¿Qué es el ‘slamsex’?, una peligrosa práctica sexual que está de moda en las aplicaciones para ligar
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El slamsex o slamming es una práctica sexual que cada vez es más popular en las redes sociales, sobretodo entre los jóvenes, y que está convirtiéndose en un grave problema de salud pública
Alberto Vargas Guerrero, quien es director y Docente del Máster Universitario en Psicología General Sanitaria de la Universidad Europea de Canarias, hace un análisis de esta práctica en su artículo “Qué es el ‘slamsex’, la peligrosa práctica sexual que hace furor en las aplicaciones para ligar“ publicado en The Conversation.
Vargas Guerrero explica que el slamming es “una modalidad de chemsex, que es un comportamiento que se caracteriza “por el uso de drogas recreativas para intensificar las relaciones sexuales”; que comúnmente está vinculado a fiestas o encuentros en donde se “busca tanto la euforia como la prolongación de dichas relaciones”, añade.
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A diferencia del chemsex, en el slamsex, se combinan tres elementos: un “contexto sexual”, es decir sexo grupal, así como tener relaciones sexuales sin condón con parejas ocasionales; el uso de drogas psicoestimulantes, estas son metaanfetamina o mefedrona y la administración de estas sustancias mediante una inyección.
Una vez que es administrada la droga vía intravenosa, Vargas Guerrero precisa que “los participantes experimentan efectos más rápidos e intensos”. Debido a que su efecto es “reforzante, esto aumenta la probabilidad de volver a consumir, especialmente en entornos de ocio”, explica el director y Docente del Máster Universitario en Psicología General Sanitaria de la Universidad Europea de Canarias.
LO QUE DICEN LOS ESTUDIOS REFERENTE AL SLAMMING O SLAMSEX
En su artículo Vargas Guerrero hace referencia a que de acuerdo con algunos estudios, estos encontraron que el slamming puede provocar, “una euforia o subidón intenso”, brindado a quien lo hace una experiencia confortable y excitante “desde el punto de vista del sexo”. Así mismo, posibilita la sensación de tener “una mayor libertad en la conducta sexual”, así como “crear conexiones con quienes la practican”, el alargamiento de las “sesiones de sexo” e incrementar la “autoconfianza”.
“Se puede decir que la vía de administración de la droga es parte de la experiencia y acaba por condicionar la relación erótica, en lugar de constituir un medio para obtener un fin. El apego por este método de consumo está relacionado con lo que se busca en la vida sexual”, explica Vargas Guerrero.
Así también, señala el director y Docente del Máster Universitario en Psicología General Sanitaria de la Universidad Europea de Canarias, algunas investigaciones han observado sobre el interés por parte de las personas que llevan acabo esta práctica que al momento de buscar una probable pareja sexual que haga el slamming “parece ser tan relevante como su aspecto físico, ubicación, rol sexual y gustos eróticos”.
En consecuencia, acentúa Vargas Guerrero, “el consumo intravenoso acaba por convertirse en un requisito importante (a menudo indispensable) a la hora de seleccionar a las parejas”.
LOS QUE PRACTICAN EL SLAMSEX TIENEN UN LENGUAJE PROPIO
Vargas Guerrero detalla que actualmente, las aplicaciones de citas poseen un argot propio que hace que quien practica el Slamsex le sea más sencilla la búsqueda de encuentros sexuales, que van desde los “emojis de caramelos (en alusión a las drogas) hasta determinadas palabras que se especifican en los nombres de usuario”, tales como:
1. “High and Horny (HnH)”: Que es una explicación sobre el “estado en el que una persona se siente eufórica y sexualmente excitada, habitualmente por el uso de sustancias”.
2. Tina (T): Este es un término “coloquial para referirse a la metanfetamina, que a menudo se usa en el contexto de chemsex“.
3. Party and Play (PnP): Se refiere a la “práctica de consumir drogas mientras se socializa y se participa en actividades sexuales”.
¿CUALES SON LAS RAZONES QUE LLEVAN A LAS PERSONAS A PRACTICAR EL SLAMSEX?
En su artículo, Vargas Guerrero se hace esta pregunta: ¿qué lleva a realizar esta práctica? No obstante a que no hay un acuerdo sobre qué impulsa a las personas a llevar a cabo esta práctica, el el director y Docente del Máster Universitario en Psicología General Sanitaria de la Universidad Europea de Canarias precisa que de acuerdo a varios estudios que concluyen que el Slamxex “puede servir como mecanismo de evitación ante ciertos acontecimientos, experiencias privadas y estados psicopatológicos como depresión, somatizaciones, ansiedad, eventos traumáticos, etc”.
Por otra parte, el subidón de la droga administrada por vía intravenosa da al slamming un lugar significativo “en la secuencia del encuentro sexual y, en ocasiones, contribuye a que los participantes se desinhiban”, explica Vargas Guerrero, con lo que se “facilita que prácticas como el fisting (la introducción del puño en la vagina o el recto de otra persona) sean menos dolorosas y más placenteras”, prosigue.
Asimismo, hay quienes resalta el “carácter erótico” que sucede durante la “preparación de los materiales, la inyección y el acto de observar a otros mientras esperan y viven el momento de euforia. Este ritual aumenta el deseo de volver a vivir la experiencia”, describe Vargas Guerrero.
EL SLAMSEX, UNA PRÁCTICA QUE CONLLEVA RIESGOS
Las personas que realizan el slamsex se enfrenta a una serie de riesgos; entre ellos existe la posibilidad de que puedan sufrir una intoxicación aguda, así como la pérdida o falta de control respecto a los riesgos provocados por la administración intravenosa, tales como la transmisión del virus VIH y el de la hepatitis C.
En este sentido, Algunos autores y autoras también hacen mención del consentimiento, ya que la desinhibición sexual y la pérdida de control pueden provocar la disolución de los límites individuales.
En este sentido, Vargas Guerrero señala que hay investigaciones que precisan que existe un la probabilidad de las personas puedan tener relaciones sexuales sin su consentimiento, fundamentalmente cuando “ha habido un consumo excesivo de drogas”.
“Dicha ausencia puede afectar a la salud física y mental, aunque pocas personas acuden a profesionales y presentan denuncias por el estigma habitualmente asociado a ese tipo de prácticas”, afirma Vargas Guerrero,
Con el propósito de lograr paliar los efectos negativos del slamsex, Vargas Guerrero considera que es esencial es realizar investigaciones epidemiológicos en donde se “abarquen las enfermedades infecciosas”, además del “consumo de drogas” y los “efectos en la salud mental, así como adoptar un enfoque multidisciplinar”.
“También deberían ponerse en marcha estrategias como informar y educar sobre las implicaciones psicológicas del slam y remarcar la importancia de los tratamientos profilácticos, las analíticas regulares, la vacunación o la profilaxis para evitar la infección por VIH, entre otras”, concluye Vargas Guerrero.
Con información de The Conversation.