Políticos y periodistas, una vergonzosa realidad
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Hace 26 años, cuando me iniciaba en los bemoles del periodismo, un pariente que había sido funcionario público me enseñó una gran lección cuando le pregunte por qué había dejado de escribir cuando era secretario particular del Gobernador: “En política como en religión no se puede decir misa y andar en la procesión, hay bases éticas y la mía me dicta una pluma sin dueño”, señaló tranquilo.
Después entendí el grave riesgo en el que incurren aquéllos que desde el ejercicio gubernamental tratan de enderezar entuertos mediante su participación en los medios de información.
El historiador mexicano Daniel Cosío Villegas, en alguno de los artículos que escribió para Excélsior en la época de Luis Echeverría, destacó que la prensa en México no era el “cuarto poder” sino el “cuarto sector” del PRI. De esta manera, Cosío Villegas describió cómo, durante la época dorada del autoritarismo mexicano, el periodismo se escribía para el poder y desde el poder, efecto que hoy día se está transformando en asunto cotidiano ante la cada vez más participativa prensa gubernamental que redactan los consabidos “periodistas-funcionarios”.
En el establo estatal encontramos que de la noche a la mañana diputadas, secretarios, directores de área y otras especies se convirtieron en escribanos cuyas argumentaciones el ejercicio de gobierno siempre sale salvo y sin objeciones. En una estrategia que bien se adivina acerca del sobrepeso necesario ante una administración en crisis y con innumerables grietas.
Unas semanas atrás y mientras me bañaba, escuché a través de mi pequeño radio Sony (mi compañero de 30 años) a una legisladora federal priísta en Radio Fórmula a eso de las 5:45 horas. Mi capacidad de asombro volvió a ser transgredida ante las palabras de aliento al régimen que la citada legisladora pronunció: “México es un país prolífico porque cuenta con recursos y personas capacitadas para hacer que la economía crezca de forma considerable. La dependencia hacia el petróleo y sus abundantes ingresos había generado un estado de confort que afectaba el desarrollo de otras áreas de la economía. Afortunadamente, mientras que en otros países la caída de los precios ha impactado negativamente, en nuestro País se ha impulsado el mercado nacional. Podemos afirmar que México cuenta con una economía estable que nos permite asegurar que vamos por buen camino”.
De repente llega la realidad, somete sus condiciones y arremete contra el bien decir de la diputada mediante las siguientes cifras y argumentos: “2. La inversión extranjera directa disminuyó -19.62% en los primeros tres años de gobierno. 4. Las importaciones de gas natural pasaron de 1,289 millones de pies cúbicos en 2013 a 1,418 millones en 2015. 5. Las pérdidas en Pemex pasaron de 169,000 mdp en 2013 a 712,567 mdp en 2015. 6. 53% de la gasolina que se consumió en México en 2015 provino del extranjero. 11. La producción petrolera disminuyó -11.37% del cierre de 2012 a 2015. 13. La deuda pública neta aumentó 10 puntos porcentuales del cierre de 2012 a 2015. 15. La moneda mexicana se depreció 30% del cierre de 2012 al 18 de julio de 2016. 17. 57.8% de la población ocupada se encuentra en la economía informal. 18. La inflación de enero 2013 a junio 2016 fue de 10.42%. 22. 2 millones de personas se sumaron a las filas de la pobreza de 2012 a 2014. 24. La tasa promedio de desocupación de 2013 a mayo de 2016 fue de 4.65%. 26. Banco de México (Banxico) ha ajustado en 7 ocasiones la tasa de referencia entre 2013 y 2016. 35. México pasó del lugar 55 al 57 en el ranking de Competitividad del WEF de 2013 a 2015. 36. México avanzó 11 posiciones en el Índice de Percepción de la Corrupción de 2013 a 2015. 37. El ingreso familiar neto disponible en México fue de 12,806 dólares en 2016 vs 29,016 promedio de la OCDE. 40. 100 millones de pesos costaron 34 giras al extranjero de Enrique Peña Nieto entre 2013 y octubre de 2015. 45. 51,000 homicidios dolosos se cometieron en el País los primeros tres años de gobierno de Enrique Peña Nieto, 11,500 más que los primeros tres años del gobierno anterior”. (Tomado de las 50 cifras en el cumpleaños de Peña Nieto).
El periodismo, dijo el reportero polaco Kapuscinsky, no es un oficio para cínicos, pero tampoco es un trabajo para indiferentes o para personas carentes de curiosidad o para quienes no tienen capacidad de indignación ante las injusticias. En otras palabras, los tres ingredientes para ser periodista son una enorme capacidad de investigación y aprendizaje constante, un cierto escepticismo ante el poder y los poderosos, y un vínculo inmutable con la realidad, ¿será el caso?