‘Huesera’, el terror de ser mamá; entrevista con la actriz norteña Natalia Solián
En cartelera hay una película mexicana de horror que se ha apoderado de la taquilla, pero no sólo eso, también de los aplausos de la crítica y los festivales de cine
Valeria (Natalia Solián) no es la protagonista del cuento de hadas que a las niñas les recitan para irlas educando en la maternidad, en un guion que, llegado el momento, tienen que cumplir a cabalidad. En “Huesera”, Valeria no es una mamá modelo, no se parece a la de los comerciales o los melodramas. Ella rompe con la “bendición” que supone la “dulce espera” y destruye a martillazos la romantización del hecho de convertirse en madre. En esta película, ella es una mamá en construcción bastante atormentada, desobediente, temerosa, insegura, aterrada y con demonios que se hacen presentes y salen de la oscuridad cuando se entera que algo le crece por dentro.
‘Huesera’ es eso, una cinta que convierte la maternidad en una película de terror. Una historia que se detiene a mostrar esa parte oscura de la que nadie habla. Y es que los demonios que hay que enfrentar quizá no son los habituales del género, pero cuando les ponen cara, cuando los ves caminando, retorciéndose y van creciendo a la par de tu vientre, son bastante intimidantes: El miedo a lo desconocido, el peso de crear tu propia familia, la idea de no salirte de un rol de género, el cumplir con una expectativa social, el no salirte de los estereotipos impuestos a la feminidad y además de la incertidumbre, la angustia, la culpa y el terror de cargar encima con una vida que depende completamente de ti.
Natalia Solián, la protagonista, les da vida a dos seres dentro de uno: La víctima y la victimaria, la mujer perseguida y la que persigue en un filme que rompe moldes y se apropia de un género para reinventarlo. En entrevista exclusiva para VMÁS nos confiesa que, sin haber leído el guion, ella firmó contrato y se puso en las manos de la directora. Pues de inmediato hubo una conexión con Michelle Garza Cervera, además, la historia fue coescrita por otra mujer (Abia Castillo) y ese toque feminista de una ópera prima que, desde su génesis, ondeaba la bandera de la sororidad, el entendimiento y la introspección.
Y aunque apenas estamos entrando en materia del proceso creativo de este filme que se levantó y tomó vuelo por la voluntad de una directora egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica de la Ciudad de México, quien gracias a este trabajo se embolsó dos premios en el Festival Internacional de cine de Tribeca de Nueva York: A la Mejor Nueva Dirección Narrativa y el Premio Nora Ephron, que reconoce a directoras y guionistas “con una voz distinta”, nuestra protagonista empieza por el final, resumiendo lo que esta película significa para su carrera y su vida: “Algo que me dejó Huesera, es justo la capacidad de darme cuenta que la maternidad es grandiosa, es hermosa y lo mejor que me pudo pasar en la vida. Porque al fin pude reconocer, sin sentirme culpable, que también tiene cosas terribles, desgastantes y atroces. La maternidad te despoja de mucho de lo que eres y te transforma, te convierte en un nuevo ser, te vuelve a reconstruir. Yo no soy la misma desde que di a luz, pero puedo asegurar que esta película me ha llevado a tener un proceso de entendimiento y acercamiento con Juliana, mi hija, y también conmigo misma. Ha sido muy bonito porque mi pequeña y yo nos hemos hecho más amigas y eso es algo brutal, porque de pronto parecería que es una película que niega la maternidad, pero para mí ha sido todo lo contrario”.
Al entrevistar a Natalia, me pregunto por qué tan pronto sale a relucir esa conexión de la protagonista con su personaje y cómo influyó en su vida personal. Una posible respuesta es que ‘Huesera’ es un filme que más que respuestas, lanza preguntas. No por nada, durante una de sus exhibiciones en Ciudad de México, el público tardó en levantarse de sus asientos cuando terminaron los créditos, hubo un silencio total, parecía que todos estaban en estado de shock. Seguro estaban procesándola, asimilando que pasó, cuestionándose cosas que daban por hecho. Ese mismo proceso lo vivió Natalia, pero del otro lado de la pantalla, cuando le puso rostro a Valeria: “Cuando me contaron la historia, lo que me emocionaba mucho de Huesera es que ‘el monstruo’ termina siendo ella misma. Toda esta odisea que atraviesa el personaje, todas esas cosas terribles que pasan alrededor suyo, la impulsan a ver hacia adentro. Las criaturas que la acechan la arrastran a ver quién es ella realidad, a mirarse y confrontarse consigo misma. Por eso creo que la película podría parecer anticlimática, porque no está poniendo el elemento sobrenatural o demoníaco en el exterior, sino que eso que hace sufrir a la protagonista, eso con lo que se está confrontando, es algo que está en ella misma. Es curioso, porque se trata de un proceso que todos califican de entrañable, pero que en esta película se convierte en todo lo contrario. Estoy hablando del hecho de parir un hijo”.
Pero, de qué trata está película que ha generado tanto revuelo, por qué se habla tanto de ella, por qué tomó por asalto las salas de cine cuando parecía que este proyecto estaba destinado a los festivales de cine y ser llamada una película de autor. El boca en boca la puso en la cartelera comercial y se ha convertido, según la crítica y el público que se ha volcado en las taquillas, en una de las cintas de horror mexicanas más originales y aclamadas de los últimos tiempos.
“Huesera” nos narra la historia de Valeria, una chica recién casada que muere por quedar embarazada. Pero cuando le dan la noticia, la felicidad que envuelve a la pareja, se ve opacada cuando la protagonista empieza a percatarse de que seres demoníacos la empiezan a perseguir a todos lados, criaturas que le roban el sueño, la tranquilidad y su salud mental. ¿Son seres reales, son miedos interiorizados, se trata de un reflejo ante el estrés por la presión social o alguien, por medio de la santería, le quiere hacer daño?
La película no es un trabajo comercial que pueda resumirse de manera sencilla, pero todos estos cuestionamientos están en el aire y los espectadores van armando ese rompecabezas mientras la protagonista se truena los dedos, se queda la noche en vela, tiene visiones y se siente cada vez más distanciada de su marido (Alfonso Dosal), su familia y esos nueve meses que se le hacen eternos y asfixiantes: “La maternidad no es pura belleza, también es atroz y esta película muestra que se vale tener miedo, se vale dudar, se vale cuestionar. Imagínate que ese hijo que vas a tener, te dicen que va a ser lo mejor que te va a pasar en la vida y termina siendo algo a lo que le tienes miedo. Ese bebé angelical se vuelve una especie de monstruo, algo que te lleva a sentir incertidumbre y dices ‘esto no será fácil, va a estar cabrón’. De pronto te entran las dudas y no sabes si vas a dar el ancho, si vas a ser buena mamá, si te vas a poder ajustar a los roles de género que ya están como muy impuestos. Mi personaje viene de una familia muy tradicional que llevan tiempo presionando para que sea mamá, porque era la chica rebelde, bisexual y punk de la familia, a la que que no le gustaban los niños y no se veía interesada en formar un hogar tradicional y de pronto cumplir con ese rol, la atormenta mucho”.
Al oscurecerse la sala de cine y enfrentarse a la pantalla grande, lo primero que salta a la vista es que Natalia Solían se comprometió con esta historia y la llevó a buen puerto a través de un trabajo actoral que no sólo requería mucho talento, sino sensibilidad, empatía, amor por el oficio y ponerlo todo al servicio de una mamá al borde del precipicio.
En la vida real, la maternidad tuvo un rol muy diferente en la vida de la actriz y aunque es madre soltera y la noticia de su embarazo le llegó cuando era muy joven, ella estaba muy segura de que sacaría la garra necesaria para educar, ser cómplice y caminar de la mano de su hija Juliana: “Fíjate que el hecho de convertirme en mamá fue un deseo que siempre tuve muy adentro de de mí. Estaba ya muy posicionado en mi mente desde niñita. Desde pequeña quería ser mamá, no sé si eso tiene que ver con una construcción social, pero siempre fui muy maternal con mis primos chiquitos, jugué un montón a las muñecas y me encantaba ese mundo de la pañalera y los biberoncitos. Al contrario de mi personaje, la maternidad la tuve muy latente, nunca me lo cuestioné y cuando me pasó, a pesar de que yo era muy joven, que apenas había terminado la carrera y estaba sola, me sentía muy fuerte para defenderme en ese sentido, para sacar adelante a mi hija”.
En una época en que se cuestiona el poder y el yugo que ejerce el patriarcado en la vida cotidiana, las mujeres han levantado la voz y el brazo para defender sus derechos, para decidir sobre sus cuerpos, para defenderse de la violencia de género en un país en donde los feminicidios son moneda común. No por nada “Huesera” además de entretener, ha dado en el punto de poner sobre la mesa si una mujer está, o no, obligada a tener familia, hijos y una vida familiar que puede llegar a aprisionarla o convertirse en una pesadilla.
Igual que todos los que han entrado a ver esta cinta, a Natalia también la ha sacudido y la han llevado a cuestionar las injusticias, la violencia y el sometimiento que el machismo ha normalizado: “A las mujeres siempre nos ha tocado cargar con un peso doble y siempre se nos estigmatiza por encima de los hombres. Si un papá deja a su familia, después de un tiempo se le perdona y puede rehacer su vida con mucha facilidad y sin que nadie lo señale como un mal padre. Ellos pueden volverse a construir su vida, tener otros hijos y nadie hablará de su pasado, a nadie le importa de dónde viene o su historia de vida con otras mujeres. Pero una mujer que se atreva a hacer la mitad de eso, va a cargar con los señalamientos de por vida, va a ser vista como un monstruo. No por nada, la gente que ve la película se pone muy incómoda. Es muy interesante ver los mensajes en redes sociales que linchan al personaje, a su directora y al elenco. Nos cuestionan el cómo nos atrevimos a contar una historia así. Esta película no deja indiferente a nadie, o la amas o la odias. Es una obra sobre la que la gente se proyecta porque no es una película panfletaria, a mí me gustó mucho que el guion que no tiene una postura definitiva, tampoco está aleccionando de sí debemos o no tener hijos. Lo que sí hace, es que plantea una discusión, abre la puerta para que volteemos a ver otro tipo de personajes que normalmente no se retratan. Te muestra alguien que tomó una decisión diferente y alguien que está sufriendo y la está pasando horrible por no cumplir ciertas reglas atribuidas a su género y por no ceder a la presión social”.
PASOS AGIGANTADOS
Natalia Solián ha hecho carrera en el teatro y ahora da pasos agigantados y va cobrando notoriedad en la pantalla grande. Su cara resulta familiar porque viene de dar vida a otro personaje que le costó asimilar y entender, pero que retrató con verosimilitud y lo vistió con verdad y dignidad a pesar de tratarse de una “buchona”, una mujer que es la amante de un hombre dedicado al crimen organizado. Se trata de la serie ‘Somos’ que lanzó la plataforma Netflix y que retrata el drama vivido en Coahuila, cuando el narco aterrorizó y casi desapareció en 2011 a una población completa y que es conocida como ‘La Masacre de Allende’.
En esta serie, hubo otra mujer que estuvo involucrada en la dirección, la reconocida cineasta Mariana Chenillo, quien además contó con la pluma de las escritoras Fernanda Melchor y Monika Revilla en el guion. Este equipo le dio visibilidad a los personajes femeninos y no permitieron que fueran revictimizados. Sobre las alianzas con otras creadoras, que en su carrera han resultado fructíferas y alentadoras, Natalia tiene claro que trabajar con otras mujeres es un proceso que la hace sentir segura, comprendida y escuchada: “Hacer la película de la mano de Michelle resultó en un proceso que tuvo mucho acompañamiento. Yo nunca había sentido tanta confianza, por lo tanto nunca me había sentido tan entregada a alguien y su proyecto. No sé si eso tiene que ver con que es mujer, pero más bien creo que hubo una conexión y coincidimos en muchas cosas. Nos entendimos muy bien a pesar de que no nos conocíamos. Desde el inicio le entramos a temas súper íntimos y siempre hubo la voluntad de confiarnos cosas muy personales, de no sentirnos a la defensiva. Con otros proyectos me he ido con más cuidado, abriendo poco a poco, generando confianza y con ella inmediatamente pude crear una lazo fuerte”.
Siguiendo con el tema del empoderamiento femenino, Natalia invitó a su abuela a ver la película y ese abrazo entrañable que se dieron ambas al final de la función significó muchas cosas para ella: El reconocimiento por su resiliencia, por aferrarse a un sueño y a una competida carrera que a la familia no siempre le genera confianza y también el resultado de una lucha constante, de picar piedra y abrirse camino en el mundo de la creación, de prestar su talento para contar historias y convertirse en otra persona: “El proceso de ver la película ha sido súper emotivo para mi familia. Siempre había en ellos esta idea rara de que la actuación es un juego y otras veces como que nadie confía en que lo vas a lograr. Aunque debo admitir que aunque me veían batallando, mi familia siempre tuvo mucha fe en mí. Y es que desde el inicio me veían muy necia. Así que siento mucho orgullo que ahora me vean metiendo un gol como este, un proyecto de cine que ha sido muy celebrado por la gente que me quiere. Imagínate que llevé a mi abuela Minerva a verla y vi que la estaba pasando fatal porque me veían sufrir en la historia, además que me vieran desnuda también fue un shock para ellos, imagínate a mi abuela viendo esas escenas. Pero al final ella no daba crédito, no podía creer que yo era la protagonista de la película y saliendo de la función me abrazó y me dijo que estaba súper orgullosa y feliz de lo que estaba logrando. Yo estoy todavía impactada por todo lo que ha generado ‘Huesera’, me siento un poco avasallada y noqueada por lo que está pasando. Digamos que esta película fue hecha con mucho amor, se trata de una hija que sí fue muy deseada y de la que todos nos sentimos orgullosos y nuestra mayor recompensa es que vayan a verla”.
¿DÓNDE VER LA HUESERA?
Huesera se estrenó a nivel mundial en el Festival de Tribeca el 9 de junio de 2022. Sin embargo, tras pasar por grandes festivales internacionales, Sitges, Cataluña, Lima o Toronto; Huesera se puede ver en las carteleras de cine en México.
¿DE QUÉ TRATA LA HUESERA?
La cinta de Michelle Garza Cervera relata la historia de Valeria, una joven que queda embarazada de su esposo Raúl. Mientras la felicidad de la noticia aumenta en la pareja, Valeria comienza a vivir los meses más inciertos de su vida. Unos que van desde la felicidad conyugal, la incertidumbre del embarazo y el inquietante crujir de sus huesos. Cervera, según la sinopsis oficial, revisa ‘los mitos de la maternidad, los roles conyugales, la familia, la estabilidad, y trastoca la tranquilidad clasemediera para sugerir otras realidades’, adentrándose en el terreno de lo siniestro, lo abismal y el horror. Todo, mientras su hijo crece en su vientre y la Huesera irrumpe en sus sueños.
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¿QUIÉN ES NATALIA SOLIÁN?
Actriz mexicana, nacida en Culiacán, Sinaloa, y a quien hemos visto en Somos, Un extraño enemigo y Zapatos rojos, protagoniza este film de horror como Valeria.
¿QUÉ CRÍTICAS RECIBIÓ EL FILME?
La ópera prima de Michelle Garza Cervera ha sido recibida con grandes halagos desde su estreno en 2022. Tras recibir el Premio a Mejor Director de Nuevas Narrativas y el Premio Norah Ephron en el Tribeca Film Festival; Huesera ha sido un rotundo éxito. No obstante, su popularidad no solo recae en festivales internacionales, sino también se hace presente en la crítica especializada, contando con un 99% de aceptación por parte del sitio Rotten Tomatoes con 72 críticas recibidas.
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