‘Los actores, con nuestro trabajo, podemos iluminar ciertos caminos de la vida’: Richard Gere vuelve a la pantalla grande
El actor estrena la película ‘Oh, Canada’, donde interpreta a un escritor y cineasta que acepta filmar su vida en un documental sobre los últimos días de su vida
El cine se caracteriza por mantenerse en el tiempo infinitamente. Y en el caso de Richard Gere, parece mantenerse a la par. Imposible olvidarlo en Mujer Bonita, Reto al Destino o tantos otros clásicos que marcaron la década del 80. Y 40 años después, vuelve a trabajar con el mismo director Paul Schrader de Gigoló Americano, con la nueva producción ‘Oh! Canada’.
¿Si nos pusiéramos a ver los éxitos del cine que protagonizó a lo largo de casi medio siglo, en cierta forma lo veríamos crecer en una pantalla grande?
Y... Cuando me entregan algún premio en algún festival de cine suelen proyectar un resumen de los años de mi vida en la pantalla de cine desde que yo empecé como actor a los 26 años. Y ver pasar mi vida resumida en apenas dos minutos, en una pantalla de cine, es una experiencia muy extraña. Cuando veo todos esos personajes, me veo a mí como la persona que pretendía ser ese personaje. Es extraño ser actor, especialmente con el cine porque suena como una experiencia efímera que se disfruta en una sala de cine, pero nunca desaparece, porque es como un documento eterno muy poderoso. Es algo tan misterioso como extraño.
¿Nota un gran cambio en el estilo de actuación que solía tener cuando era joven?
No sé, todavía me veo joven (Risas). Mi hijo es actor y cuando veo lo que yo había hecho al principio de mi carrera siento que no soy la misma persona. Hay una continuidad, pero no logro ver al actor que yo era. Sigo viendo al ser humano y todo lo que se relaciona en ese sentido. Eso es lo que más me identifica porque es lo que también abre inmediatamente mi corazón.
¿Y a la hora de actuar hoy no aprovecha mucho más las experiencias de vida?
Es lo que también cambió mi vida. El paso del tiempo. Mi padre falleció hace unos meses. Tenía casi 101 años, solo le faltaban unas pocas semanas para cumplirlos. Él estaba viviendo conmigo, con mi esposa y mis hijos. Estaba en una silla de ruedas y era claro que estaba viviendo sus últimos días. Su mente iba y venía con diferentes realidades, con todo tipo de niveles de conciencia. Y creo que es lo que tanto me gustó del guion de ‘Oh! Canadá’. Obviamente, todos nos vamos a ir en algún momento y la calidad de vida va cambiando. Pero yo quise capturar lo que significa el paso del tiempo.
¿Se imagina en el futuro tal cual como se ve en el cine maquillado como un anciano ?
Supongo que al haber perdido a mi padre, quise honrarlo lo más que pude. Nos parecíamos mucho con papá y daba miedo verme en el espejo a medida que envejecía en el cine, por como puedo llegar a verme dentro de unos años, asumiendo que también pueda llega a vivir tanto como mi padre.
Justamente, la historia de ‘Oh! Canadá’ tiene bastante que ver con el mundo de Richard Gere, porque trata sobre un escritor y cineasta que acepta filmar su vida en un documental sobre los últimos días de su vida, siendo además un norteamericano que se había mudado a Canadá para evitar que lo mandaran como soldado a la Guerra de Vietnam. Y el parecido con el padre en la realidad, también tiene que ver con la ficción porque en el cine tiene problemas en contar su historia, por la mala memoria de una enfermedad terminal. Pero en el cine, hay otro actor que representa una versión más joven de Richard Gere, el mismo Jacob Elordi que acompañó a Zendaya en la serie Euphoria de HBO.
¿La interpretación más joven de tu personaje con el actor Jacob Elordi, te recordó en algo a tu juventud?
La primera vez que lo vi a Jacob, me hizo acordar mucho a mi hijo. Eso solo ya es bastante. Al principio también leímos juntos las partes del guion y se sintió bastante bien al ver qué él también se fijaba los ademanes que yo hacía. Es lo que yo hubiera hecho si hubiera tenido que interpretarme en mi juventud. También me contó que había vuelto a ver el cine que yo había hecho cuando yo tenía la edad de él y me dio todavía más confianza. Hablamos sobre el estilo de voz que íbamos a usar y después fue todo más simple, queríamos usar el estilo de voz que buscara decir la verdad. Lo noté muy humilde y genuino, bastante dulce y la verdad, trabajó muy duro. Pero nunca filmamos juntos ninguna escena, excepto la toma donde aparece en el espejo. Yo también soy mucho más alto, así que fue lo único que tuvimos que corregir para que no fuera tan evidente.
Una de las partes más importantes de Oh! Canadá tiene que ver con la decisión de tu personaje de evitar ir a la guerra de Vietnam, mudándose a otro país. ¿En un mundo con tantas guerras y una forma de pensar tan opuesta, es posible filmar una historia que muestre las dos campanas?
Cada postura puede tener sentido. Durante la época de la Unión Soviética se filmaron los mejores años del cine. Y es porque la represión y la opresión inspira a que los artistas encuentren una forma mucho más sutil de comunicarse. El cine más extraordinario de aquella época tenía temas muy difíciles de expresar que fueron cambiando para convertirse en un cine mucho más capitalista, que no siempre es tan bueno. Es algo que pasó con el estúpido cine de hoy. Pero estoy convencido que los artistas siempre van a encontrar una mejor forma de comunicarse incluso sin grandes presupuestos. No se trata de conseguir el dinero. El tema es tener algo que decir para encontrar la forma que le dé valor al trabajo que vayas hacer, purificando tu corazón y tu mente lo más que puedas. Es algo que pasa en todo el mundo cuando limpias tu corazón y tu mente.
First poster for Paul Schrader’s ‘OH CANADA’ starring Richard Gere, Uma Thurman, Jacob Elordi and Michael Imperioli. pic.twitter.com/oDLf6WdARn
— Film Updates (@FilmUpdates) May 15, 2024
¿Lucharía en una guerra, en la realidad, fuera de ninguna cámara?
Es una pregunta muy difícil de contestar porque el tema no tiene que ver con ir a la guerra, el dilema es cuándo tomar un revólver para matar a alguien. Ese va a ser siempre mi tema sin importar que sea una guerra justa o injusta. La gran pregunta es ¿Podría hacerlo? ¿Podría matar a alguien? ¿Hasta qué punto puedo llegar para defender a mi familia? En Vietnam ni siquiera conocíamos a esta gente, solo habia sido una decisión estúpida de Kissinger que nos involucró en una guerra repleta de mentiras y locuras. Obviamente cuando luchas por tu país o te invaden, te bombardean y cosas así, el tema es mucho más profundo pero... ¿Podría matar a otra persona? Esa es la pregunta que yo me haría.
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¿Y cree que un actor puede cambiar la forma de pensar de la gente con una actuación de cine?
El problema creo que pasa por los momentos en que nos identificamos como seres humanos. Obviamente no nos vemos reflejados en otras personas. Y esta historia presenta al mundo en que vivimos donde la comunicación es bastante misteriosa. Tal cual como la vida misma, cuando nos sentimos identificados con los problemas de otras personas, los problemas desaparecen. Somos todos los mismos seres humanos, en este planeta, incluyendo los animales y los espíritus. Pero creo que los actores, con nuestro trabajo, podemos iluminar ciertos caminos de la vida. Tenemos la virtud de poder mostrar el punto en común de estar vivos, con ciertas realidades o ideas con que podamos llegar a identificarnos.
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