Con veneno de escorpión azul "atacan" al cáncer

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Los llamados escorpiones azules, especie endémica de Cuba cuyo tóxico líquido sirve para la elaboración de Vidatox, un producto homeopático que, según investigaciones en la isla, tiene, entre otros, efectos antiinflamatorios, analgésicos y antimetastásicos
SANTA CLARA, CUBA.- En este alacranario están cautivos unos 6 mil 800 Rhopalurus Junceus, para ser ordeñados en busca de su veneno.
Son los llamados escorpiones azules, especie endémica de Cuba cuyo tóxico líquido sirve para la elaboración de Vidatox, un producto homeopático que, según investigaciones en la isla, tiene, entre otros, efectos antiinflamatorios, analgésicos y antimetastásicos.
De acuerdo con José Antonio Fraga, director del Laboratorio Biológico y Farmacéutico (Labiofam), donde se crea el Vidatox, este producto cubano inició su registro ante 60 instancias regulatorias de salud de varios países, entre ellos México, para ser avalado como un medicamento efectivo mejorar la calidad de vida de pacientes con cáncer.
Mientras las autoridades sanitarias confirman o rechazan su acción, la realidad se impone. Decenas de personas viajan a Cuba para conseguir la sustancia, de la que algunas refieren haber tenido beneficios para regular su peso, estimular el apetito y fortalecer su estado inmunológico. Según cifras de Labiofam, resultó efectivo en 85% de los 20 mil pacientes que lo usan desde 2008.
Fraga explica que el producto no cura el cáncer, pero mejora las condiciones del enfermo, al usarse de manera simultánea con tratamientos convencionales como radioterapia y quimioterapia, así como con otros medicamentos indicados.
Aval del Estado cubano
Evangelina Garza, de San Pedro de la Colonias, Coahuila, es una mexicana que ha consumido el producto desde hace dos años. En 2008 le detectaron cáncer de mama con metástasis en la columna, por lo que ya no era candidata a operarse. La sometieron a radiaciones y hoy toma tabletas de quimioterapia; a la par, desde 2010, consume Vidatox.
"Tenía dolores fuertes en las piernas, y desde que tomo el medicamento han ido desapareciendo", dice Evangelina vía telefónica, y explica que por medio del DIF se enteró de esa alternativa.
Hoy toma medicamentos alópatas, acude a ozonoterapia y se aplica diariamente cinco gotitas de Vidatox debajo de la lengua por la mañana, y otras cinco por la noche. El producto, que las autoridades de salud cubanas ya validaron, llega a México en equipajes de turistas o expertos que confían en sus resultados.
Las farmacias internacionales en La Habana lo venden en 205 pesos cubanos convertibles, por frasco de 30 mililitros, lo que equivale a unos 2 mil 218 pesos mexicanos. El precio de exportación alcanza 57 euros (995 pesos).
Fabricantes advierten que han detectado casos de fraude, pues ofertan un producto similar cuya fórmula no es 100% veneno de alacrán azul.
El Vidatox reúne, además, características notables: su toxicidad está por debajo de los parámetros admitidos mundialmente; no se contrapone con el empleo de tratamientos convencionales, y en general sus efectos secundarios son casi inexistentes.
"Vidatox tiene ensayos clínicos con resultados y expedientes que lo avalan, lo que pienso es que teniendo encuenta la característica de las enfermedades tumorales malignas, no se debe prolongar mas el tiempo para que la gente tenga acceso. Hay derecho por parte de las autoridades sanitarias a exigir calidad y que no se vaya a estafar y engañar a nadie, pero cuando ya está demostrada su efectividad, lo correcto es que se ponga al alcance del pueblo", dice Fraga.
Explica que el medicamento tiene una base científica de más de 15 años de trabajo, un costo de más de 23 millones de pesos, y un antecedente de más de 200 años de uso de la toxina del escorpión: "Esto no es empírico, ni propaganda comercial, somos una empresa del Estado cubano y jamás usaríamos algo para engañar o buscar fuente de ingreso sobre la base de un producto sin calidad".
Vidatox ha obtenido permiso de venta en Guatemala; en Argentina entró bajo otro tipo de regulaciones que no exigen registro. También ha llegado a las ex repúblicas soviéticas y al sur de Africa.
Proceso de elaboración
Reynaldo Rodríguez, especialista principal del escorpionario, ubicado al oeste de Santa Clara, explica que los alacranes capturados se clasifican en frascos que indican lugar de captura, y se someten a una revisión para comprobar que no haya problemas físicos y, sobre todo, que el aguijón esté completo.
Luego, los animales pasan a cuarentena. Ahí se adaptan al cautiverio y a la alimentación, compuesta por agua y larvas de la mosca lixophaga, que suben los niveles proteicos.
Luego pasan al área de explotación. Allí permanecen cerca de dos años, y cada 21 días son ordeñados: se les extrae la toxina mediante estimulación eléctrica. Luego de esta vida útil, son soltados en su hábitat natural con un número para que no vuelvan a ser capturados.
Hasta 300 escorpiones pueden ser ordeñados por cada persona, y de cada uno se extraen entre 10 y 15 gotas por vez. En promedio, se entregan de 800 a mil mililitros al mes a la planta productora.
Alexis Díaz García, con máster en farmacobiología experimental e integrante de Labiofam, asegura que el medicamento no es tóxico: "Lo ha utilizado gente, cubana y extranjera, a la que no le daban más de un mes de esperanza de vida. Esos pacientes en estado terminal y otros probaron de todo, nuestros principales voceros son ellos, que tienen mejor calidad de vida y se salvaron", dice.
Advierte que México podría perder una herramienta en la lucha anticáncer en caso de no aprobar su efectividad.