Coahuila: acequia de Bella Unión, en Arteaga, con potencial turístico... pero en el abandono
La acequia lleva agua desde un ojito natural hacia la cabecera municipal; requiere de cuidados de mantenimiento
Bella Unión es un pequeño poblado que se encuentra a unos minutos de la cabecera municipal de Arteaga y es uno de los destinos favoritos de las familias para pasear los fines de semana por ser un sitio tranquilo en donde también hay un nacimiento de agua.
Si se va en automóvil, sólo es necesario entrar al pequeño poblado y conducir por la calle Volcán de Paricutín, que lleva hacia un camino de terracería con vista panorámica hacia la carretera 57.
Por este camino se llega a un acueducto en desuso que se encuentra justo sobre un cerrito en donde habitan cerca de 5 familias quienes se quejan de que el lugar es inseguro por la falta de alumbrado público, además de vigilancia por parte de las autoridades de la policía municipal.
“Es una boca de lobo, en el día se ve todo muy bonito, pero en la noche es cuando batallamos porque aquí la entrada no se restringe para nadie y a veces sí se pone peligroso”, comenta Alejandra.
Señala que la acequia, que pasa por un canal a un costado del acueducto, es uno de los atractivos para la gente que llega hasta ahí los fines de semana, pero tampoco se le da mantenimiento al sitio natural en donde también hacen falta árboles y una que otra banquita para quienes llegan a hacer “picnics”.
“Es muy tradicional que la gente venga aquí, que traiga a sus niños a bañarse en la acequia, pero la verdad es que está muy descuidado, los botes de basura que hay nadie los recoge, no llega hasta acá la recolección de basura porque el camino está complicado, además ni hay luz”, dice.
Otra de las situaciones preocupantes para los habitantes de Bella Unión es que el agua de este cauce que proviene de un ojo de agua de la sierra de Arteaga es hábitat de especies endémicas como langostinos, peces carpitas y ranas que se encuentran en peligro de extinción.
“Nosotros tratamos de decirle a la gente que no tire basura en la acequia, que no nos la deje aquí y que se la lleve, pero es muy difícil controlar esto, creo que ya esta es una labor del Municipio, este es un lugar muy bonito que puede atraer el turismo, pero si no se cuida ni se le da mantenimiento es casi imposible”, expresó Alejandra, vecina del lugar.
UN POCO DE HISTORIA SOBRE BELLA UNIÓN
Por ELENA VEGA
Los fundadores de Bella Unión a principios del siglo XIX fueron las familias de los González, los Dávila, los Valdés, los Fuentes y los Flores.
De acuerdo con Luis Jaime Tamayo, menciona Luis E. Galindo, en Evidencias, el nombre de Bella Unión se lo puso Guillermo Purcell al firmar con sus socios el acta constitutiva cuando echaron a andar nuevamente la entonces fábrica textil “Compañía Purcell y hermanos”, pues les manifestó con alegría, que era ésta, una bella unión.
Establecida en 1856 al oriente de Saltillo, por la familia Dávila Hoyos, la fábrica incorporó originalmente elementos de la población campesina; pero al constituir su propio proletariado, esta misma fuerza de trabajo, al reproducirse, cubre las necesidades de reposición y expansión de la empresa.
La tercera parte de los trabajadores eran mujeres y un gran número de niños.
Según Gloria Marroni, La Bella Unión tuvo varias etapas desde su fundaciónen 1856 hasta su cierre definitivo en 1962.
La primera etapa abarcó desde 1856 a 1889, y se caracterizó como una empresa de modestas proporciones, que, sin embargo, había generado cierto impacto en la estructura productiva de la región, modificando su tradicional papel exclusivamente agrícola. En 1887 fue adquirida por Guillermo Purcell y Dámaso Rodríguez, la sociedad se mantuvo hasta 1913, para Gloria Marroni fue una etapa de prosperidad.
Una de las nietas de Guillermo Purcell, Mamie Charlton en el libro biográfico sobre su abuelo menciona lo siguiente sobre Bella Unión: “En 1887 hubo ganancias suficientes para invertir. Con parte de estos recursos se compró la hilandería llamada la bella unión, en el pequeño pueblo de Arteaga, a nueve millas al noreste de Saltilllo. Era propiedad de unos franceses que querían vender todo y retornar a Francia. La fábrica era accionada por la fuerza del agua de un arroyo que bajaba de la montaña. Contaba con 3000 telares y representaba un gran reto para una sola persona, sobre todo si ésta tenía ya otras inversiones importantes de riesgo. Así que Guillermo se asoció con dos mexicanos para comprarla, el señor Dávila y Rodríguez”.
Los telares de la Bella Unión eran viejos y fueron sustituidos en tres etapas; unos fueron comprados a Platt Brothers, de Hartford Ironworks, en Oldham, Lancashire, y otros a John Dugdale and sons, Lancashire. La Bella Unión fabricaba tres tipos de productos: una tela barata de color crudo, para camisas, otra de mejor calidad a rayas y lisas de un solo color y una franela ligera. Los colores eran fuertes, pero la demanda era firme y la empresa produjo utilidades hasta 1945.
(Con información de “El cultivo del algodón y La industria textil en Coahuila hasta la modernización ferroviaria de la década de 1880. El Caso de La Estrella y La Bella Unión”, de Mtra. Juana Gabriela Román Jáquez)
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