"Cien años de soledad" hizo detonar el "Boom Latinoamericano", afirma experta

Vida
/ 6 febrero 2017

Sería difícil pensar en un éxito semejante, si García Márquez se hubiera quedado en París, o en Bogotá; no hubiera sido lo mismo. En México hubo un boom: experta

La obra “Cien años de soledad” puso en el candelero, en el mejor sentido, a la literatura latinoamericana, porque si bien desde Rubén Darío había habido momentos en que autores eran proyectados, el libro de Gabriel García Márquez (1927-2014) era lo que necesitaba una corriente de escritores del llamado “Boom latinoamericano’, para tener una carta de presentación fuerte y romper en los mercados de lengua hispana.
 
Así lo consideró Yanna Hadatty Mora (1969), doctora en Letras Iberoamericanas por la UNAM, quien señaló que el éxito de esta novela, publicada en 1967, y considerada una obra maestra de la literatura hispanoamericana y universal, se debe no sólo al tema, sino a la forma como su autor narró el tema.
 
En entrevista, recordó que todo mundo recuerda muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento al coronel Aureliano Buendía, y esa forma de introducirnos, que es una anticipación de algo que va ocurrir mucho después, porque luego sabríamos la historia de José Arcadio, de Úrsula, de cómo llegan a Macondo, y uno se va quedando como para un poco más y seguir leyendo.
 
“No sólo es la historia narrada y la estructura, es dónde cae cada palabra, como suena, es como si mucho tiempo uno se pudiera deleitar, leer en voz alta, leer un capítulo completo”, indicó la especialista en narrativa de vanguardia iberoamericana a propósito de los 50 años de esta publicación.
 
Según la especialista, en este trabajo existe una especie de galería infinita donde cada personaje da para otra novela. “Y otra y otra, y esa multitud y fertilidad que presenta como el paisaje, el lenguaje, los capítulos, los detalles de las historias, seducen al lector por esta prosa. Hay un antes y un después de ‘Cien años de soledad’”, refirió.

En la Biblioteca “Rubén Bonifaz Nuño” del Instituto de Investigaciones Filológicas, la narradora, ensayista, investigadora y crítica de literaria ecuatoriana, se dijo sorprendida porque la obra continúe leyéndose entre generaciones y “hasta en el metro”.
 
“Veía a gente en el metro con su ejemplar y leían al más novedoso escritor latinoamericano y eso es algo difícil de que vuelva a pasar, es decir, no me imagino a (la escritora) Rita Indiana, leída por todos los que vienen en el metro, es un fenómeno que rebasó lo imaginable”, expresó la especialista, quien destacó que a cinco décadas de la publicación García Márquez sea un autor que haya “podido caminar bien entre las aguas”.
 
Recordó que la génesis de esta novela está en 1965, “en este famoso viaje a la altura de Guerrero, donde Gabriel García Márquez, decide que ya tiene claro lo que desea decir, y expresa a quienes venían con él: nos regresamos, y hace esta famosa vuelta en U y se encierra a escribir esta novela, nueve horas diarias, en una máquina de escribir que no resuelve nada en lo económico y decide que lo principal es sacar la novela”.
 
“Fue una publicación que se escribió en México, Gabriel hacia adaptación de textos, junto a Vicente Leñero para la Pantalla Grande, en ese tiempo se graba uno de los textos de la Pantalla, era un cronista y vivía de lo se publicaba en la prensa y se había insertado en el medio cultural mexicano.

“Pero en ese momento decide tener no obras menores, sino lanzarse por un volumen enorme, de tal suerte que funciona todo, esta alianza tan afortunada entre editoriales, público, autor, incluso en una familia”, consideró.
 
Hadatty Mora recordó a Gabo, como un autor que pudo ser citado por políticos, periodistas, jóvenes y gente de muchas generaciones, “porque 50 años son un tiempo interesante a nivel de cuánto se establece una novela dentro del buen gusto e historia literaria”.
 
Dejó claro, además, que de haberse escrito “Cien años de soledad” en otra parte del mundo, no hubiera tenido el éxito que tuvo en México.
 
“Sería difícil pensar en un éxito semejante, si García Márquez se hubiera quedado en París, o en Bogotá; no hubiera sido lo mismo. En México hubo un boom”, subrayó la experta, quien calificó a la publicación como “un universo, no universal en el sentido de llegar a los públicos, sino que a uno le da la sensación de plenitud como pocos textos de lectura”.

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