Computadoras eco-friendly ¿la siguiente revolución tecnológica?
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No basta con impulsar la tecnología hasta sus límites, el reto de hoy es diseñar soluciones pensando también en el medio ambiente y el planeta.
¿En qué piensas cuando escuchas o lees la palabra “tecnología’’?, ¿con qué la asocias?, ¿qué contexto le das a ese término y por qué crees que es así?
En mi caso, donde la ciencia ficción es un terreno siempre seductor para la imaginación, me gusta leer sobre las posibilidades de la inteligencia artificial (en particular su impacto en el arte).También buscar algo sobre human enhancement o human augmentation, que no es otra cosa sino la alteración de las capacidades físicas o mentales con inventos o herramientas del ser humano (en esta última época, sobre todo digitales).
Últimamente me he acercado a documentos sobre la automatización, donde la pregunta más inmediata suele ser referente a si un robot podrá o no hacer nuestro trabajo (me parece más acertado apuntar la duda hacia cuánto tiempo falta para que un robot esté haciendo nuestro trabajo mejor que nosotros). Sin embargo lo que en verdad me incomoda es que va a pasar con nosotros con este desplazamiento donde el sistema socioeconómico actual ya mide descaradamente a las personas según qué tan productivos seamos.
Vamos, no se trata de pretensiones absurdas; soy sincero. Por supuesto que al hablar de algo práctico, en un ambiente más cotidiano, cuando pienso en tecnología pienso en smartphones, consolas de videojuegos, computadoras.
¿Qué hay de ti, en qué piensas cuando escuchas o lees la palabra “tecnología’’?
Abro este artículo con una introducción más larga que lo habitual, porque no me había puesto a reflexionar al respecto. Pero al inicio de este 2020, llegó a la redacción de Vanguardia un correo electrónico del cofundador de una Startup radicada en Londres.
Al ver que estamos interesados en escribir sobre temas educativos, se pusieron en contacto para contarnos sobre su trabajo.
La empresa se llama Pentaform Computers, y al visitar su sitio web me sorprendió el planteamiento inicial. “Una computadora verdaderamente revolucionaria no debería costarle a la gente ni al planeta”, pone con letras grandes.
Es cierto que los temas de cuidado al medio ambiente se han vuelto cada vez más populares y cada vez son más las personas que de una u otra forma intentan hacer algo al respecto. También es cierto que la discusión se enfoca en reducir la emisión de gases contaminantes, usar medios de transporte menos dañinos, ahorro de energía y disminuir el consumo de materiales que tardan mucho tiempo en descomponerse.
Esos planteamientos me parecieron destacables e inusuales. Lo suficiente como para salir del asombro y pensar en qué pensamos cuándo pensamos en tecnología. Y es que, si los datos que expone Pentaform son ciertos, entonces queda claro que no basta con impulsar la tecnología hasta sus límites, el reto adicional es diseñar soluciones pensando también en el medio ambiente y el planeta.
En un video de introducción sobre este producto, la compañía señala que si bien la tecnología tiene un alto impacto en el mundo, los beneficios no llegan por igual a todas las personas. De ahí que el 50 por ciento de la población no tenga todavía acceso a una computadora.
“En un mundo donde 4.5 millones de personas todavía no tiene una computadora, fabricar más de ellas no es solución, pero sí crear modelos más eco-conscientes”, afirma.
Crítica, además, la forma en que la industria manufacturera brinda más aparatos como solución al avance de las tendencias y las herramientas, lo cual termina afectando el ecosistema, y en particular para las comunidades con bajos ingresos.
En eso tiene razón. En México, durante 2014, se generaron 358 mil toneladas de residuos electrónicos en todo el país, de acuerdo a la entonces Directora del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), Amparo Martínez Arroyo.
En 2018, el Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas informó que al año se producen en el mundo 50 millones de toneladas de basura electrónica. De ahí que varios países emprendieran medidas al respecto (unos antes, otros después).
La filosofía detrás del AbacusBasic, asegura Pentaform, ayuda a reducir la brecha digital y ese impacto ambiental.
Una computadora eco friendly y potente
De acuerdo con los datos públicos de AbacusBasic, el aparato está elaborado de plástico ABS que se recicla en Bali, Indonesia, lo cual está pensado para reducir la consecuencia ambiental.
Dicho dato cobra más relevancia si se toma en cuenta que, en 2010, ese país era el segundo mayor contribuyente a la contaminación de plástico en los océanos, de acuerdo con un estudio elaborado por Jenna Jambeck, profesora de Ingeniería Ambiental de la Asociación Atlética de Georgia en la Universidad de Georgia.
Aunado a esto, Pentaform comunica en su página web que para el año 2050 es probable que haya más plástico que peces en el océano. Un dato provisto por la ONU.
Otro de los aspectos innovadores que presume el AbacusBasic es el ahorro de energía, ya que usa 10 veces menos que una versión normal de escritorio. ¿Cómo? Emplea una batería de 280 mAh que alterna con una fuente de alimentación. En cambio, la mayoría de las computadoras portátiles usan baterías de litio e iones.
“La mayoría de estos elementos desechados se envían a vertederos en el extranjero en África, China, India, Vietnam y Filipinas. Los consumidores solo reciclan el 2 por ciento de nuestras baterías de iones de litio, y se calcula que entre 813 y 3 000 millones de dólares en componentes valiosos se encuentran en vertederos”, precisa la empresa.
Otro de los objetivos de la Startup es reducir su huella de carbono total, por lo que construyeron su placa 22 veces más pequeña que una placa ATX estándar, sin perder capacidad.
Como parte de sus características técnicas posee un procesador de cuatro núcleos, cuatro gigabytes de memoria RAM y capacidad ampliar el almacenamiento de manera robusta. Además presume su variedad de puertos, entre los cuales incluye VGA y HDMI, permitiendo que se conecte a viejos televisores CRT, así como a pantallas de última generación.
Quiero aclarar que este no es un contenido patrocinado. La propuesta del producto me enganchó y me pareció disruptiva. Lo suficiente como para preguntarme porque este tipo de enfoques no son más populares, por qué no tienen más difusión, por qué a veces preferimos las utopías o distopías tecnológicas, en vez de aplicar el conocimiento de hoy para llegar con más dignidad al futuro.
¿El AbacusBasic será rentable?, ¿será un éxito? No lo sé. Pero si tú, como yo, quieres probarlo, en el sitio www.pentaform.co.uk/ puedes hacer un pedido. La pre orden está en 99 libras esterlinas y comenzó el 22 de enero pasado. Entre 2 mil 500 y 3 mil pesos mexicanos dependiendo del tipo de cambio (según la información proporcionada por Google).