Coronavirus: bastan 10 días para entrar en proceso de crisis. El caso italiano lo demuestra
Voltear a ver a Italia y conocer las decisiones equivocadas que se tomaron cuando el COVID-19 comenzó a esparcirse por el país, debería ayudar a los gobiernos de otros países a no cometer los mismos errores. El costo de ignorar esta advertencia es reproducir el caso italiano
Con el COVID-19 se requieren sólo 10 días de malas decisiones para pasar de una situación "bajo control" y que puede calificarse de "no preocupante", a una crisis absoluta que obliga a tomar decisiones más drásticas que las necesarias si se hubiera actuado a tiempo. El caso italiano confirma eso, según lo reporta el periódico The New York Times en un recuento de lo ocurrido en Italia publicado en su edición de este domingo.
El reporte, firmado por Jason Horowitz, Emma Bubola y Elisabetta Povoledo, describe cómo los políticos italianos claramente menospreciaron la gravedad del problema.
"A medida que las infecciones por coronavirus en Italia superaron los 400 casos y las muertes alcanzaron los dos dígitos diariamente, el líder del gobernante Partido Demócrata publicó una foto de sí mismo tintineando copas para 'un aperitivo en Milán', instando a la gente a 'no cambiar nuestros hábitos'", refiere el reporte señalando que el hecho citado ocurrió el 27 de febrero, cuando en Italia se reportaba apenas 655 casos confirmados de coronavirus y 17 muertos.
"Diez días después, cuando la cifra alcanzó 5 mil 883 infecciones y 233 muertos, el jefe del partido, Nicola Zingaretti, publicó un nuevo video, esta vez informando a Italia que él también tenía el virus", añade el reporte.
Hoy, Italia es el epicentro de la pandemia y ha superado en número de víctimas fatales a China, lugar donde se originó el virus que hoy amenaza con paralizar al mundo entero. Al momento de redactar este reporte existían 59 mil 138 casos confirmados de COVID-19 y el número de muertos era de 5 mil 476, casi 70 por ciento más que en China.
Luego de los errores iniciales, señala el reporte del NYT, Italia ha tomado decisiones drásticas que se han venido intensificando en las últimas horas. "El viernes por la noche, las autoridades intensificaron el bloqueo nacional, cerraron parques y prohibieron actividades al aire libre, como caminar o trotar lejos de casa.
"El sábado por la noche, el primer ministro Giuseppe Conte anunció otro paso drástico en respuesta a lo que llamó la crisis más difícil del país desde la Segunda Guerra Mundial: Italia cerrará sus fábricas y toda la producción que no sea absolutamente esencial, un enorme sacrificio económico destinado a contener el virus y proteger vidas".
Pero el titubeo inicial ha provocado que se esté reaccionando ante una situación virtualmente fuera de control y que los costos puedan ser ahora mayores a los que se intentó evitar en primera instancia. Por ello, afirman los autores del reporte, "la tragedia de Italia ahora es una advertencia para sus vecinos europeos y los Estados Unidos, donde el virus viene con la misma velocidad.
"Si la experiencia de Italia muestra algo, es que las medidas para aislar las áreas afectadas y limitar el movimiento de la población en general deben tomarse temprano, implementarse con absoluta claridad y luego aplicarse estrictamente", advierte, "A pesar de tener ahora algunas de las medidas más duras en el mundo, las autoridades italianas dieron pasos torpes al comienzo del contagio, cuando más importaban, ya que buscaban preservar las libertades civiles básicas y la economía".
La duda entre actuar para proteger la salud de las personas y afectar lo menos posible a la economía fueron toda la diferencia, pues a partir de esa duda se lanzaron mensajes confusos y contradictorios que hicieron pensar a muchas personas que no se trataba de algo grave.
El caso italiano, advierte el NYT, constituye un ejemplo del que deben aprender los gobiernos del mundo pues "ahora están en peligro de seguir el mismo camino, repitiendo errores comunes e invitando a calamidades similares". Lo más importante para los demás gobiernos es que "a diferencia de Italia, que navegó por un territorio desconocido para una democracia occidental, otros gobiernos tienen menos espacio para excusas".
El patrón de conducta que es necesario evitar, y que ya le ha costado caro a diferentes países europeos, fue descrito para el NYT por la subsecretaria de salud italiana Sandra Zampa: "Italia miró el ejemplo de China, no como una advertencia práctica, sino como una película de ciencia ficción que no tenía nada que ver con nosotros. Y cuando explotó el virus, Europa nos miró de la misma manera que nosotros miramos a China”.
Y esto ocurrió a pesar de que diversos funcionarios intentaron persuadir, en enero pasado, al primer ministro Giuseppe Conte de poner en cuarentena a los alumnos de las escuelas del norte del país que estaban regresando de China. La medida, refiere el reporte del NYT, fue criticada porque se pensó que era "un alarde de miedo populista".
De acuerdo con Walter Ricciardi, miembro de la junta de la Organización Mundial de la Salud y asesor principal del ministerio de salud italiano, la diferencia en Italia la hicieron 10 días de retraso en la adopción de las medidas que hoy se están implementando con el apoyo del ejército.
“Las hubiera tomado 10 días antes, esa es la única diferencia”, dijo Ricciardi al NYT respecto de la imposición de tales medidas.