Historia de amor, pasión y venganza

Esta es una historia de amor, llena de pasión y venganza, como la de Marita Lorenz y Fidel Castro, que se conocieron -y ella se enamoró de él- cuando el “MS Berlín” atracó en La Habana en febrero de 1959, dos meses después del triunfo de la revolución cubana.

Les platico: Ese transatlántico alemán fue el primero que llegó a Cuba tras el derrocamiento de Fulgencio Batista, que en la noche del 31 de diciembre de 1958 huyó de la isla con su familia y allegados en un avión cargado con $300 millones de dólares en efectivo, que aterrizó en Santo Domingo, en los primeros minutos del año nuevo, bajo la protección del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo.

Marita era la hija del capitán de aquél barco y cuando vio que una lancha de la armada cubana se les acercaba con la intención de que sus barbudos ocupantes subieran a bordo, ella les hizo la señal internacional de “sin armas”.

Fue la primera mujer a la que Fidel obedeció en su vida y en sus memorias dice que la única. Cuando se presentó ante ella, en vez de su nombre le dijo: “Yo soy Cuba”. Marita se enamoró del magnetismo de ese hombre, de su seguridad y de su impresionante capacidad de expresión verbal.

Entonces, el amor no solo se da entre dos personas. Puede existir entre uno y un país.

Lo que voy a platicarles es una proyección analítica analógica de lo que he visto durante los últimos 19 meses en México, donde tras un “noviazgo” tormentoso de casi 18 años, el presidente de la 4T finalmente logró casarse con su anhelada pretendida.

Arre: La pasión y tenacidad con que cortejó a su amada (nación) es indiscutible, y en sus propias palabras, tres advenedizos se la arrebataron cuando ya la tenía ganada y se veía con ella a unos pasos del altar, pero se quedó vestido y alborotado con banda republicana y todo.

Debe de haber sido terrible para él ver cómo su novia de tantos años, tres veces se le fue de luna de miel con otros y a pesar de ello, su inmenso amor lo mantuvo firme en sus afanes, hasta que en el 2018 logró su cometido, y en una boda bañada con el incienso y el sahumerio zocalense de los chamanes, la desposó.

Se la ganó a la buena a su anterior consorte, pero la recibió totalmente corrompida, y el otro que la tuvo en los seis años previos, la llenó de tal violencia que vistió de rojo sus ropajes.

El primero de los tres maridos de su lucha por ella de 18 años, era un bobalicón que le puso a su amada (nación) los cuernos todas las veces que quiso con una mujer que lo obligó a casarse ante la bendición del Papa y que era la que en verdad mandaba en la casa donde vivían rodeada de pinos.

Su ahora esposa se casó llevando consigo una muy buena dote, 174,793 millones de dólares en reservas.

Por protocolos y reglas políticas el matrimonio se consumó hasta el 1 de diciembre del 2018 y para entonces, la fortuna de su mujer había ascendido a $180,462 millones de dólares.

La pujanza de su esposa ha sido tal, que el 15 de mayo de éste 2020, la dote llegaba ya a $186,922 millones de dólares, principalmente debido a que los paisanos de ella que trabajan en Estados Unidos, han DETONADO el envío de remesas a niveles récord.

 A pesar de estar casado con una “mujer” rica, él no ha podido sacar la bola del cuadro y su economía se ha deteriorado a tal grado que muy apenas tiene para pagar la nómina del Palacio donde moran.

Muchos lo tildan de vividor y de infuncional en su desempeño como cabeza de la casa.

Su esposa está enferma desde marzo pasado; ya no genera lana y para que no se agoten las reservas que le heredaron sus anteriores cónyuges, por presión de su marido se ha vuelto una perra para cobrar los adeudos que con ella tienen sus causantes cautivos (del SAT).

Él la trae contra los ex esposos de su mujer. Su sed de venganza ocupa buena parte de su tiempo y anda viendo moros con tranchete por todos lados.

A diferencia de los anteriores, él no tomó el poder; lo está fabricando cada día. ¿Acaso no se han dado cuenta?

Contra lo que él predica, su movimiento no es nacionalista ni transformador; es socialista y populista y aquí viene lo que preveo: Fue tanto su deseo de casarse con su amada (nación), que si un día llega a perderla, es capaz de mover sus hilos para que quien la posea sea uno de los suyos, por más perverso que eso suene.

Él no le prometió a su amada (nación) una buena vida. Le prometió una transformación y ni eso le está cumpliendo.