La infinita imaginación poética de Pablo Neruda creó bellas metáforas para referirse a los objetos en su poesía. Entre las muchas formas de nombrar a las cosas de la vida cotidiana, el premio Nobel de Literatura llama “violín del bosque” al serrucho, “ladrón de leña” al fuego, a la madera “columna de aroma” y al diccionario “granero del idioma”.