Cultura y Pop: Antes de que Amanezca
La trilogía no solo muestra los cambios en la relación, las ideas y la vida de los personajes, sino también los cambios en su físico, y cómo cambian las batallas que pelean
Normalmente, cuando actúo en otros sets, bromeo y mantengo las cosas ligeras. Pero para este, saldría y lo consultaría conmigo misma. De hecho, me aislé un poco.
La película Befare Sunrise (Antes de que Amanezca) se estrenó en 1995. Si hablamos en blanco y negro, la historia suena a cliché. Jesse, un chico americano aspirante a escritor (protagonizado por Ethan Hawke, por entonces al inicio de su carrera, y de moda por el éxito de La Sociedad de Los Poetas Muertos y Reality Bites), viaja en tren por Europa cuando conoce a Céline, una chica francesa (protagonizada por Julie Delpy) que se dirige a París. La química es immediata, y Jesse la convence de pasar la noche con él paseando por Viena—su avión de vuelta a casa saldrá temprano por la mañana.
Dos cuties se conocen en un tren, y sólo tienen unas horas por delante juntos: no es difícil adivinar qué sucederá a continuación. Poco a poco, sin embargo, Before Sunrise se desmarca de las expectativas. En la siguiente hora y media no hay dramas ni gritos, ni revelaciones chocantes ni catarsis, y ni Jesse ni Céline descubren el sentido de la existencia. Lo único que vemos son largas conversaciones acerca de todo y de nada entre los dos mientras pasean, toman un café, juegan pinball, fuman un cigarrillo, visitan una feria, y miran las estrellas tumbados en un parque. La atracción que surge entre ellos es inseparable de su físico, pero también de su afán por escuchar y explicarse, de entender el mundo y su lugar en él, la manera en la que se hacen reír y se toman el pelo.
Para cuando se despiden por la mañana en la estación de tren, el espectador está deseando que se queden juntos, pero la película nos envía a casa con un final abierto. Y para remarcar la pena y la incertidumbre de los protagonistas ante una situación que no pueden cambiar, nos muestra escenas de los lugares donde estuvieron juntos en Viena, ahora vacíos.
Nueve años más tarde, en 2004, Before Sunset (Antes de que Atardezca) reúne de nuevo a Jesse y Céline. También han pasado nueve años en sus vidas, y el espectador se entera de lo que sucedió después de aquella noche en Viena. Hay nuevas cosas que explicar, la historia desarrolla otro giro, su final vuelve a ser abierto—y se reanuda nueve años más tarde, en 2013, en Before Midnight (Antes de la Medianoche), la última entrega de la trilogía, que muestra a Jesse y Céline en otro lugar, y nuevas circunstancias.
Vistas en conjunto, el título de cada película tiene que ver no sólo con el momento del día en el que ocurren, sino el momento vital de los protagonistas.
Hace (gulp) treinta años, cuando Before Sunrise fue estrenada, la puse en la lista de películas que tenía que ver. Y sin embargo, me la perdí. Solo la proyectaron un par de días en un cine de arte que me quedaba lejos, y para cuando tuve tiempo y medios, ya la habían quitado. Le perdí el rastro, y cuando se estrenaron las otras dos casi ni me enteré, ocupado como estaba en otras cosas.
Hace un par de semanas, sin embargo, un cine en Maastricht proyectó las tres películas de golpe, con media hora de intermedio entre cada una, y aproveché para verlas por primera vez. Fue una manera inusual y hermosa de pasar una tarde en el cine; tan inusual y hermosa como estas películas.
La trilogía no solo muestra los cambios en la relación, las ideas y la vida de los personajes, sino también los cambios en su físico, y cómo cambian las batallas que pelean. Las tres están construidas de la misma manera: la acción se produce en un puñado de horas, y lo que vemos la mayor parte del tiempo es a Jesse y Céline de frente o de espaldas, caminando y conversando, usando palabras para (intentar) expresar sus sentimientos, su enfado, su frustración, sus inseguridades, y sus anhelos. No hay flashbacks. Ninguna voz en off nos explica lo que pasa por su mente. Asistimos a un momento concreto de su existencia, y lo que deducimos sobre lo que han vivido, lo que sienten y lo que esperan uno del otro, se basa en lo que se dicen—que como cualquier otra conversación, es parcial, subjetiva, y está abierta a interpretación y malos entendidos.
”Ojalá hubiera visto estas películas cuando se estrenaron,” pensé. Me encantaría saber lo que habría pensando por entonces, así como estoy seguro de que por aquella época también me habría interesado escuchar las cosas que, diez, veinte, y treinta años más tarde comprendo al ver la historia de Jesse y Céline, pero que por entonces seguramente me pasaban de noche.
No me sorprendería que Richard Linklater, el director detrás de esta trilogía, se embarcara en este proyecto en parte para ver cómo su propia visión cambiaría con los años. Como ya se habrá dado cuenta, su obra es bastante inusual. Acaba de estrenar una película completamente diferente, “Hit Man.” Estoy en el proceso de ver sus otras películas. La semana que viene hablaré más sobre él.
IG: @luisalfredops