Russell Crowe responde a las críticas sobre su peso
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Para su papel en su última película, Dos buenos tipos, Russel Crowe engordó hasta pesar 120 kilos.
Del musculoso Máximo Décimo Meridio de Gladiator a engordar más de 30 kilos en medio año para su papel en Dos buenos tipos. Russell Crowe es un actor acostumbrado a los cambios físicos para ajustarse a las exigencias de guion, pero no por ello deja de convertirse en noticia cada vez que gana o pierde peso. Ahora lo ha sido por lo primero: los llamados trolls de Internet empezaron a criticar este martes sus kilos de más después de que salieran a la luz unas fotos del actor haciendo deporte en un parque de Sídney (Australia). Él ha querido acallar de manera sutil y cómica a los que han criticado su aspecto, y lo ha hecho en su cuenta de Twitter dirigiéndose en especial a un periodista que le atacó.
“I can bench press young Howard…. He cannot say the same”, algo que se podría traducir como “yo puedo levantar a Howard con las piernas, él no puede decir lo mismo”. El oscarizado actor, de 52 años, escribió estas palabras en su cuenta de Twitter, en la que tiene 2,5 millones de seguidores, después de que uno de sus fans le alertara de que el periodista radiofónico Howard Stern se había mofado de su peso a la par que decía que él trataba duro para “mantenerse delgado y en forma”.
Para su papel en su última película, Dos buenos tipos, Russell Crowe engordó hasta pesar 120 kilos. “Quería ser la yuxtaposición física de Ryan Gosling (su compañero de reparto)”, dijo el actor en una entrevista en marzo del año pasado. “Me estoy desgarrando en mi camino de vuelta”, añadió sobre el peso más alto que ha marcado nunca su báscula. Según contó, en seis meses consiguió perder unos 24 kilos del peso ganado. Por las imágenes de esta semana, parece que el intérprete ha recuperado algunos de ellos, aunque por ahora no ha contado si tiene que ver con su nuevo papel en la película La momia, que llega este año a los cines.
Engordar y adelgazar para Russell Crowe es un proceso igual de difícil. Para su papel protagonista en Gladiator, cinta del año 2000, se tuvo que someter a un estricto régimen que incluía de seis a ocho comidas al día altas en proteínas para ayudarle a ponerse en forma y perder los 18 kilos que había ganado para su interpretación previa para The Insider, algo que no gustó a sus médicos porque su presión se disparó así como también su colesterol. Años después, para su interpretación en la película de Ridley Scott Red de mentiras (2008), Crowe tuvo que volver a ganar unos 29 kilos con una dieta que, según contó, incluyó cupcakes y hamburguesas con queso para desayunar. Aunque según confesó entonces, es muy fácil para él ganar peso. “A mi edad, tengo que vigilar todo lo que como. Tengo que ser muy disciplinado. Si olvidas esa disciplina, todo se pierde. Y pasa muy rápido”, dijo entonces.