate y pasamontañas, pero también la fotografía se encargó de retratar lo que ocurría, en un ejercicio tanto de periodismo como de creación, que nos legó imágenes que contribuyeron a la impresión colectiva que generó el EZLN.
Hace tres décadas, en algún lugar de la Selva Lacandona, desde las elevaciones de Chiapas, el Ejército #Zapatista de Liberación Nacional (#EZLN ) emergió públicamente al declarar una guerra contra el olvido al Estado mexicano. https://t.co/d2BmoOpOJ5
— Campaña Nacional por la Verdad y la Justicia (@HernndezAlpzar) December 31, 2023
Una de las personas cuya lente aportó a la difusión y comprensión del movimiento fue el fotoperiodista Pedro Valtierra, fundador de la agencia Cuartoscuro, quien recordó en entrevista con VANGUARDIA que llegó San Cristóbal de las Casas tan solo un día después del levantamiento, junto a decenas de colegas de distintos medios y de todas partes del país y del mundo, en un acontecimiento que marcaría no solo a México, sino al periodismo en particular.
“Me sorprendió mucho, en primer lugar, que se diera un movimiento con esas características en México. Yo había estado en otros países, particularmente Centroamérica, pero no imaginé que en México se fuera a dar un movimiento de esa envergadura, porque yo pensaba que las condiciones sociales eran diferentes y además, no imaginaba que se estuviera durante tanto tiempo”, compartió el fotógrafo, “no desconocía la situación de Chiapas, era de mucha marginación, mucha pobreza, pero de todas maneras sí me sorprendió que hubiera un movimiento armado que se preparó durante tantos años”.
El EZLN comenzó a organizarse casi una década antes, sin llamar la atención de muchas personas, de ahí su inesperada presencia y potencia al momento de salir al público en el 94. Para Valtierra este momento en la historia de México permitió a los periodistas una experiencia sin igual, que los curtió en el campo.
“Uno como periodista tiene que estar listo para cualquier eventualidad”, compartió, “yo no vi al subcomandante los primeros días, aunque siempre vas con la idea de fotografiar al personaje. Yo fui en esos primeros días a buscar a la gente que estaba con él, me fui a la selva para ver si lo encontraba. Más o menos sabía por dónde andaba, pero nunca tuvimos suerte de retratarlo en esos primeros días”.
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“Yo creo que fue una de las mayores coberturas que me ha tocado ver en México. El despliegue de periodistas... prácticamente todos los reporteros de todos los periódicos de todos los estados estaban ahí. Ahí hay que reconocer que el subcomandante Marcos se llevó todos los reflectores, un personaje interesante, que más allá de que haya simpatía hacia él o no, es un personaje que revoluciona el país. Y fue un movimiento que irrumpe pero no en la guerra, sino que lo traslada a las palabras, a la comunicación, a los espacios mediáticos y hay que reconocerle que plantea cosas nuevas, características nuevas de la comunicación y de los espacios que ocupa”.
Si bien en 2006 el EZLN se transformó en un movimiento político, dejando atrás su faceta militar, continúa vigente y haciéndole frente a las distintas situaciones que afectan a los indígenas y campesinos en Chiapas, entre ellas la presencia de los cárteles de la droga en la entidad.
“En aquellos años dije, algunos se rieron de mí, que este movimiento iba a durar unos 40 o 50 años. Porque son procesos lentos, requieren de maduración, de una lucha que cambia, a largo plazo. Yo no he visto que una revolución se haga tan rápido. Mi valoración es que lleva el tiempo que la circunstancias lo piden [...] Hay gente que dicen que no han beneficiado porque quieren ver resultados inmediatos, pero son procesos que llevan muchos años pero hay contribuido a resolver los viejos problemas de Chiapas”, concluyó.
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