Científicos mexicanos buscan llevar la terapia con hongos de psilocibina a la salud pública en el país
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Científicos mexicanos son parte de la lucha científica con el objetivo de lograr integrar la terapia con hongos de psilocibina en el sistema de salud pública en México
CIUDAD DE MÉXICO- Rafael Carrera explica en su artículo “La cruzada científica por llevar la terapia con hongos de psilocibina a la salud pública en México” que fue publicado en la Wired el pasado 28 de febrero, como un grupo de científicos del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente, así como de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y del Instituto de Medicina Intercultural Nierika, están realizando una campaña para que México se incorpore a una tendencia mundial en “el uso de psicodélicos como auxiliares de la salud mental”.
De acuerdo con Carrera, que es un periodista galardonado con el Premio Nacional de Periodismo y el Premio de Periodismo Gabriel García Márquez, un grupo de científicos mexicanos “presentó ante el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (INPRF) una propuesta de ensayo clínico para brindar terapia asistida con hongos de psilocibina a pacientes con depresión severa”.
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De llegar a buen puerto y hacerse esta propuesta realidad señala el gagador del Premio Nacional de Periodismo, México estaría en condiciones de retomar una investigación científica con psicodélicos que desde la década de los 70 quedó suspendida, con lo que se sumaría a la actual carrera mundial sobre el médico para atender la problomemas desalud mental.
Los cientificos mexicanos diero un primer paso en el mes de noviembre pasado, a través de un ensayo preclínico llevado a cabo en ratones en el se pudo comprobar que ¡ que la psilocibina no causa neurotoxicidad: “Actividades antidepresivas y ansiolíticas y evaluación de la toxicidad aguda del hongo Psilocybe cubensis en modelos experimentales en ratones”.
La segunda fase prosigue Carrera, actualmente que está siendo analizada por el Comité de Ética del Instituto, consiste en una propuesta de ensayo clínico para poder administrar dosis de psilocibina a pacientes sanos.
Está prevista tercera fase en la que los científicos planean llevar a cabo un ensayo abierto en el que se suministrá la sustancia a pacientes con trastorno depresivo mayor, esto, “aquellos casos en los que antidepresivos y terapia no muestran resultados”, precisa Carrera.
El doctor Raúl Escamilla, quien es subdirector de Consulta Externa del INPRF, y quien es el que está coordinando los esfuerzos de los académicos involucrados, compuesto por químicas, biólogas, psiquiatras, psicólogos, filósofos e historiadores, indica que “crear un área o clínica de terapia asistida con psicodélicos dentro del Instituto, que integre los conocimientos de los pueblos indígenas que siguen conservando el uso tradicional de plantas y hongos como parte de sus sistemas de atención a la salud”.
“México es el único país en el mundo en el que los pueblos indígenas conservan el uso terapéutico de los hongos de psilocibina hasta la actualidad”, afirma el ganador del Premio de Periodismo Gabriel García Márquez.
En este sentido, el doctor Raúl Escamilla señala que es importante “crear un área o clínica de terapia asistida con psicodélicos dentro del Instituto, que integre los conocimientos de los pueblos indígenas”, y prosigue explicando, “hemos encontrado apertura, buena recepción, entre colegas y autoridades, pero el marco legal es complicado”, esto se debe a que la Ley General de Salud mexicana incluye a la psilocibina y otros psicodélicos (LSD, mescalina, MDMA y DMT) en el Grupo 1, es decir, son sustancias que se consideran tienen “escaso o nulo” valor terapéutico y son “un problema especialmente grave para la salud pública”.
Actualmente en Estados Unidos, Canadá, así como en países de Europa, apunta Carrera, “cada semana o mes surgen nuevos estudios que muestran su efectividad para el tratamiento de diversos trastornos de índole mental además de no desarrollar dependencia, México continúa con un marco regulatorio obsoleto, anticuado y sin fundamento” y continúa diendo que “la propuesta que se evalúa en el INPRF pondría fin a más de 50 años de que la investigación científica mexicana con psicodélicos quedó suspendida a causa de la ‘guerra contra las drogas’ impulsada desde Estados Unidos, durante el gobierno de Richard Nixon”.
UN ANTECEDENTE
En 2019, justo meses antes de la pandemia de Covid-19, explica Carrera, los doctores Anja Loizaga-Velder y Jesús M. González coincidieron en un proyecto llamado “Diálogo de saberes en torno a las potencialidades terapéuticas de los hongos que contienen psilocibina. Un estudio transdisciplinario...”, que financiado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt).
“Conocimos al doctor Rodrigo Pérez Esparza, del Instituto Nacional de Neurología, y le propusimos presentar un protocolo para dar terapia asistida con psilocibina. Lo hicimos y recibimos buena retroalimentación del Comité de Ética del Instituto, teníamos esperanza”, evocó Loizaga-Velder.
Sin enmago, el doctor Pérez Esparza “falleció de manera repentina” y nadie en el Instituto de Neurología continuó con el proyecto. Fue un año después, en 2020, que el proyecto que fue presentado a Conahcyt fue aprobado. Con lo que se dio inicio a “etapa de trabajo muy fértil en el que un equipo de investigadores y estudiantes de diferentes ámbitos trabajaron para explorar las propiedades terapéuticas de los hongos que contienen psilocibina, con especial interés en los usos tradicionales de los pueblos indígenas de México. Consideraron que esa era la principal contribución que podían hacer a la creciente ciencia psicodélica mundial, que suele desestimar los conocimientos de los pueblos originarios”, explica Carrera.
Meses más tarde, el doctor Jesús M. González conoció al Dr. Raúl Escamilla. “Yo tenía un paciente que acabó en emergencias del Instituto Nacional de Psiquiatría y fue Escamilla quién lo atendió. Así nos conocimos y empezamos a platicar”, detalla González.
Fue así, indca Carrera, que los doctores Anja y Jesús le propusieron a el doctor Escamilla volver a retomar el proyecto que se quedó en pausa en Neurología para dar terapia asistida con psilocibina. “Escamilla no lo dudó, y desde su puesto en Psiquiatría comenzó a buscar cómplices que los acompañaran en esa aventura“, señala el ganador del Premio de Periodismo Gabriel García Márquez.
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ENSAYO CON RATONES
La psilocibina fue administrada alrededor de 150 ratones tanto en trozos de hongos como inyectada. “Los animales posteriormente fueron sacrificados y sus cerebros analizados”, precisa Carrera.
“Nuestros resultados proporcionan evidencia preclínica de los efectos ansiolíticos y antidepresivos del hongo Psilocibe cubensis sin producir neurotoxicidad. Este estudio refuerza los beneficios del hongo en la salud mental y en la terapia para la ansiedad y la depresión”, concluyeron los científicos.
Teniendo la evidencia científica, escencial para demostrar que no hay efectos adversos en en las personas, el Dr. Escamilla y sus colegas iniciaron a darle forma al diseño de su experimento que lo titularon “Una propuesta para estudiar la seguridad y eficacia de Psilocybe cubensis en estudios preclínicos y clínicos como alternativa terapéutica para el trastorno depresivo mayor”, mismo que fue presentado en 2023 ante el Instituto de Psiquiatría mexicano.
Esta inviestigación busca “evaluar los efectos de hongos Psilocybe cubensis en adultos sanos y realizar”, detalla Carrera y continúa diciendo que “un ensayo abierto en una muestra de pacientes con trastorno depresivo mayor para evaluar la seguridad y eficacia en un tratamiento de dos dosis únicas (con psicoterapia asistida)”.
LA DECISICIÓN ESTÁ EN EL SENADO
Actualmente, se está analizando en el Senado una propuesta con la que se pretende reclasificar a la psilocibina en la Ley General de Salud, con el propósito de reconocer su uso médico.
Mientras se llevaba acabo el análisis en el Senado, los científicos mexicanos tienen claro “que el protocolo aún necesita autorizaciones del INPRF y autoridades sanitarias, aunque confían en que la evidencia científica que ha surgido en los últimos años por todo el mundo les permita seguir adelante”, explica Carrera.
“A largo plazo, nuestra aspiración es tener una clínica de terapia asistida con psicodélicos en el Instituto, desarrollar una línea de medicina psicodélica. Sería algo que, sin duda, permitiría dar paz y esperanza a tantas personas que enfrentan problemas de salud mental, pero también representa un desafío porque se tendría que cambiar la formación de médicos y psiquiatras mexicanos para abrirnos a estas sustancias que, a pesar de prejuicios históricos sin sustento, está demostrando grandes beneficios médicos”, concluye el Dr. Escamilla.
Con información de Wired.