Policías locales, el eslabón más débil
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Durante el último día de las audiencias públicas en torno al proyecto de creación de la Guardia Nacional -la muy cuestionada corporación que encabezará las estrategias de combate al crimen en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador-, el coordinador del Programa de Seguridad del centro México Evalúa, David Ramírez, se sumó a las muchas voces que a lo largo de los años han descrito a las policías municipales como cuerpos débiles, estigmatizados por la sociedad y corrompidos y amenazados por grupos delincuenciales.
Se suponía, situados en el terreno de lo ideal, que esos calificativos deberían haberse ido desterrando paulatinamente del contexto nacional, pero lo cierto es que tal diagnóstico no ha variado mucho del que tenían las corporaciones locales cuando se tomó la decisión, hace más de una década, de revertir su fragilidad institucional y combatir la corrupción enquistada tanto en su corteza como en sus más profundos núcleos.
En 2008, cuando comenzó la inyección de recursos federales a las policías municipales mediante el entonces llamado SUBSEMUN (Subsidio de Seguridad para los Municipios), la radiografía era desalentadora: agentes sin capacidad técnica, legal y operativa; falta de habilidades y herramientas básicas; parque vehicular deficiente; salarios bajísimos (menores a los 5 mil pesos mensuales en algunas localidades); nulas garantías sobre la probidad de mandos y elementos e, incluso, cobertura insuficiente, pues hace 11 años sólo 12 entidades del país tenían una corporación preventiva en la totalidad de sus municipios. Comenzaba entonces un tortuoso proceso que, hasta hoy, no sólo no ha conseguido fortalecer ni profesionalizar adecuadamente a los hombres y mujeres que están parados en la primera línea de fuego, sino que ahora aparece envuelto en una incertidumbre todavía más densa.
Aquel año (ya el 2008 aparece lejano en el tiempo), 150 municipios se repartieron los 3.8 mil millones de pesos del primer subsidio. Además de etiquetarse para profesionalización, capacitación y equipamiento, el recurso se entregaba con la condición de que cada municipio cubriera el 25% de la bolsa total.
En el caso de Torreón, la Dirección de Seguridad Pública Municipal recibió en 2008 y 2009 39 millones de pesos; pero al año siguiente, la corporación fue prácticamente desmantelada con el despido de 400 efectivos (un tercio de su plantilla operativa) que habían parado labores exigiendo la destitución del entonces director, el polémico general Carlos Bibiano Villa Castillo. Muchos de los elementos cesados no habían aprobado las pruebas de control y confianza. Ante la crisis, se volvió más necesaria la presencia del Ejército y la Policía Federal en labores de vigilancia y si bien al paso de los últimos años el modelo de seguridad aplicado en La Laguna (basado en un Mando Especial de corte castrense) ha logrado reducir considerablemente los delitos de alto impacto en la región, ¿qué porcentaje de ese resultado es directamente adjudicable a la policía preventiva, mucho más saneada pero aún con serios rezagos? ¿Los municipios pueden hacer la tarea por sí mismos sin el apoyo de autoridades federales y estatales? La respuesta lógicamente variará según las circunstancias regionales, pero de ser negativa, ¿bastaría para justificar la militarización del país a través de un órgano que, aún sin existir, ya ha sembrado demasiadas dudas y rechazo como la Guardia Nacional?
Y es que, en términos prácticos, el país ya está militarizado desde hace años, y mientras la SEDENA recibe más recursos del gobierno federal, el subsidio a los municipios, que con el cambio a las reglas de operación en 2016 pasó de llamarse SUBSEMUN a FORTASEG (Fondo de Fortalecimiento a la Seguridad Pública Municipal), se verá considerablemente reducido a partir de este año. Saltillo, por ejemplo, recibirá este 2019 28.2 millones de pesos, cuando el año pasado recibió más de 40. Torreón dispondrá de 19.8 millones de pesos, cuando en 2018 había recibido 27. Lo positivo, en el caso de La Laguna, es que San Pedro de las Colonias, que no había sido considerado, recibirá 9 millones de pesos (recordar que ahí se construyó un nuevo cuartel militar), mientras que los municipios duranguenses de Gómez Palacio y Lerdo, que apuntaban a ser “cepillados” de la lista, al final sí tendrán participaciones de 11.3 y 7.5 millones de pesos respectivamente.
Sin embargo, las Fuerzas Armadas han pesado mucho más en términos presupuestarios: de 2009 a 2018, la SEDENA recibió más de 35 mil millones de pesos en el Programa de Apoyo a la Seguridad Pública (para dimensionar, la cifra es prácticamente igual al monto de la megadeuda de Coahuila) y este año, el Ejército recibirá 3 mil 511 millones de pesos para desarrollo y equipamiento de la Guardia Nacional, que se prevé cuente con 50 mil elementos a mitad de sexenio.
Y aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador ha reiterado en sus visitas a Coahuila (en diciembre a Torreón y este febrero a Saltillo), que el modelo del Mando Especial de La Laguna se tomará de ejemplo en otras regiones del país, deberá considerar que los resultados sólo serán efectivos en la medida que también se fortalezcan las todavía frágiles corporaciones locales. Actualmente, según la Encuesta Nacional de Estándares y Capacitación Profesional Policial, elaborada por el INEGI, 8 de cada 10 policías tuvieron algún grado de sobrepeso u obesidad, el 18% está activo sin sentirse debidamente capacitado y el 86% de los elementos policiacos del país debieron adquirir, de su propio bolsillo, algún instrumento para desempeñar su función (esposas, lámparas, equipo de radiocomunicación, chalecos, teléfonos o megáfonos). Por otra parte, la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2018, arrojó que el 51% de los ciudadanos desconfía de su policía local y 7 de cada 10 la consideran corrupta.
Ese es todavía el diagnóstico general, en un país ya militarizado, de buena parte de las corporaciones locales. Mientras no se les fortalezca, mientras sigan siendo (como hace 12 años, como hace décadas) el eslabón más débil de la cadena, ningún proyecto de seguridad nacional estará completo.