Dos negocios de sanitización, dos precios diferentes
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La pandemia por el COVID-19, lo sabemos, ha afectado la economía de muchas personas. El cierre de comercios, restaurantes y hasta empresas ha sido una víctima colateral. Si no es así, al menos sí la disminución en ventas.
Pero lo sabemos, en toda crisis hay ganadores. Y en el tema de la pandemia no es la excepción. Vendedores de insumos médicos, de cubrebocas, guantes, geles antibacteriales, gafas protectoras, respiradores, tanques de oxígeno, pruebas de laboratorio y un sinfín de derivados, seguramente se han visto beneficiados con la crisis sanitaria.
Otro negocio es “sanitizar” y desinfectar oficinas y hasta vehículos y transportes públicos.
Por eso llaman la atención dos contratos de sanitización que pueden ser consultados en la página de Compranet: una licitación por parte la Unidad Médica de Alta Especialidad número 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Torreón y la otra el DIF de Coahuila.
El DIF estatal publicó el proceso de invitación a cuando menos tres personas según las bases CE-905040987-E17-2020, llamada “Sanitización de espacios y mobiliario”. A finales de octubre se dio el fallo a favor de la empresa Cobermedic Distribuidora S.A de C.V a un costo de 766 mil 249.60 pesos con IVA incluido. Ganó por encima de una propuesta de 870 mil pesos sin IVA.
Por otro lado, hace unos días, después de una adjudicación desierta, el IMSS adjudicó directamente (fallo AA-050GYR045-E498-2020) a la persona Herlinda Margarita Lozano Rodríguez la contratación del servicio “de proceso de sanitización y desinfección integra Sars-CoV-2 (Covid-19) por medio de microaspersión en áreas internas, externas del hospital y para vehículos propiedad del IMSS (ambulancias)”, por un costo con IVA de 356 mil 700 pesos, poco más de la mitad de lo que le costó al Estado un mismo servicio.
El fallo del IMSS precisa que se sanitizarán 61 mil 500 metros cuadrados, a un costo 5 pesos el metro cuadrado.
En el caso del DIF no hay mayores detalles. La empresa fue creada en 2013 y tiene su domicilio en San Pedro Garza García, Nuevo León.
Sin duda el temor que ha provocado la pandemia ha llevado a la necesidad de contar con todo lo necesario para dar, hasta cierto punto, certeza y tranquilidad a la gente. Negocios, restaurantes, empresas y gobiernos tienen la preocupación de dar esa tranquilidad. Y la gente necesita escuchar que su salud no corre riesgo. “Oficinas sanitizadas”, “autos sanitizados”, “sillas y mesas sanitizadas”, se escucha en cualquier lugar y automáticamente pareciera que escuchamos seguridad.
Por consecuencia, hay un montón de gente que ofrece los servicios de sanitización.
Sin embargo, al menos en este ejemplo entre el contrato del DIF y del Seguro Social, existe una diferencia del doble entre un servicio y otro, cuando hay variantes importantes a mencionar. El IMSS es una institución médica donde los virus y bacterias por ende son más proclives. Hay enfermos y personal de salud todo el tiempo. Los hospitales no han cerrado.
Por el contrario, las instalaciones de un DIF, cualquiera que sea, en teoría debería tener medidas más restringidas para el acceso. De hecho, si cualquier persona visita las oficinas de un DIF, comprobará que la población circulante es muy poca.
No digo que no se requiera un proceso de desinfección y sanitización, pero el cuestionamiento es el costo y aprovecharse de la necesidad.
AL TIRO
La pandemia ha tirado negocios y sueños. Los bolsillos de la gente están desgastados. Hay desempleo, reducciones de sueldos y necesidad. Pero mientras unos sufren, otros hacen negocio.
En ese sentido habría que cuestionar si los 766 mil pesos en una sanitización de oficinas del DIF tienen justificación. Si lo comparamos con el gasto del IMSS en el mismo servicio, no tiene lógica.