Empezar a ahorrar

Vida
/ 11 junio 2024

Comenzar a planear tu jubilación cuando eres joven es una estrategia inteligente tal vez por las mismas razones por las que quieres dejarlo para después: el tiempo está de tu lado.

Por: Tara Siegel Bernard

Cuando eres un veinteañero, la jubilación parece algo tan abstracto que bien podría estar a miles de años de distancia.

TE PUEDE INTERESAR: ¿A qué prestaciones puede aspirar un trabajador en Saltillo?

Quizá ahora sientas algo así. ¿Por qué ahorrar para algo que está a tantas décadas de distancia cuando necesito cada dólar en este momento? De hecho, ahorrar quizá te parezca imposible, sin importar para qué sea.

¿Y si solo empezaras por algo muy básico para hacerte más fácil ahorrar un poco? Ese es el tema que vamos a tocar a continuación.

Comenzar a planear tu jubilación cuando eres joven es una estrategia inteligente tal vez por las mismas razones por las que quieres dejarlo para después: el tiempo está de tu lado. Si ahorras ahora lo que sea, la magia de la multiplicación de números, el punto en que comienzas a generar intereses sobre intereses, a la larga puede hacer la mayor parte del trabajo.

En otras palabras, si empiezas a ahorrar desde joven puede ser que necesites ahorrar menos en el largo plazo, lo que aligerará un poco tu carga cuando debas malabarear con otros imponderables inevitables en el transcurso de la vida. Quizá tengas hijos y debas encargarte de todo lo que gastan, o tal vez necesites dejar de trabajar algún tiempo para cuidar a un padre anciano.

Además, (casi) nadie quiere trabajar para siempre. Mientras más pronto comiences a ahorrar, más pronto podrás dejar de trabajar y dedicarle más tiempo a actividades que te interesen.

La opción más fácil para ahorrar (para todo, en realidad) es la automatización. Cuando envías el dinero automática y regularmente a su destino, no necesitas acordarte de hacer nada. Esta máxima se aplica también a las metas financieras que te fijas por mero placer, como ahorrar para un gran viaje.

Esta táctica te empodera, además de hacer más viables las cosas que te hacen más feliz y te dan más seguridad financiera. Requerirás tiempo y paciencia, pero te lo agradecerás en el futuro.

Antes de empezar, determina cuánto tienes para organizarte.

Elimina las deudas: Antes de empezar a ahorrar, debes tener un plan para eliminar las deudas costosas, como las deudas de tarjetas de crédito, cuyas tasas de interés (de alrededor del 22 por ciento) superan por mucho el dinero que podrías ganar invirtiendo tus ahorros en el mercado bursátil con el paso del tiempo (entre un siete y un ocho por ciento).

Organízate: Busca una copia de tu comprobante de nómina o revisa el depósito en tu estado de cuenta para saber cuánto dinero recibes (los trabajadores autónomos deben calcular sus ingresos mensuales promedio). Luego, haz una lista de todos tus gastos, como renta, pólizas de seguros que no se deduzcan de tu sueldo, servicios públicos, abarrotes, costos de transporte, pagos del auto, teléfono móvil, préstamos estudiantiles y otras deudas.

¿Cuánto queda? ¿Algo? ¡Felicidades! Tienes cierto margen para ahorrar. ¿Ese margen es mínimo? Piensa si puedes gastar un poco menos en algún rubro para poder ahorrar.

Haz tu colchón: Crear un colchón financiero (un fondo de ahorro de emergencia) puede ayudarte a no tener que recurrir a las tarjetas de crédito si te quedas sin trabajo o pasas por un bache financiero, como tener que pagar una reparación de 1000 dólares de tu auto.

Los expertos en planeación financiera sugieren tener ahorros de emergencia equivalentes a entre tres y seis meses de tus gastos (guardados en una cuenta de ahorros en línea de intereses altos, que ofrecen las mejores tasas). Esta meta podría parecer muy ambiciosa cuando percibes un salario inicial y apenas te alcanza para los pagos indispensables. Así que empieza poco a poco, incluso si solo puedes ahorrar 50 dólares al mes (si ahorras 83 dólares al mes, en un año tendrás 1000), y añade un poco más cuando puedas. Establece un plan automatizado que retire esa cantidad de tu cuenta de cheques y la deposite en tu cuenta de ahorros. Luego, no toques ese dinero.

Ahorrar para tu jubilación

Muchas personas con deudas estudiantiles se preguntan con frecuencia si deberían tratar de pagar esos préstamos antes de ahorrar para el retiro. La respuesta breve es que quizá no sea conveniente. (Si batallas para pagar tus préstamos estudiantiles federales, considera los planes de pago basados en los ingresos).

No obstante, hay muchas razones para invertir y además pagar tus préstamos, si te es posible.

Si tienes acceso a un plan 401(k) de ahorro para el retiro u otro similar en tu lugar de trabajo, considérate afortunado, pues solo el 69 por ciento de los empleados del sector privado lo tienen.

Es posible que ya hayas escuchado que algunos planes incluyen un gran beneficio: dinero gratis. Algunos patrones aportan la misma cantidad que tú cuando decides ahorrar; por ejemplo, es posible que aporten un dólar por cada dólar que ahorres, hasta el equivalente al cuatro por ciento de tu salario.

Esto significa que, en realidad, estás aportando el ocho por ciento de tus ingresos, muy cerca del 10 por ciento que recomiendan los expertos (en general, recomiendan ahorrar hasta el 20 por ciento, pero el 10 por ciento es excelente para empezar... podrías considerar elevar este porcentaje un uno por ciento cada año cuando recibas aumentos).

¿Y si no cuentas con un plan de ahorro para el retiro en tu lugar de trabajo?

Las cuentas individuales de jubilación (IRA, por su sigla en inglés) Roth por lo regular son la opción perfecta para los jóvenes (aunque están sujetas a límites de ingresos y aportaciones). Es una buena opción porque el dinero que depositas ya está gravado, además de que es probable que ahora te encuentres en un tramo más bajo de impuestos que más adelante, cuando quizá ganes más.

Metas de gastos más inmediatas

Además de la jubilación, de seguro tienes otras metas para las cuales quieres ahorrar. Quizá sea para comprar un auto, pagar una boda o hacer un viaje especial. Puesto que el horizonte de estas metas está más cerca que el de la jubilación o es algo que necesitas alcanzar en un máximo de tres años, es mejor tomar menos riesgos con este dinero. La estrategia más sencilla es hacer una transferencia automática a una cuenta de ahorros en línea de intereses altos en periodos fijos, por ejemplo, cada mes. Cuando tienes metas a corto plazo, la cantidad del ahorro es mucho más importante que los rendimientos.

Pero si planeas usar el dinero en unos tres a diez años, que sería más bien una meta a mediano plazo, es posible que tengas más opciones, dependiendo de lo flexible que puedas ser con tus tiempos.

Puede resultar tentador invertir tus ahorros en el mercado bursátil con la esperanza de generar mayores rendimientos sobre tu inversión. El problema es que esta estrategia involucra más riesgos. Como dijo un sabio experto en planeación financiera: debes considerar qué sentirías si algún año perdieras la mitad de tu inversión en acciones, un traspié del que podrías tardar mucho tiempo en recuperarte, incluso varios años. ¿Tienes tiempo (o estómago) para eso?

También puedes optar, por ejemplo, por un enfoque híbrido e invertir en un fondo mutualista con una combinación de un 60 por ciento de bonos y un 40 por ciento de acciones, o quizá quieras explorar inversiones en bonos que ofrezcan más estabilidad (aunque tienen sus propios riesgos). En cualquier caso, actúa con cautela.

Aunque ahora no puedas ahorrar muchísimo, crear la infraestructura necesaria para ahorrar es lo más difícil; ya implementada, te será más fácil ahorrar e invertir más conforme aumenten tus ingresos.

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM