Fundec: 10 años de buscar a los ausentes; documental retrata la lucha de familias coahuilenses
Alumnos de la Ibero en Torreón, encabezados por el periodista Francisco Rodríguez, retratan este problema social que refleja la desgracia y la indolencia de parte de las autoridades
A lo largo de seis meses, alumnos de la Universidad Iberoamericana de Torreón, encabezados por el periodista Francisco Rodríguez, realizaron el documental de 10 años de historia de Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos de Coahuila (Fundec); el principal aprendizaje fue la sensibilización de este problema social que refleja una desgracia y la indolencia de autoridades al principio de la lucha.
Francisco Rodríguez, periodista de VANGUARDIA, narra cómo se gestó el problema, su desarrollo y el aprendizaje que le dejó a él y a su equipo de estudiantes universitarios.
El documental está en YouTube, por lo pronto, y se busca proyectarlo en más universidades del país, así como llevarlo a festivales para su difusión a fin de lograr que todos conozcan de cerca el trabajo de 10 años de madres y padres de familias buscando a sus hijos, al principio sin el apoyo de autoridad, y después con algunas reformas legales, pero sin que se haya logrado todavía el objetivo: encontrar a los seres queridos.
-¿Cómo surge la idea de crear este documental de Familias Unidas?
-Fray Juan de Larios y Fundec tuvieron un acercamiento con el programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana de Torreón, ahí empezó el contacto. Con motivo de los 10 años de esta organización, que se cumplieron en diciembre del año pasado, hay un diálogo para ver cómo se puede conmemorar y la gente de estas dos organizaciones proponen el documental que retrata los 10 años de búsqueda y de lucha. Yo trabajo en el área de Humanidades de la Universidad y me piden ayudar y encabezar el proyecto. Por supuesto que dije que sí. Se armó un equipo pequeño: Juan Manuel Rodríguez, también trabajador del Centro de Comunicación de la Universidad, y un grupo de alumnos integrado por Uriel García, Silvia Meléndez, Regina Macías, Mariana Rodríguez y Karen Salinas. Todos son estudiantes de la carrera de Comunicación de la Ibero. Entre este pequeño grupo empezamos a trabajar el documental.
Es un proyecto guiado por las entrevistas de las familias. Se hizo un diálogo previo con las familias para saber qué les gustaría que saliera en el documental. La tragedia de las personas desaparecidas y sus familias abarca este documental. La coincidencia fue retratar el contexto individual, que cada persona inició su búsqueda de manera solitaria, en ese momento las autoridades trataban de impregnarse de miedo y terror. De alguna forma eso les hizo quedarse paralizadas, pero esa misma búsqueda en solitario los llevó a encontrarse y a partir de ahí viene el nacimiento de la colectividad. El grupo de familias comienza a adquirir seguridad y fortaleza. Y como dice Blanca Martínez, directora del Centro Fray Juan, pasaron de víctimas a sujetos de derecho. Ese fue el segundo punto en que se coincidió. Enseguida se hizo el recorrido de los 10 años, con anécdotas, experiencias, marchas, experiencias con gobernadores y pérdidas que han tenido de personas que han muerto en la búsqueda, así como los logros y retos que representa que un colectivo sume 10 años.
BUSCAN MÁS PROYECCIÓN
-¿Cuánto tiempo les llevó realizar el documental, y cuáles son los planes de proyección a nivel local, regional, nacional e internacional?
-El documental tardó prácticamente un semestre en realizarse con las entrevistas y la edición. Tuvimos que ajustarnos a los tiempos de los alumnos. Ellos trabajaron por el gusto y la pasión de hacerlo. No hubo ni siquiera un punto extra a cambio, ni exentar maestros. Les doy las gracias por todo eso.
El documental se está proyectando en Youtube en la cuenta del Centro de Comunicación de la Universidad Iberoamericana. La idea es hacer alianzas con otras universidades del país y más que nada las que tienen relación con el sistema jesuita para empezar a proyectarse en otras ciudades.
El documental es de las familias unidas y de la Ibero, pero ellos también son libres de proyectarlo. También hay otros planes como meterlo a concursos universitarios.
-¿Hubo algún fondo con el cual trabajaron?
-Trabajamos con recursos de la Universidad Iberoamericana. Solamente fue ese recurso.
-¿Qué quieren comunicar a través de este documental?
Es la lucha de 10 años de un colectivo. Mostrar también las experiencias, las frustraciones y los logros. Finalmente es la construcción de un retrato histórico de un colectivo que nació por casos individuales y se convirtió en un referente en el tema de los colectivos a nivel nacional. Fundec es un referente a nivel nacional, es uno de los colectivos que tienen más tiempo. Quisimos mostrar la inoperancia de las autoridades y la lucha personal de los integrantes del colectivo.
-¿Qué se detectó de particular en el colectivo y alguna esencia del colectivo durante la filmación?
-No sé si llamarle esencia, pero creo que las familias, de alguna forma a través de sus relatos, coinciden a lo que se enfrentaron en un inicio y fue el miedo, la criminalización de autoridades hacia sus hijos. Después se fueron juntando y encontrando. En términos de narrativa, hay una ausencia de narrador, porque los relatos de las familias son fuertes y dolorosos. Escucharlo (el documental) de su propia voz le da una fortaleza. La guía del documental contado por ellos mismos es lo importante.
UN TEMA IMPACTANTE
-¿Cuándo estuvieron trabajando en la edición y la recopilación de la información para el documental, qué sentimientos se manifestaron en esas reuniones?
-En mi caso he cubierto el tema de desapariciones desde hace años, pero muy impactante para los alumnos de Ibero. Hablaban mucho de la incertidumbre. Los alumnos hablaban que les dolía mucho la cuestión de la incertidumbre por la desaparición de un ser querido y lo complicado que es el proceso de búsqueda. Muchos hablaron del respeto que les generó estar en las entrevistas y escuchar los relatos e historias. También que el amor de una madre no tiene límites, porque pueden pasar 10 años o más, y seguirán en su búsqueda de justicia. Esto fue lo que les llegó más a los jóvenes, la voluntad de exigir de una forma digna y en la cual se hicieran respetar ante autoridades que en un inicio no las respetan y por el contrario las victimizan o criminalizaron. Fue valorar más todas las historias y la vida propia. Entendieron que hay muchas personas que están sufriendo por las desapariciones y entendieron la responsabilidad que se tiene de crear un espacio al menos para que sean escuchadas las familias y que encuentren justicia.
-¿Consideras que la difusión masiva de documentales como el de Fundec pueda sensibilizar más al país sobre el tema de desapariciones?
-Creo que debería, si no es por un documental, puede ser por un reportaje, por una historia, o inclusive debería de lograrse con los anuncios de televisión en donde las madres piden apoyo a la sociedad.
Como dicen las familias: el tema de las desapariciones también afectan a la sociedad de alguna forma.
-¿Durante el documental las familias vieron el avance de la función de las autoridades en la búsqueda de sus seres queridos?
-Su objetivo final es encontrar a sus seres queridos, y en ese objetivo no hay avance. La realidad es que están decepcionadas ante las autoridades porque son 10 años y los avances logrados son más por las investigaciones que ellas mismas han hecho que por autoridades.
Hay avances de otro tipo como en el tema legislativo, beneficios y apoyos, pero en el objetivo final de encontrar a los seres queridos, no.
IDENTIFICACIÓN PLENA CON LA PROBLEMÁTICA
-¿De manera personal qué te deja esta experiencia?
-Es la primera vez que hago un trabajo audiovisual, soy periodista, pero en el tema profesional de embarcarme en un proyecto para tratar de contar el retrato histórico del colectivo deja mucho aprendizaje. Te cuento una anécdota, cuando empecé a cubrir las desapariciones hace 10 años, me acuerdo que una persona, Jesús Torres, director de un centro de derechos humanos en Torreón, que absorbió los primeros casos de desaparecidos en alianza con el San Juan en Saltillo, me invitó a una de las primeras reuniones con familias de desaparecidos. Estuve observando y me fue impactante ver cómo en círculo se levantaban las familias, cada madre usaba la voz y decía su nombre, el nombre de su hijo desaparecido y decía el tiempo desaparecido y la edad.
Yo al escuchar las edades me llegó mucho, porque dije: es de mi edad, yo podría ser ese muchacho y mi mamá podría ser esa mujer que está ahí contando su historia.
Con el tema de las desapariciones siempre he tenido un compromiso y me deja una profunda admiración a todas las familias no sólo de Fundec, sino todas las que buscan a un ser querido desaparecido. Esa lucha significativa y admirable porque se han topado con todo tipo de obstáculos y al final de cuentas insisten en el objetivo final: saber qué pasó con sus hijos.
Deja un tema de sensibilidad, pero también de responsabilidad ante este tipo de problemas que persisten en nuestra sociedad.
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