Muse pone a cantar a los metaleros en el Hell and Heaven

Cuando este festival anunció como headliner a la banda británica, las críticas no se hicieron esperar al no considerarla una banda de metal, sin embargo, este sábado por la noche, más de 60 mil personas se rindieron a sus pies y corearon a todo pulmón su repertorio

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/ 5 noviembre 2023
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La noche del viernes Slipknot dejó el escenario caliente y la vara muy alta para la siguiente banda principal del segundo día de descarga musical del festival metalero Hell & Heaven. La banda de Nu Metal le prendió fuego al escenario con su voz potente, sus letras anarquistas, sus rostros cubiertos por máscaras que ocultaban a cinco talentos que dejaban salir ‘riffs’ de guitarra atropellados y seguidos por una batería enloquecida y un bajo que nunca permitió quedarse en segundo término.

El público estaba en éxtasis en esta primera entrega del encuentro que tiene como bandera el metal. Y así llegaron al sábado, con tremenda resaca y la gran expectativa que dejaron las bandas del cartel inicial que tuvo además de Helloween y Amon Amarth a The Casualities, Sick of it All, Suicidal Tendences e In Flames, entre muchos otros. Pero el segundo día arrancó con potencia y superó la cantidad de público, quienes poblaron de energía cada uno de los cinco escenarios y ovacionaron a cada una de las bandas que salieron como toro de lidia, a conquistar el ruedo.

Y es que la oferta no era poca cosa, los difícil era a que escenario correr: Ministry, Lacrimosa, London After Midnight, The 69 Eyes. Y con ellos la oferta iba en todas direcciones con géneros e influencias para aventar para arriba: Gótico industrial, dark wave, punk, alternativo, rock gótico y metal, mucho metal, más lo que se acumulara.

Entrada la noche y en un ambiente teatral, Lacrimosa hizo acto de aparición para ofrecer un repertorio de melodías oscuras y algo tétricas a las que sólo le faltaron vampiros volando encima del escenario. Apenas subieron a saludar a su horda de fans, y Tilo Wolff y Anne Nurmi recibieron una bocanada de cariño de un México siempre fiel y siempre gótico a esta banda alemana que nunca queda a deber.

Y es que con 30 años de trayectoria y la suma de generaciones enteras que se rinden ante una agrupación de culto que mezcla un sonido con reminiscencias neoclásicas, sinfónicas, acompañado de trompetas, violines y un piano que le da un toque industrial, hicieron que la audiencia no se despegara hasta escuchar el último acorde y una reverencia de despedida.

Fue curioso escuchar a los seguidores más aguerridos de la banda, en un coordinado alemán, cantar temas como “Schakal”, “Führ Mich Nochmal in der Sturm”, “Alles Lüge” y ya más relajados con el idioma “Daughter of Coldness”, “The Turning Point” y “Celebrate the Darkness”. Los vocalistas de la banda han dicho, en repetidas ocasiones, que aman a su público mexicano, pero la noche del sábado lo pusieron por escrito al salir a disfrutar de la oferta del festival y abrazar y sonreír a quien quisiera platicar o tomarse una foto con ellos. Toda la presentación de Muse estuvo vigilada de cerca por estos dos seres de ultratumba que se ganaron el cariño de quienes se topaban con estas majestades.

Pero los encargados de prender a la multitud antes de la llegada de Muse fueron A Day to Remember que no sólo pusieron a cantar a los presentes con su punk melódico y con tintes Pop, sino también con su lado más salvaje de guitarras distorsionadas, coros guturales y una velocidad que los hacía sonar bastante rudos y con lo que desataron el slam entre un público que celebrara su presencia en el escenario “Heaven Stage”.

ADTR no se bajó rápido del escenario, al contrario, se dieron el lujo de entonar 18 temas y dejar con ganas de más a un público que esperaba con ansias a Muse, pero que jamás los abucheó ni pidió su salida. Y es que la conexión con el público mexicano se dio desde el inicio y alcanzó su máximo cuando se oyeron los primeros acordes de “Viva la México”. La banda empezó con “The Downfall of Us All”, siguieron con “Paranoia”, “2nd Sucks”, “Degenerates” y culminaron con la energía de “Rescue Me”, “Miracle” y “All Signs Point to Lauderdale”.

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La ovación para despedirlos se unió al recibimiento de unos enmascarados de plata llamados Muse, quienes apenas pusieron un pie en el “Hell Stage”, demostraron a qué santo se le tenía que rezar esa noche. Miles de personas reunidas dejaron ver el motivo por el que habían asistido este segundo día de un encuentro musical metalero que dejó de lado los debates de un género que tiene muchas vertientes y se pusieron de rodillas ante una banda que conquistó a todos desde el primer segundo encima del entablado.

Matt Bellamy apenas se quitó la máscara en el segundo tema de la noche y las miradas estuvieron todo el tiempo sobre él. Y es que su peculiar timbre de voz, el encanto con el que maneja a sus fans y la cercanía con un público que no dejaba de adorarlo, hicieron de la noche, un momento mágico. El fuego de inmediato se hizo sentir y los visuales mostraban la narrativa de una gira que apuesta por el poder y la voluntad de la gente: “Will of The People”.

Un lanzallamas no paraba de rugir y las luces le imprimieron una atmósfera espectacular, pero la sorpresa de la noche fue una máscara de enormes dimensiones que presenció un ritual anarquista que hizo sentido con la nueva etapa de la banda.

Sin embargo, los éxitos de antaño no se hicieron esperar y el set list no dejó a nadie indiferente, pues por igual corearon el tema que le da nombre a la gira y también los ya clásicos “Interlude”, “Psycho”, Plug in Baby” y “Uprising”.

Llegó un momento en el que la energía era tan fuerte, que Bellamy tomó su guitarra y la estrelló contra un amplificador ante la ovación de un público que no dejaba de cantar. Sus compañeros de ruta, Dominic Howard y Christopher Wolstenholme ofrecieron una hora y media de repertorio y notas musicales ante una audiencia enardecida que recibió como regalo de los dioses paganos un set list de 20 canciones que incluían “Time is Running Out” y “Supermassive Black Hole”.

Finalmente la banda se despidió, pero el público mexicano no les soltó tan fácil la mano y los hicieron regresar para que entregaran “Starlight”, “Kill or Be Killed” y “Knights of Cydonia” ante una multitud enardecida que celebró con el corazón en la mano, la cálida despedida de un vocalista que no dejaba de gritar “gracias México” y de levantar en alto una bandera tricolor a la que antes de desaparecer, besó con agradecimiento.

Esa fue la segunda y estrambótica noche del Hell & Haven y este domingo ya ingresan los fans para ponerle punto final a un encuentro musical que aún tiene todo por ofrecer: Guns N’ Roses, Billy Idol, Rata Blanca y Flogging Molly, entre otras grandes bandas que harán que este festival no se les olvide nunca.

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