La ciudad de los 15 minutos

Vida
/ 12 agosto 2020

Estamos acostumbrados a despertar temprano y salir acelerados para iniciar el día, en nuestro auto o en trasporte público. Es casi impensable hacer nuestra vida cotidiana sin estos medios de transporte. En las grandes metrópolis como la ciudad de México o Monterrey, trasladarse implica como mínimo una hora por trayecto, eso significa que en un día se gastan hasta tres o cuatro horas en acerase a los lugares necesarios para hacer sus actividades cotidianas. En ciudades menos grandes como Saltillo hace unos cinco años atrás demorábamos cuando mucho 15 minutos en llegar a donde queríamos, en automóvil. Hoy ya no es así. 

Los gobiernos presumen grandes carreteras y puentes en las ciudades que al ser inaugurados son íconos de éxito y progreso, pero al poco tiempo se vuelven sombríos y representan un fastidio, al ver las interminables filas de tráfico en las que hay que perder tiempo para llegar a casa. Nunca daremos abasto si pensamos la ciudad, el espacio donde vivimos, bajo el mismo modelo de planeación urbana de los últimos 100 años. 

Aunado a esto, la contingencia que provocó el COVID-19 modificó la dinámica y forma de vida en las ciudades. Nos detuvo a todos, nos aisló y complicó la movilidad y traslado en transporte público. Tenemos un nuevo desafío que se suma a los problemas urbanos que aún no encuentran soluciones integrales.

Ante este panorama, Carlos Moreno, director científico y catedrático de Emprendimiento, Territorio e Innovación (ETI) de la Universidad Sorbona, de París y asesor de la Alcaldesa de Paris, ha propuesto una estrategia de planeación urbana de grandes beneficios: la Ciudad de los 15 minutos. Es decir, diseñar barrios autosuficientes donde todos los servicios esenciales estén a una distancia de 15 minutos a pie o en bicicleta. Esta ciudad, se opone al modelo de planeación urbana del último siglo donde se fracciona la ciudad en grandes bloques residenciales, comerciales, industriales, de trabajo y entretenimiento. 

En París se empieza a implementar este concepto de ciudad ya que abre un abanico de soluciones ante el panorama actual, como estrategia de mitigación al cambio climático, como modelo de recuperación económica local, como estategia de control ante la pandemia por COVID-19 y sobre todo como medio para mejorar la calidad de vida de los habitantes. 

Tener todo cerca reduce los tiempos de traslado, el uso de vehículos privados y de transporte público, con ello se reduce el consumo de combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero. Se reduce el rudio y la contaminación del aire, las calles se transforman en senderos para bicicletas y peatones y se mejoran y amplían las áreas verdes. Sin duda, esto mejora la forma de vivir, porque la proximidad es un elemento fundamental para reducir el impacto ambiental y mejorar la vida en la ciudad. 

La palabra que me viene a la mente es EMPATÍA, una ciudad planeada con empatía estructura su espacio para dar prioridad a las necesidades del bienestar humano. ¿Qué tan lejos estamos de hacerlo posible? 

Reconexión Natural
Gabriela De Valle

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