Sergio Avilés recuenta la historia de ‘Las joyas de la familia’ en nueva novela

El escritor saltillense presenta bajo el sello de Alfaguara esta historia sobre un detective enfrascado en un viaje a través de los siglos en busca del origen de una joya antigua
“Las joyas de la familia” (Alfaguara, 2022) es una novela llena de anécdotas, sucesos, divagaciones y hasta desvaríos, no solo en su trama, sino también en su concepción. El libro más reciente del escritor saltillense Sergio Avilés tomó 30 años para llegar a su publicación, pero con él llega un recorrido por un laberinto en la historia de un valioso objeto.
En entrevista con VANGUARDIA, el autor nos llevó a conocer la génesis de este texto, que se basa en una historia real de Saltillo y a partir de la cual se desprenden incontables caminos.
“En 1992 se acercó una amiga muy querida que había heredado una joya de la familia de la abuela de su marido, me dijo que era extremadamente bonita ‘no hay ningún lugar en donde la pueda usar’, porque esta fuera de lugar en todas partes, demasiado ostentosa. Entonces empezamos a investigar de dónde había venido, lo poco que nos pudo decir la abuela de su marido”, recordó.
Joyas de la Familia
— www.patos.mx (@patosmx) December 8, 2022
Escrita por Sergio E. Avilés
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“Resultó que sí era real y sacando la historia llegamos a la conclusión de que era una conclusión que era de la corona de Rumania, la había traído el marido de esta señora desde la Ciudad de México, donde la consiguió en el hotel Regis del rey Carol II de Rumania, quien abdicó en 1940”, agregó el escritor.
El mandatario, forzado a abdicar y exiliado luego de la Segunda Guerra Mundial, vivió en México un tiempo, donde conoció a quien eventualmente traería esta joya a Saltillo, antes de viajar a Brasil y luego a Portugal, donde viviría el resto de sus días.
“Me quedé con una historia relativamente corta, que me daba para tres, cuatro capítulos y la dejé así semi-comenzada, hasta que en el 2000 sufrí aquella desviación sexenal y me metí a trabajar al Gobierno del Estado”, comentó Avilés.
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En esa oportunidad conoció a un guardabosques cuya plática describió como llena de divagaciones —“nos habló de todo, se iba a otro tema y otro tema, y no nos decía lo que queríamos”, dijo— pero al mismo tiempo muy sabrosa por la cantidad de detalles y trasfondo que compartía.
“El protagonista de esta novela lo que hace es, porque no tiene trabajo, y con un cinismo descarado no quiere regresar el anticipo que recibió para hacer esta investigación, empieza a estudiar un montón de historia y a brincar de una a otra, de divagar hasta el siglo 14, con Vlad Tepes, el verdadero Dracula, que gobernó allá por el año de 1450 en Valaquia [...] Lo encontramos como el posible dueño de una de estas joyas”, explicó.

“Esta novela se me ocurrió hacerla como un super resumen de todas estas intrigas y todos estos amores prohibidos que hay en las casas reales, y preguntándome si acaso las aventuras de las casas reales son exclusivas de la monarquía o también nos afectan a nosotros, las personas de carne y hueso, añadió.
Sin embargo, todavía faltaron 20 años más para que el proyecto concluyera, y esto fue posible gracias a una invitación que le hizo a su amigo, el cineasta Guillermo Arriaga, de dar una conferencia a sus alumnos, a quienes les recomendó “terminen lo que comienzan, no dejen nada a medias”, consejo que él también siguió.

“Creo que es una novela redonda, te va a dejar con un buen sabor de boca al terminarla. Es muy diferente a lo que se lee normalmente en la literatura actual, que está llena de narcos. Aunque no le falta intriga ni mafia ni crimen, porque los reyes se morían con una facilidad absoluta”, compartió
“Es triste terminar una obra y despedirte de ella. Da mucho miedo también porque tiene tanta historia, tantos datos, que me da terror que me diga esto no es cierto. Tuvimos muchísimo cuidado y no es una obra de una persona; yo la escribí, pero luego intervienen una bola de editores, correctores, tipógrafos, almacenistas, prensistas y libreros para que llegue finalmente al público. Entonces tuvimos cuidado de que los datos que se manejan sean reales o estén dentro de lo fantasía congruente de la novela”, concluyó.