Vargas Llosa: ‘A Fidel Castro no lo absolverá la historia’
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Grandes escritores latinoamericanos desde la FIL analizan la muerte del líder cubano
MADRID.- “A Fidel Castro no lo absolverá la historia”. El premio Nobel Mario Vargas Llosa lo dice en plena sorpresa. Acaba de enterarse de la muerte del líder cubano. Son las ocho de la mañana del sábado en Guadalajara (México). El escritor peruano pide tiempo para meditar sobre el artículo que escribirá para El País, pero avanza una opinión aún sin reponerse de un hecho que forma la médula de todas las conversaciones entre escritores y editores que acuden a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, una de las más importantes del mundo hispano.
Vargas Llosa lleva aún ropa de gimnasia. Ha hecho algo de deporte antes de asistir al homenaje que se le va a rendir por sus 80 años. “Soy el último superviviente del boom de la literatura hispanoamericana”, se ríe el escritor antes de dar un sorbo a su café con muy poca leche y lanzar su primera reflexión. “Espero que esta muerte abra en Cuba un periodo de apertura, de tolerancia, de democratización. La historia hará un balance de estos 55 años que acaban ahora con la muerte del dictador cubano. Él dijo que la historia le absolverá. Y yo estoy seguro de que a Fidel no lo absolverá la historia”.
Vargas Llosa fue uno de los intelectuales latinoamericanos que vio en la revolución cubana una luz democratizadora. Llegó a formar parte del grupo de escritores que visitaban a Castro, pero pronto se decepcionó. La persecución a los disidentes le horrorizó. No sólo se represaliaba, recuerda el Nobel, por las ideas políticas, sino tamb én por la orientación sexual: incluso si eran partidarios del régimen: “A los homosexuales, Castro los llamaba enfermitos”. © EL PAÍS, SL. Todos los derechos reservados
Nelida Piñón
“Fidel ya acabó hace mucho. De hecho, fue el fin de una utopía”, dice la brasileña. “Yo le conocí. Era un hombre que hablaba y hablaba y hablaba, prolongaba las historias sin dejar que el otro le dijera nada”, se ríe Piñón, para quien el líder cubano está lleno de sombras: “Impuso el terror, persiguió a los gays, llenó las prisiones”. ¿Y lo bueno? “Que fue un constructor de utopías, de sueños. Pero hace mucho que esa historia suya se terminó. Eso le pasa a todos los héroes: no resisten a su propio heroísmo”.
Juan Villoro
Sorpresa, pero ninguna tristeza. Irónico, el escritor y pensador mexicano recuerda que Fidel llegó a adquirir la condición de líder eterno. “Lo considerábamos inmortal, pero al final hemos visto que era humano”. Para Villoro, de 60 años, la muerte de Castro cierra un ciclo que hacía mucho tiempo que ya se había agotado. “Tengo la edad de la revolución cubana y hemos envejecido juntos. Fue la depositaria de muchos ideales de justicia social, pero ella misma los fue traicionando. Los motivos son variados, pero fueron decisivos sus propios errores y la persecución de disidentes. Mi decepción mayor fue el fusilamiento del general Arnaldo Ochoa”, afirma.
Sergio Ramírez
Para el escritor y exvicepresidente nicaragüense la intolerancia de Fidel se destapó cuando decidió obligar al poeta Heberto Padilla a hacer una autocrítica estalinista por un libro que el régimen había señalado como indeseable. “Luego el terror se mantuvo, vino la persecución de los intelectuales, de los homosexuales. Acabó en seguida con la primavera cultural cubana, instauró la idea de que se estaba con él o contra él”, afirma Ramírez, de 74 años.
Héctor Abad Faciolince
“Sin Fidel, el boom habría tenido otras dimensiones. Uno podría dudar si los escritores fueron parásitos de la revolución o la revolución parásita de los escritores. Más bien hubo una simbiosis que funcionó en los sesenta, mientras intelectuales franceses como Jean-Paul Sartre se arrimaron a ese árbol y esa sombra”, afirma el escritor colombiano, de 58 años. “Pero hubo un quiebre y fue cuando la revolución pidió a Vargas Llosa que donara el importe del Premio Rómulo Gallegos, obtenido por La casa verde, y le prometió que se lo reembolsaría en privado. Ahí se vio la capacidad de corrupción de la política. Con Vargas Llosa no les funcionó”, concluye el autor de El olvido que seremos.
Claudia Piñeiro
“Con la muerte de Fidel se acabó el siglo XX”, sintetiza la escritora argentina.
Daniel Divinsky
“Fidel Marcó un giro en la historia de América Latina, más allá de los desbordes posteriores… ¿Lo peor? El avasallamiento de los derechos humanos, la persecución de personas que no estaban contra la Revolución sino que buscaba reformas, no derrocarlo”. Para el conocido editor argentino, de 74 años, no hay herederos de Fidel. “Se acaba en sí mismo. En los últimos tiempos decepcionó mucho. Como decía Perón de sí mismo, era ya un león herbívoro. Surgirán otros, pero ya no habrá un liderazgo individual como el suyo”.
Enrique Krauze
El gran historiador mexicano, de 69 años, no lamenta para nada la muerte de Fidel. “Ahora el mundo será menos malo. Fue el dictador más longevo de la historia latinoamericana y nunca tuve sentimientos hacia él”, dice. Para el autor de Siglo de caudillos, el fallecimiento abre la posibilidad de una apertura, sobre todo en el área económica, el gran talón de Aquiles del régimen. “Donald Trump verá con buenos ojos que Cuba camine hacia el capitalismo, pero le dará igual que siga siendo una dictadura”, concluye.
Julio Ortega
“Fidel construyó un aparato cultural, pero paralizó la cultura. Produjo represión y exilios, todo se reducía a defender la revolución. Él decretaba quién era el bueno y el malo. Y no hubo un solo caso Padilla, sino varios. Ahora estamos en otra época y las cosas irán mejorando”, dice el crítico peruano.
FIL, GDL ENVÍA CONDOLENCIAS
GUADALAJARA.- La historia “juzgará los derroteros de la revolución cubana y del propio Fidel Castro”, declaró hoy el presidente de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, Raúl Padilla, al comentar la muerte del expresidente cubano.
“No puedo dejar de comentar el reciente fallecimiento de Fidel Castro, acontecimiento que marca el fin de una época”, dijo Padilla en la inauguración de la trigésima edición de la FIL, acompañado del escritor peruano nacionalizado español Mario Vargas Llosa, ganador del Premio Nobel de Literatura en 2010.
Padilla resaltó que Castro (1926-2016) “le dio a Latinoamérica una proyección mundial y expectativa de lo que en el Caribe se estaba gestando”, y que su personalidad “tuvo una influencia determinante” en la región.
También ante en escritor y pintor mexicano Fernando del Paso, Premio Cervantes en 2015, el académico sostuvo que “el futuro de Cuba es de interés para todos los latinoamericanos”.
Luego de manifestar que “nunca las ideas pueden florecer en el autoritarismo”, Padilla dijo que la solidaridad de los mexicanos “está por encima de las ideologías”.
“Enviamos nuestras condolencias al pueblo cubano”, agregó en el acto inaugural de la Feria, que tiene a América Latina como invitada de honor.
El fin de una ideología
GUADALAJARA.- El escritor rumano Norman Manea consideró hoy que la muerte del líder cubano Fidel Castro, a quien describió como uno de los “últimos revolucionarios del siglo XX”, representa el fin de una ideología.
“Ahora él ya no está, y diría que la ideología (que representaba) también se fue”, dijo Manea a Efe tras la inauguración de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, en el oeste de México.
El ganador del Premio FIL en Lenguas Romances de este año, de raíces judías y residente en Estados Unidos, refirió que Castro, que murió este viernes a los 90 años de edad, “tuvo una trayectoria de revolucionario a comunista y de esto a la creación de un Estado totalitario”.
“No era el paraíso (Cuba), aunque era lo que prometieron”, opinó.
Manea (Bucovina, Rumanía, 1936) sufrió en su país enfrentamientos por la censura de la dictadura comunista, que provocaron que varias de sus obras fueran publicadas con mutilaciones.
Hoy dijo que Rumanía y Cuba no eran comparables, pues en la isla la Revolución, “para bien o para mal”, fue propia, y no provino de una nación externa.
Manea ganó el galardón con una dotación económica de 150.000 dólares, que le fue entregado este sábado en la inauguración oficial de la trigésima edición de la FIL, la feria literaria más importante del mundo en español, y que este año tiene a América Latina como invitada de honor.