Primo Levi, Italia honra a uno de sus escritores más relevantes del siglo XX por su centenario
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Italia honra con numerosos actos, conmemoraciones y conferencias a uno de sus escritores más relevantes del siglo XX, cuya memoria y su legado sigue muy vivo.
"Si comprender es imposible, conocer es necesario", sostenía en defensa de la memoria histórica Primo Levi, el escritor italiano que sobrevivió a los campos de concentración nazis para narrarlos y de cuyo nacimiento se cumplen ahora 100 años.
Italia honra con numerosos actos, conmemoraciones y conferencias a uno de sus escritores más relevantes del siglo XX, cuya memoria y su legado sigue muy vivo, sobre todo en todos los colegios del país.
Primo Levi nació el 31 de julio de 1919 en Turín (noroeste), en la casa donde viviría durante toda la vida. Sus antepasados eran judíos piamonteses llegados desde España a esta ciudad a los pies de los Alpes en el siglo XVI, tal y como él mismo recordaba.
Creció en la Italia del Fascismo, instaurado por Benito Mussolini en 1922, y su vida, como la de muchos otros, cambió para siempre a partir de 1938, con la llegada de las primeras "leyes raciales", que prohibían a los hebreos acceder a la educación pública, entre otras muchas y ominosas restricciones.
Pero esta no afectó a Primo Levi, que dado que ya estudiaba en la Universidad pudo proseguir sus estudios científicos. E inmerso en ese ambiente, entró en contacto con los círculos antifascistas.
En 1943, él y unos compañeros subieron a las montañas para unirse a la resistencia contra la ocupación nazi del país, si bien fue capturado por una milicia fascista un frío 13 de diciembre.
"Tenía 24 años, poca o ninguna experiencia y una decidida propensión, favorecida por la vida de segregación a la que me habían reducido desde hacía 4 años las leyes raciales, a vivir en un mundo escasamente real (...) Cultivaba un moderado y abstracto sentido de rebelión", recuerda en su obra clave, "Se questo è un uomo" (1947).
En el interrogatorio decidió reconocerse como "ciudadano italiano de raza hebrea", dado que admitir su actividad política habría supuesto seguramente la tortura inmediata y la muerte.
Fue el inicio de una pesadilla que le llevó a un campo satélite de Auschwitz-Birkenau, en la Polonia ocupada.
En su libro rememora el viaje en tren hacia aquel funesto lugar, hacinado en vagones minúsculos con decenas de deportados como "mercancía" y su llegada al capo de concentración, sumergido en una oscura noche que impedía presagiar su lamentable futuro.
Desde ese momento Levi cuenta de forma precisa todo lo que sus ojos vieron dentro del alambre espinado del campo de trabajo forzado de Monowitz y las humillaciones e impensables vejaciones a los que fueron sometidos miles de hombres, mujeres, ancianos y niños.
El escritor logró sobrevivir porque fue confinado en 1944, solo un año antes de su liberación por parte de las tropas soviéticas, pero también porque fue empleado en el laboratorio por sus conocimientos en Química, lo que le libró de los extenuantes trabajos forzados.
Tras la liberación, Levi vive el drama de millones de desplazados por el conflicto: la vuelta a casa. El escritor vivió unos meses en Katowice y después emprendió un largo y complicado periplo de vuelta entre las ruinas del continente, descrito en "La Tregua" (1963).
Ya en su Turín natal, en una Italia desangrada por la guerra y el fascismo, el autor se ve ante la titánica labor de reinsertarse en la sociedad, compaginando su nuevo trabajo en una fábrica de pintura con la escritura de sus recuerdos, que comienza inmediatamente.
Pues plasmar en páginas el horror le causaba un efecto analgésico: "Cuando escribía, encontraba un breve lapso de paz y sentía que volvía a convertirme en hombre, un hombre como los demás, ni mártir, ni infame, ni santo", confesaba en "El Sistema Periódico" (1975).
En 1947 se casó con Lucia Morpurgo y empezó a trabajar como químico en un laboratorio que llegaría a dirigir, pero al mismo tiempo nunca dejó de divulgar lo vivido en el campo de exterminio.
"La necesidad de contar a 'los demás', de hacer a 'los demás' partícipes, había provocado en nosotros, antes de la liberación y después, el carácter de un impulso inmediato y violento, tanto que rivalizaba con las demás necesidades elementales", afirmaba.
Levi da la vuelta al mundo con sus escritos, obteniendo múltiples premios y reconocimientos, sin alejarse de su objetivo divulgativo, acudiendo a las escuelas con su alegato por la memoria histórica, para no olvidar esa herida "indecible" de la que seguía atormentado.
El 11 de abril de 1987, a los 67 años, fue encontrado muerto en su edificio de Turín, tras caer por el hueco de la escalera. La hipótesis aceptada fue el suicidio, aunque aún es discutida.
Cinco libros para conocer a Primo Levi y no olvidar
El escritor italiano Primo Levi retrató como pocos el horror de los campos de concentración nazis, al haber sido rehén en uno de ellos durante casi un año, una experiencia terrible que marcó su vida definitivamente hasta su muerte en 1987.
Nacido hace cien años en Turín (norte), el 31 de julio de 1919, Primo Levi, de origen judío, fue deportado a Auschwitz en 1944 desde Italia, donde se había sumado a la resistencia antifascista.
En aquel cerco de alambre espinado se convirtió en testigo de excepción de los crímenes y, tras la liberación, sus escritos dieron la vuelta al mundo, siendo aún hoy frecuentes en las escuelas italianas como todo un ejemplo de memoria histórica.
Estos son los libros que permiten adentrarse en la figura y visión de uno de los escritores italianos más importantes del siglo XX.
- "Se questo è un uomo" (1947, Einaudi).
Traducido en español como "Si esto es un hombre", es la ópera prima de Levi y la más importante. Fue escrita al regresar a Italia tras pasar once meses internado en el campo de trabajos forzados de Monowitz, anexo al de Auschwitz-Birkenau, cerca de Cracovia.
El escritor sostiene en su prefacio que el objetivo de este libro no es otro que mantener viva la memoria de aquellos crímenes, pues la mera existencia de los campos "debería ser entendida como una siniestra señal de peligro" por las generaciones futuras.
Levi narra con agudeza, precisión y sin paños calientes el sinfín de humillaciones que pasaron las víctimas del Holocauso, hombres, mujeres, ancianos y niños tratados como mercancía por aquel régimen criminal, y las durísimas condiciones de vida en los barracones.
- "La tregua" (1963, Einaudi).
Es la continuación de "Se questo é un uomo" y segundo libro de Levi. En sus páginas rememora la auténtica odisea que, como millones de personas, tuvo que vivir para regresar a casa tras la liberación de Auschwitz por parte de las tropas soviéticas.
Comienza con la llegada de cuatro soldados del Ejército Rojo y con la paulatina comprensión de los rehenes de la verdadera dimensión de Auschwitz, del "campo grande" del que dependía Buna-Monowitz.
Y sigue relatando paso a paso el penoso periplo de ocho meses en tren que tuvo que recorrer en su regreso a su Turín natal, no como héroes supervivientes del terror nazi, sino ante la indiferencia de una sociedad, la europea, aún traumatizada por la guerra.
- "Vizio di forma" (1971, Einaudi).
El Primo Levi más imaginativo aparece en este breve compendio de historietas de ciencia ficción que sigue a "Storie naturali" (1966), otro libro similar firmado bajo el pseudónimo de Damiano Malabaila.
Bajo estética futurista y marcado por un cariz de incertidumbre, el libro, uno de lo más desconocidos, trata temas como la sociedad del futuro, el desarrollo tecnológico, el comportamiento de las masas o el impacto del hombre en la naturaleza.
- "Il sistema periodico" (1975, Einaudi).
Primo Levi conjuga episodios de su vida con sus conocimientos de Química y sus experimentos en el laboratorio, vinculando cada uno de sus veintiún capítulos a un elemento de la tabla periódica.
Pero no se trata solo de la autobiografía de un químico, sino que retrata "la historia de una generación" y reconstruye "una formación civil surgida en los años del fascismo, los dramáticos episodios de la guerra o la lucha partisana", alegaba el editor Giulio Einaudi.
Comienza con el Argón, para describir los usos, costumbres y jerga de sus antepasados, judíos emigrados desde España en el siglo XVI y que se mostraban excéntricos y de hábitos ociosos.
Y termina con la curiosa explicación sobre cómo un átomo de carbono se transforma y acaba en el cerebro de una persona, permitiéndolo escribir el punto que pone final al libro.
- "I sommersi e i salvati" (1986, Einaudi).
Este ensayo es el último libro que escribe Primo Levi, fallecido un año después, en 1987, y supone todo un legado de reflexiones sobre el Holocausto como forma de violencia inédita, cuarenta años después de su liberación.
Levi hace hincapié en lo que llama "zona gris", el espacio entre víctimas y verdugos poblado por los colaboracionistas, figuras "patéticas" que recibían privilegios en los campos por sus servicios y a las que "hay que conocer para conocer al ser humano", decía.
"Los prisioneros privilegiados eran una minoría en la población de los campos, pero por contra representaron una fuerte mayoría entre los supervivientes", zanja el escritor.