Cuando decenas de miles de partidarios de Khan irrumpieron en la capital el martes desafiando las órdenes del gobierno, el ejército y las fuerzas paramilitares se desplegaron
—Los enfrentamientos entre grupos armados suníes y chiíes en el noroeste de Pakistán dejaron al menos 33 muertos y 25 heridos, informó hoy un agente de policía de alto rango de la región.
Baghaei recordó los “principios de la República Islámica de Irán de condenar todas las formas de terrorismo y extremismo violento” y sostuvo que la erradicación de este flagelo requiere “un mayor fortalecimiento de la coordinación y la cooperación de todos los países, a nivel bilateral, regional e internacional”.
La corte de Islamabad emitió la orden de detención tras la sentencia condenatoria, por lo que la policía de Lahore ejecutó la detención y el traslado desde su casa a la capital paquistaní, de acuerdo con Ali Nasir Rizvi, alto funcionario de la policía.
En el complejo policial también se encuentra la estación de policía de la ciudad de Kabal y la sede de una fuerza policial de reserva, pero el daño más serio se registró en el edificio del departamento de la policía antiterrorista, explicó Khan.
El asalto a la mezquita sunita dentro de una importante instalación policial fue uno de los ataques más mortíferos contra las fuerzas de seguridad paquistaníes en los últimos años
QUETA, PAK.- En un país que registra miles de muertes al año por accidentes derivados de infracciones de tránsito, 40 personas fallecieron en un siniestro de autobús.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, recorrió ayer las provincias pakistaníes de Sindh y Baluchistán, arrasadas por las inundaciones, un día después de decir que el mundo está obligado a brindar una ayuda “masiva” al empobrecido país.