Marduk vino y ni se enteraron
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El show de Marduk, como el de Mayhem o Kreator, representan el libre albedrío en la Europa del Este.
Son el grupo más blasfemo de la historia. Sus letras son la construcción de la fantasía del paganismo sobre la tierra.
Para quienes el método científico es por encima de la metafísica divina, Marduk nada más representa sonidos atronadores y voluminosos.
Entramos al festival con el corazón acelerado. Las uniones cristianas, de apego a las reglas morales y la concepción de la vida, sin una sola alma pía para defender sus valores.
Ni siquiera Gilberto Lozano con FRENA. El grupo Monterrey, la unión de iglesias ecuménicas. Ni los hebreos ni los musulmanes.
Al subir al escenario los oriundos de Suecia, ofrecieron el mismo espectáculo de siempre. Bocinazo, guitarra rápida, bajo atronante y voz ininteligible. El educado y conocedor público nacional, con sus pares americanos, deglutieron el platillo condimentado con el horror.
El show de Marduk, como el de Mayhem o Kreator, representan el libre albedrío en la Europa del Este.
Donde muchos de los jóvenes han decidido no continuar con las tradiciones de sus progenitores. Le dan la espalda al Catolicismo Romano. Regresar a la liturgia de las tribus originales y de las experiencias con el ocultismo.
Así vino a Monterrey la agrupación sueca de Marduk. Con las caras lavadas y el cabello casi albino.
No llegó a cabildo. Tampoco las conciencias neopentateucas se enteraron. Otro día salió el sol y Marduk sigue su gira en Sudamérica. Asustando a ignorantes. Y a persignados.