El US Open quiere un torneo al "aire libre”
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Wimbledon y el Abierto de Australia ya cuentan con techos retráctiles en sus canchas principales, y el Abierto de Francia planea colocar uno.
Para varias, los organizadores del Abierto de Estados Unidos rogaban que lloviera. Con el techo retráctil sobre el estadio Arthur Ashe previsto para la edición de 2016, querían aprovechar el torneo del año pasado como ensayo, analizando los pronósticos para determinar el momento adecuado para cerrarlo.
Pero solo hubo un día en el que llovió bastante.
"Hubiera deseado un peor clima para estar mejor preparados para este año", señaló Gordon Smith, el director ejecutivo de la Federación Estadounidense de Tenis.
Las autoridades de la USTA (las siglas en inglés de la federación) divulgaron el lunes una actualización sobre las obras en Flushing Meadows, donde la segunda mitad del techo en la Ashe y el nuevo estadio Grandstand estarán listos para el inicio del próximo torneo, el 29 de agosto.
Wimbledon y el Abierto de Australia ya cuentan con techos retráctiles en sus canchas principales, y el Abierto de Francia planea colocar uno.
Smith dijo que los organizadores en Londres y Melbourne han compartido información sobre cómo hacen para decidir el momento correcto para cerrarlo. El US Open quiere usar el techo solo cuando llueva, a diferencia de Australia, que también lo hace en situaciones de calor extremo.
Un grupo de meteorólogos estarán en el complejo para poder pronosticar con exactitud si lloverá en los próximos 20 o 30 minutos, dijo Smith. Lo que no quiere que ocurra es proceder de manera muy cautelosa, con el techo cerrándose con frecuencia cuando no es probable que llueva.
"Queremos que este sea un torneo al aire libre; queremos mantener el techo abierto lo máximo posible", dijo. "Asumiremos un pequeño riesgo de algo lluvia en las pistas para que este siga siendo un torneo al aire libre, que sea una competencia justa para todo el mundo".
El viejo Grandstand, el tercer estadio más grande del US Open, estará cerrado este año, con su demolición prevista para más adelante. El estadio Louis Armstrong Stadium, el segundo más grande, también será demolido al mismo tiempo.
El nuevo Armstrong no estará listo hasta la edición de 2018, con una capacidad que aumentará de 10,000 a 14,000 espectadores.
Para el US Open 2017, se tendrá un estadio provisional que podrá albergar a 8,500 espectadores y que estará situado en un estacionamiento adyacente al viejo Grandstand.