Confrontan a exdirectora de anexo de Ramos Arizpe donde murió joven interno
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Aseguran familiares que tampoco reciben asesoría jurídica
Este jueves a las afueras del Centro de Justicia Penal de Saltillo, familiares de las víctimas de tortura y homicidio del anexo clandestino “El Rostro de Jesús” reclamaron que no han sido representadas por la justicia, pues la exdirectora del extinto Centro de Rehabilitación quedó en libertad desde inicios del proceso.
La situación de conflicto se registró luego de que la audiencia intermedia a la que fueron llamados Alejandro, Juan, Roberto Juan, Christian y Elizabeth, acusados del delito de homicidio calificado con ventaja y brutal ferocidad, se desarrolló sin que las familias del joven que fue asesinado al interior del Centro y las otras víctimas fueran llamadas ni notificadas.
De acuerdo con Marisela, hermana de una de las víctimas, además de que el ministerio público no les brindó información respecto de la nueva audiencia, tampoco les ha brindado un asesor jurídico que mantenga comunicación con ellos en vías de obtener justicia.
“No sabemos en qué vaya, no sabemos la situación ahorita. Nos acercamos con la licenciada y no nos dicen. Estamos solas, ellas quedaron en darnos un asesor, que ese nos daría hora y fecha de audiencias. No sabemos ni quien es, no nos lo han presentado, cuando esto ya pasó casi hace tres meses”, expresó.
En la confrontación, Marisela y otros familiares de otras víctimas -entre quienes existen personas que recayeron-, expresaron a la exdirectora del centro: “¿tú no tienes familia?”.
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Fue a inicios de marzo cuando el caso fue presentado ante el órgano judicial, y Elizabeth “N”, la exdirectora del Centro, logró obtener su proceso en libertad únicamente con presentación periódica debido a que argumentó no haber fungido activamente en el delito.
Dicha determinación logró que se agudizara la inconformidad de los familiares, quienes argumentan que además de que los coordinadores del anexo eran familia, la exdirectora del mismo presenciaba los actos de tortura de los que eran víctima las personas que estaban dentro, por lo que fue omisa y negligente.
“Cuando mi hermano se quiso salir del lugar, lo amarraron de pies a cabeza y lo golpearon durante siete horas. Lo torturaron, obstruyeron su respiración con una bolsa. Elizabeth presenció todo. Después de esa tortura, le pusieron unas pinzas de presión en los pezones; es inhumano. Mientras, Elizabeth estaba fumando y presenciando todo. A Misael (la víctima de homicidio) lo colgaron del asta bandera”, expresó Marisela.
En ese sentido, Marisela recordó que su hermano había sido ingresado por una depresión fuerte, y no por situaciones de adicción, confiando en lo que el Centro decía sobre que tenían otro tipo de tratamiento para enfermedades y padecimientos emocionales; situación por la que no se encontraban adecuadamente regulados.
En esta audiencia, el juez de control otorgó un plazo más de cuatro meses de investigación complementaria a solicitud del ministerio público, con el fin de que sus datos de prueba sean incrementados; sin embargo, este proceso al ser de un homicidio calificado donde existen personas detenidas puede durar hasta dos años para resolverse.