Compra de carbón: ¿competencia por la ‘gestoría’?
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La “gestión” para que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) compre mineral a los pequeños productores de la Región Carbonífera del estado pareciera haber sido convertida en motivo de “competencia” entre la Promotora para el Desarrollo Minero de Coahuila y los representantes del Gobierno de la República en nuestra entidad.
Un episodio de esa “competencia” se vivió ayer cuando el senador Armando Guadiana y el representante estatal del Gobierno de la República, Reyes Flores Hurtado, salieron a “presumir” que habían logrado gestionar la compra de 360 mil toneladas de carbón por parte de la CFE. El comunicado de su “logro” lo acompañaron de una fotografía en la que ambos aparecen junto a Manuel Bartlett.
Y como para no quedarse atrás, la Promotora para el Desarrollo Minero (Prodemi) lanzó un comunicado en el cual dio a conocer la posibilidad de que esta misma semana se lance la licitación para reanudar la compra de carbón coahuilense para alimentar las plantas productoras de energía eléctrica de CFE en Nava.
“Hasta el momento no se tiene conocimiento de otra adquisición, pero Prodemi continúa las gestiones para un contrato multianual que dé certeza a la Región Carbonífera”, señala el comunicado que pareciera un intento por desmentir el realizado por los morenistas Guadiana y Flores.
El de la compra de carbón a los productores locales constituye así un caso “atípico” de intermediarismo, realizado frente a un gobierno cuyo titular presume casi a diario el haber “acabado con los intermediarios” de los programas sociales y que todo beneficio entregado a los ciudadanos se hace de forma directa.
Algo de diferente parecen tener los cientos de millones de pesos que implica la adquisición de carbón por parte de la Comisión Federal de Electricidad, que se permite incluso la existencia de una franca “competencia” por la intermediación.
En el episodio parece quedar en evidencia, cuando menos la existencia de intereses de corte político, pues uno y otro lado parecieran tener excesivo interés en que los habitantes de la Región Carbonífera “tengan claro” a quién deben agradecerle la gestión.
Peor será que, como se ha documentado en otras ocasiones, lo que mueva en realidad el interés de los gestores sean las ganancias económicas que derivan de la millonaria adquisición que realizará la paraestatal, luego de haber suspendido la compra de mineral a los pequeños productores estatales.
Valdrá la pena en este sentido que el Gobierno de la República se asegure de no estar contradiciendo su promocionada política de eliminación del intermediarismo en la compra de carbón coahuilense pues en ese caso, contrario a lo que se ha presumido, tan sólo estaría repitiendo los vicios que han caracterizado dicho proceso en el pasado.
El “coyotaje” en el proceso de compra-venta de carbón ha sido el signo distintivo de esta actividad por décadas. Sería tiempo de que dichas prácticas viciadas quedaran definitivamente en el pasado.