Educación universitaria, un reto más para alumnos que para maestros
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Un tema que invariablemente se discute en las escuelas y facultades de las universidades en nuestro País se refiere al papel que juega la educación dentro del ámbito de las carreras que éstas ofertan; de esta manera las formas, métodos, técnicas y contenido curricular que deben implementarse en la educación son elementos que siempre se encuentran presentes dentro del proceso de la enseñanza.
Con motivo de lo anterior, las universidades han tratado de implementar un modelo educativo que permita a los alumnos el mejor y más eficaz aprovechamiento de su aprendizaje y, para ello, tanto directivos como maestros de las escuelas se esfuerzan día con día en lograr tal objetivo.
Sin duda alguna el modelo educativo juega un papel importante en la enseñanza-aprendizaje de cada carrera, debido a que es el proceso que los facilita. Hoy en día en algunas universidades transmiten la enseñanza de sus disciplinas como un proceso mediante el cual los alumnos aprenden conceptos, figuras y resuelven algunas cuestiones dentro de sus respectivas carreras.
Aun con lo anterior, estimamos que la educación debe ir más lejos; además de aprender conceptos, la enseñanza universitaria debe formar, transformar y revolucionar a los alumnos en la forma de enrolarse con el aprendizaje de cada una de sus carreras. No podemos hablar sólo de aprender ingeniería, arquitectura o derecho; por el contrario, más que eso, se debe lograr que los alumnos adquieran habilidades que les permitan proponer, criticar, transformar y evolucionar su carrera para que puedan adaptarse a las necesidades sociales, y con ello resolver las situaciones que se le presenten (simetría entre lo que se adquiere y lo que se requiere).
Hoy por hoy muchas escuelas dentro de su proceso educativo se preocupan más por el qué se debe enseñar que por el cómo se debe ensenar, es decir, se enfocan más al fondo que a la forma; ambas cuestiones son de suma importancia en el proceso educativo, pero consideramos sin temor a equivocarnos que la primera no podrá cumplir su cometido sin la segunda, o por lo menos no eficientemente.
De lo anterior surge la interrogante de saber si la enseñanza universitaria debe ser formativa o informativa, afortunadamente las opiniones coinciden a favor de que la enseñanza debe ser prioritariamente formativa, pero sin olvidar lo valioso y útil que tiene la información para el estudiante; es decir, la educación universitaria debe ser tanto formativa como informativa.
Estos son dos de los elementos que debe contener todo proceso educativo de la enseñanza-aprendizaje y que son importantes para lograr que los alumnos adquieran las habilidades que les permitan proponer, criticar y transformar la disciplina o carrera estudiada.
En muchas universidades se sigue considerando al maestro como el único sujeto encargado y responsable del proceso educativo; de esta manera, es él quien enseña, transmite, propone, expone y a veces hasta impone, haciendo a los alumnos meros receptores de conocimientos y que, en el mejor de los casos, memorizan lo expuesto o impuesto por el maestro.
Participar en el proceso de educación universitaria sobre la perspectiva exclusivamente de la enseñanza por parte del maestro es un error. Se ha olvidado que este proceso se refiere no sólo a la enseñanza sino también al aprendizaje, y con ello se debe hacer partícipe a los alumnos. Que el alumno sea también responsable de su aprendizaje significa que juegue un papel activo en su educación, es decir, que el alumno participe de las formas, métodos, técnicas y contenido curricular que deben implementarse en la enseñanza-aprendizaje universitaria.
De esta manera, el alumno se inmiscuye en una variedad de actividades tales como el estudio previo de cada tema de clase, prepara la exposición de temas, participa en debates, presenta reportes de lectura, analiza textos, investiga y propone soluciones a problemas que le son planteados en sus asignaturas.
Por su parte el maestro participa dentro de este proceso dirigiendo las actividades realizadas por los alumnos, orientándolos, pero sobre todo, participa transmitiendo a los alumnos sus teorías, creencias y experiencias personales en relación con los temas a tratar.
De esa forma se activan los factores de enseñanza y aprendizaje dentro del proceso educativo universitario, y con ello se puede hablar de una forma de enseñar y una forma de aprender que hace que los alumnos participen activamente en este proceso; que se formen y no se informen solamente.
gerardo@molina-garza.com
El autor es investigador del Centro de Posgrado y Capacitación de la Academia IDH