Se tambalea el pacto de Pedro Sánchez con Ciudadanos
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Ciudadanos no contempla ya a Pedro Sánchez como candidato a la presidencia del Gobierno español.
La alianza que forjaron en España el Partido Socialista (PSOE) y el liberal Ciudadanos se enfría desde la fallida investidura de Pedro Sánchez. Una reunión que este mantendrá hoy con el jefe del Gobierno de Cataluña ha evidenciado de nuevo la fragilidad del pacto entre las dos formaciones.
Ciudadanos, que nació en Cataluña como respuesta al independentismo y rechaza todo acercamiento al secesionismo, amenazó hoy al PSOE con romper con él si su líder habla con el catalán Carles Puigdemont sobre una consulta de autodeterminación en la región del noreste.
"Nosotros no controlamos con quién se reúne Pedro Sánchez", indicó el secretario de Comunicación de la formación liberal, Fernando de Páramo. Dicho esto, advirtió: "Si Sánchez se sale de ese acuerdo y condiciones, Ciudadanos se levantará de la mesa".
El acuerdo al que se refiría De Páramo es el pacto de Gobierno que Sánchez y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, firmaron el 24 de febrero. Es la base sobre la que el socialista se presentó a la investidura fallida la primera semana de marzo y sobre la que tanto PSOE como Ciudadanos siguen invitando a otros partidos a unirse a un acuerdo que permita evitar la repetición de elecciones en España.
La reunión de hoy, la primera entre Pedro Sánchez y Carles Puigdemont desde la investidura de este como jefe del Ejecutivo catalán el 10 de enero, es "para analizar la actualidad de la política española y catalana", según el comunicado oficial del PSOE.
Pero es significativo que llegue en plena fase de contactos entre las fuerzas políticas para intentar romper el bloqueo institucional en el que vive España desde las elecciones del 20 de diciembre.
Ciudadanos teme que el objetivo de Sánchez sea convencer al partido izquierdista Podemos y a los independentistas catalanes de apoyarlo como jefe del Ejecutivo a cambio de una consulta de autodeterminación en Cataluña, donde desde hace dos años hay un proceso de secesión en marcha en abierto desafío al Estado español.
El referéndum es "condición sine qua non" para toda colaboración, dijo la portavoz de CDC, el partido de Carles Puigdemont.
Poco antes, el Gobierno catalán tuvo que corregir una llamativa errata en el comunicado con el que anunció en Barcelona el encuentro: "El presidente Puigdemont se reúne hoy con el presidente Pedro Sánchez", tituló.
El pacto firmado por el líder del PSOE y el de Ciudadanos rechaza explícitamente toda consulta de autodeterminación, pero los 90 diputados del PSOE y los 40 de Ciudadanos siguen siendo insuficientes para que el socialista se convierta, como aspira, en jefe del Ejecutivo español.
Sí lo permitirían el apoyo de Podemos, contrario a la independencia pero defensor de la consulta de autodeterminación, junto con la abstención de los dos partidos independentistas catalanes que hay en el Congreso de los Diputados, CDC y ERC, y la del Partido Nacionalista Vasco (PNV). De ahí las advertencias de hoy de Ciudadanos.
En los días que han transcurrido desde la investidura fallida del líder del PSOE, el pacto entre las dos formaciones se ha ido enfriando.
Ciudadanos no contempla ya a Pedro Sánchez como candidato a la presidencia del Gobierno español, sino que ha abierto la puerta a cualquier aspirante que asuma las 200 medidas recogidas en el pacto.
"No hay candidato salvo que el rey proponga. No vamos a poner condiciones de nombres y apellidos", indicó Rivera, que mantiene la mano tendida al conservador Partido Popular (PP) si Mariano Rajoy abandona su liderazgo y la intención de volver a ser presidente.
"No me importa tanto quién va a ser presidente del Gobierno, sino que qué va a hacer ese Gobierno", ha dicho el jefe de Ciudadanos.
Sánchez, por su parte, mantiene su rechazo a todo acuerdo con el PP, no solo con Rajoy, y la semana pasada dejó abierta la posibilidad a que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, pueda convertirse en vicepresidente, como persigue, en un Gobierno encabezado por él.
El reloj, entretanto, sigue corriendo: si el 2 de mayo no hay jefe del Ejecutivo investido, España tendrá que celebrar elecciones el 26 de junio, seis meses después de las de diciembre, lo que significaría que el país seguiría sin Gobierno -con el de Rajoy en funciones, con poderes recortados- al menos hasta agosto.