Biodiésel, sin mercado en Coahuila... aunque la UAdeC y la Narro han hecho investigación
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Este 10 de agosto se conmemora el Día Mundial del Biodiésel, un producto que, a pesar de ser investigado por instituciones de prestigio en Coahuila, sigue sin tener oferta en la entidad.
De acuerdo con Adolfo Romero Galarza, investigador de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), actualmente solo hay empresas que producen y venden biodiésel en Oaxaca, Guerrero, Durango, Nuevo León y la Ciudad de México.
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No obstante, aseguró que entre las siete empresas que actualmente existen en el país, tan solo producen 5 mil litros del producto al año.
“Si alguien está generando, produciendo y comercializando en Coahuila, todavía no está en el mapa nacional, pero hasta donde yo tengo conocimiento, no está dentro del radar nacional la producción de biodiésel en Coahuila”, mencionó el doctor en Catálisis e Ingeniería de Reacciones por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
FALTA APOYO A ESTE TIPO DE ENERGÍAS
En ese sentido, mencionó que es importante que las autoridades fomenten los proyectos de biodiésel que puedan surgir a partir de la investigación que realizan las universidades.
Según Romero Galarza, para que el biodiésel pueda ser comercializado con mayor normalidad, en primera instancia es necesario difundir qué tipo de producto es, además de establecer legislación en los tres niveles de gobierno en materia de energías verdes.
“Definitivamente falta apoyar económicamente este tipo de energías. Como en todo, se verán ganancias cuando el volumen sea mayor, cuando exista una legislación que permita no usar el 100 por ciento de combustible fósil, sino que se utilicen mezclas con cierto porcentaje de biodiésel y diésel fósil. Sin embargo, hace falta legislación para que ya sea la iniciativa privada o el gobierno, en sus distintos niveles, vea atractivo invertir en ello”, explicó.
Añadió que, aunque actualmente no hay mercado que ofrezca el producto, la transición hacia combustibles verdes dejando de lado los fósiles es “prometedora”.
El científico mencionó que la posibilidad de mezclar el biodiésel con combustibles fósiles es una vía que se explora de manera más amplia en otros países como Estados Unidos o Brasil, donde se permite una mezcla de hasta el 50 por ciento, mientras que en México no supera el 10 por ciento.
“A partir de abrir ese margen, se vuelve atractivo para los inversionistas”, aclaró.
UADEC Y UAAAAN REALIZAN INVESTIGACIÓN
A partir de semillas de higuerilla, en la UAdeC se ha investigado la posibilidad de generar biodiésel de calidad para abrirse al mercado.
“Lo que nosotros hacemos es incursionar en la parte de transformar aceites vegetales en biodiésel utilizando catalizadores sólidos. Buscamos utilizar aceites que no sean comestibles, que provengan de cultivos no comestibles, para no impactar al sector alimenticio. De ahí surgió la idea de utilizar la semilla de higuerilla, que se ha detectado tiene bajos costos de producción, ya que es una semilla que puede soportar todo tipo de condiciones climáticas y su demanda de agua es mínima”, explicó Romero Galarza.
Señaló que, a nivel laboratorio, se han encontrado resultados “prometedores” para generar biodiésel dentro de los estándares internacionales, el cual se puede mezclar con hidrocarburos fósiles.
Además, en 2018, la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN) publicó un artículo científico en el que se analizó la producción de biodiésel a partir de grasa animal proveniente del rastro.
Romero Galarza mencionó que, aunque el biodiésel es el combustible alternativo a los fósiles más utilizado, aún tiene la desventaja de ser más viscoso que los combustibles tradicionales.
“La viscosidad es un parámetro muy importante, pues definitivamente es mayor a la del diésel fósil. Es una propiedad crucial, ya que puede generar mal funcionamiento del motor y taponamientos, pero fuera de eso, las demás propiedades están dentro de los parámetros encontrados en un diésel fósil, así que no hay razón para no utilizarlo”, explicó.
Indicó que, aun así, es una alternativa viable para mezclar en el motor, pues su producción genera una cantidad mucho menor de azufre que el diésel fósil, además de no generar emisiones al introducirlo a los vehículos.