En verano podremos, probablemente, volver a la vida normal: Karikó, la científica tras la vacuna contra el COVID de Pfizer
Esta investigadora húngara expresa de manera esperanzadora: "Las vacunas nos van a sacar de esta pandemia. En verano probablemente podremos volver a la playa, a la vida normal"
Por años la teoría del ARN mensajero de la científica húngara Katalin Karikó fue desechada, pero ahora es el alma de las vacunas de Modera y Pfizer-BioNTech contra el COVID-19, y quien ahora se expresa de manera esperanzadora: "Estas vacunas nos van a sacar de esta pandemia. En verano probablemente podremos volver a la playa, a la vida normal".
Katalin era una feliz niña en la hungría comunista de los años 60, hija de un carnicero que emigró a EU a mediados de los 80.
Desafortunadamente, en esos años para el mundo solo existía la modificación del ADN para la cura de ciertos males, y no veían con buenos ojos sus investigaciones en el ARN.
Karikó quería usar las células del propio enfermo para que fabricasen la proteína que les curaría inyectándoles un pequeño mensaje de ARN: "Todo el mundo lo entiende ahora, pero no entonces", expone la bioquímica, según el diario español El País.
Así, en 1990 su primera solicitud de beca de investigación fue rechazada y así muchas otras,
En 1995, la Universidad de Pensilvania, en la que luego se convertiría en profesora, incluso llegó a frenar sus ambiciones y a degradarla al rango de simple investigadora.
"Normalmente, en este punto, la gente dice adiós y se va porque es demasiado horrible". "Pensé en irme y hacer otra cosa. También me decía que no era lo suficientemente buena o inteligente".
Además de hacer frente a estos pensamientos, la científica debió encarar el sexismo laboral. Le preguntaban por el nombre de su supervisor, cuando era ella la que dirigía su propio laboratorio, o le decían "señora", cuando sus pares masculinos eran identificados por el título de "profesor".
Mientras tanto, Katlin contaba con el apoyo de su esposo y su hija Susan, quien sería medalla de Oro en remo con el equipo de EU en los olímpicos de 2008 y 2012.
Posteriormente, a finales de 1997, la científica conoció a Drew Weissman, uno de los investigadores para la vacuna contra el VIH. Decidieron trabajar juntos y desarrollar una solución que permita que el sistema inmunológico no reconozca el ARN sintético. Su hallazgo fue publicado en 2005, lo que les generó un gran reconocimiento, subraya el diario francés France24.
Y unos años después, tras la aprobación de la vacuna de Pfizer usando su tecnología, Karikó tiene la esperanza de que para el verano del 2021, espera celebrar verdaderamente, "cuando hayamos olvidado el virus y la vacuna."
We all must know about the 40 years of struggle of this lady!
— Vipin M. Vashishtha (@vipintukur) December 9, 2020
Katalin Karikó, a Hungarian-born scientist who deserves a #NobelPrize in chemistry for her all important breakthrough in the field of #mRNA https://t.co/OeQV7ZI8Ev pic.twitter.com/JK5rQMOlqj
“La vacuna protege apenas 10 días después de la primera dosis, cuando la protección es del 88,9%. Con la segunda dosis aumenta al 95%. Hay algo muy importante. Hemos sacado sangre a los vacunados en los ensayos clínicos y hemos creado réplicas de todas las variantes del coronavirus que hay por el mundo. La sangre de estos pacientes, que contiene anticuerpos, ha sido capaz de neutralizar 20 variantes mutadas del virus”, analiza Katalin.
“Estas vacunas nos van a sacar de esta pandemia. En verano probablemente podremos volver a la playa, a la vida normal. Y con más de 3.000 muertos diarios en EU no me cabe duda de que la gente se va a vacunar. Especialmente los mayores”, subraya.
"Los prototipos llevan usándose más de 10 años, por ejemplo contra el cáncer, en ensayos clínicos, y han resultado seguras. El ARN mensajero que usamos tiene la misma composición que el que fabricas tú mismo, en tus propias células. Es algo completamente natural y se hace a partir de nucleótidos de plantas. No hay nada extra desconocido y no se usan células de ningún animal, ni bacterias, nada”.
“En los últimos 40 años no he tenido ni una recompensa a mi trabajo, ni siquiera una palmadita en la espalda. No lo necesito. Sé lo que hago. Sé que esto era importante. Y soy demasiado vieja para cambiar. Esto no se me ha subido a la cabeza. No uso joyas y tengo el mismo coche viejo de siempre”, dijo al diario El País Katalin Karikó, llamada ahora la "madre de la vacuna" contra el COVID-19.